La carrera de las baterías y el sueño europeo de los depósitos
En la industria del coche eléctrico no se puede mirar por el retrovisor
Vista la carrera por atraer fábricas chinas de baterías para vehículos eléctricos, parece un poco infructuosa la actitud crítica que a veces muestran las autoridades europeas respecto a Pekín –país que, por lo demás, hace muchas cosas inaceptables en cuanto a democracia y derechos humanos. No está Europa en posición de fuerza para imponer sus criterios políticos, al menos mientras una de las tecnologías clave de la transición verde, la de las pilas para coches, esté básicamente en manos de la industria del país asiático (además de la de EE UU). España debe darse prisa y poner todos sus esfuerzos en atraer la inversión manufacturera de empresas como Gotion (participada por la alemana Volkswagen), que instalará una enorme planta en el vecino Marruecos. El segundo Perte del motor incluye una línea de fondos para baterías que el Gobierno va a explicar ya a las empresas del sector: están pendientes proyectos como el de la eslovaca Inobat (también hay compañías europeas en la cuestión) en Valladolid o la china Envision en Navalmoral de la Mata. El primer Perte dejó un 75% de capital sin asignar, pero no hay tiempo para mirar por el retrovisor.
A los españoles les gustaría ser europeos de verdad en cuanto a los depósitos
Todos los europeos son iguales, pero unos son más iguales que otros. Los españoles reciben que la media de la zona euro en intereses por sus depósitos; y la diferencia es mucho más sangrante en lo que se refiere a los particulares, puesto que empresas y grandes patrimonios sí están convergiendo.
El propio Banco de España ha reconocido que detrás de esa diferencia está la escasa competencia bancaria que ha dejado la concentración del sector, que a su vez buscaba proteger los ahorros de los depositantes. No se puede tener todo, y el trilema básico del capital es liquidez, rentabilidad y seguridad.
El salto sostenible del avión al tren debe hacerse con red
La prohibición en Francia de los vuelos que tengan alternativa en tren de menos de dos horas y media es prácticamente simbólica, señala Iberia, que ha puesto las barbas a remojar por si las autoridades españolas se tiran de cabeza a otra piscina de sostenibilidad antes de mirar si hay agua. Como reclama la aerolínea, y apoyan los flamantes operadores ferroviarios Iryo y Ouigo, la intermodalidad, en particular la del aeropuerto central de la península, Barajas, es clave para que la descarbonización no suponga decapitar la infraestructura de transporte de pasajeros española, y con ella su notable impacto económico. Mientras las aerolíneas buscan nuevos combustibles menos contaminantes, la apuesta por el tren debe ser clara, pero siempre que se salte con red.
La frase del día
“La preocupación por China está aumentando entre nuestros clientes de fondos de pensiones. Hace cinco años, querían que lleváramos ahí su dinero, sin discusión. Pero ahora es mucho más difícil. Son muy conscientes de los riesgos geopolíticos”
Thijs Knaap, economista jefe de APG Asset Management (Países Bajos)
Las empresas no deben pagar impuestos por una actividad que no pueden ejercer
El Tribunal Supremo ha dado la razón a dos empresas de hostelería frente a la denuncia del Ayuntamiento de Valencia, que les reclamaba el pago del Impuesto sobre Actividades Económicas correspondiente al cierre total del comienzo de la pandemia. Como no hubo actividad en absoluto, señalan los jueces, no ha lugar a que paguen ningún impuesto por ese periodo. Parece de sentido común que la administración pública no exija a las empresas que paguen impuestos al tiempo que les impide ejercer su labor. Incluso podría debatirse si tienen derecho a indemnización por parte del Estado por unos estados de alarma que luego fueron anulados por el Constitucional; aunque ahí, la jurisprudencia del Supremo ha dado la razón al poder público.
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, Twitter y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días