Vodafone, en un campo de minas en Reino Unido
A los problemas de competencia, se suma el temor al acceso chino a los datos de sus usuarios
Las aspiraciones de fusiones y adquisiciones de Vodafone en Gran Bretaña están siendo presa de la retórica antichina. El plan de la teleco multinacional de 23.000 millones de euros de combinar su división británica de telefonía móvil con Three, de CK Hutchison, ha suscitado preocupación entre los legisladores británicos por el posible acceso chino a los datos de sus usuarios.
A los parlamentarios también les preocupa el impacto en la seguridad de los contratos con los departamentos gubernamentales una vez que el acuerdo se lleve a cabo. Es una queja extraña: el grupo con sede en Hong Kong lleva dos décadas activo en el mercado británico de las telecomunicaciones y ahora busca una salida.
El acuerdo permitirá al conglomerado de empresas portuarias y de telecomunicaciones, propiedad del multimillonario Li Ka-Shing, traspasar su participación del 49% a Vodafone en tres años, siempre que la nueva entidad alcance un valor mínimo de 16.500 millones de libras (19.200 millones de euros), incluida la deuda.
Precedentes
Para el frente antichino la argumentación es sencilla: el sector de las telecomunicaciones es estratégico y hay que investigar a los inversores extranjeros, sean de donde sean. Lo mismo le ocurrió al magnate francoisraelí Patrick Drahi cuando invirtió por primera vez en BT en 2021.
El intento del empresario alemán Hakan Koc y su socio Pyrros Koussios de comprar Truphone al ruso Roman Abramóvich se detuvo inicialmente en virtud de la Ley de Seguridad Nacional e Inversiones del Reino Unido.
Es posible que Vodafone se enfrente a un escrutinio similar, lo que provocaría inevitables retrasos. El hecho de que CK Hutchison haya conservado el derecho a nombrar al director financiero de la empresa combinada puede ser una señal de alarma.
El enclenque gigante de las telecomunicaciones se enfrenta ya a una arriesgada revisión antimonopolio. Incluso si la tormenta amaina, navegar por aguas agitadas tanto políticas como regulatorias parece cada vez más desafiante.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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