El secreto del Perte VEC II: escuchar a la industria
Las lecciones de la deficiente gestión de la primera convocatoria, que solo logró asignar el 30% de los fondos, parecen haber sido bien aprendidas
Tras el fiasco del primer intento, la prueba definitiva sobre la mejora de las condiciones que ofrece la segunda convocatoria del Perte VEC (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del Vehículo Eléctrico y Conectado) ha sido la respuesta inmediata de los grandes grupos de automoción y los anuncios de inversiones industriales clave para el sector en España. La ventanilla destinada a presentar proyectos para la línea de baterías eléctricas, una de las dos que se prevén, dotada de 850 millones de euros, recibió el lunes más de doce propuestas de compañías como Seat, Ford, la china Envisión o la compañía con capital público Basquevolt, a las que hay que sumar Bosch y Stellantis, aunque estas últimas aspiran a la segunda línea del Perte, la destinada a la cadena de valor. La acogida del lunes hace prever que se agoten los fondos, exactamente al contrario de lo que ocurrió el año pasado con la primera convocatoria, cuando tres cuartas partes (unos 2.182 millones) se quedaron sin asignar.
La deficiente gestión del primer intento generó tensiones importantes con algunas de las primeras marcas del sector y forzó cambios en el equipo del propio Ministerio de Industria. Aparentemente, las lecciones de aquel fracaso han sido bien aprendidas, lo que explica que en esta segunda convocatoria el proyecto ofrezca unas condiciones, tanto en plazos como en requisitos, mucho más flexibles, fruto de un diálogo con el sector que ha permitido captar las necesidades reales de la industria.
Las empresas han acogido favorablemente el compromiso del Gobierno, que ha mantenido el calendario previsto pese a la convocatoria de elecciones, como también ha sido bien recibida la incorporación de demandas y la corrección de errores de la primera convocatoria. En esta, no será necesario formar una agrupación de empresas para solicitar las ayudas, los fondos se repartirán en estricto orden de presentación de las solicitudes, el plazo máximo de ejecución de las inversiones es más amplio, se ha adaptado el régimen de garantías y se ha modificado el mecanismo de desembolso de las ayudas en un único pago, entre otras novedades.
Los fondos europeos constituyen una oportunidad histórica para la transformación de la industria de automoción, pero esa oportunidad debe completarse con una reforma del marco regulatorio acorde con el momento clave y extremadamente competitivo que vive el sector. A la espera de la convocatoria de la segunda línea de ayudas, destinada a la cadena de valor, el diseño de este Perte marca el camino a seguir.
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