Un notable ejemplo de moderación y responsabilidad
El acuerdo salarial entre sindicatos y patronal sembrará la paz social y frenará la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores
Tras una larga travesía de negociaciones agrietadas por tiras y aflojas, rupturas de diálogo y hasta unas elecciones a la presidencia de la patronal, los sindicatos CCOO y UGT alcanzaron el viernes un principio de acuerdo salarial con los empresarios que constituye un ejemplo notable de moderación y responsabilidad en un contexto económico que sigue marcado por la incertidumbre. El acuerdo, ratificado ayer por las cúpulas de las tres organizaciones y enmarcado en el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), recomienda incrementar los salarios en los convenios colectivos al menos un 10% entre 2023 y 2025 mediante una horquilla que fija un 4% para este año y un 3% para 2024 y 2025. El borrador del texto incluye además una cláusula de revisión salarial en caso de desviación de la inflación, cuya aplicación puede implicar alzas adicionales del 1% como máximo para cada uno de los años del acuerdo, las cuales se aplicarían al principio del siguiente ejercicio.
La moderación de este pacto de rentas se calibra en toda su medida si se compara con las reivindicaciones que los sindicatos defendieron durante los meses de negociación. El pacto que han alcanzado finalmente con la patronal implica la renuncia a dos grandes demandas. Por un lado, a la recuperación de la fuerte pérdida de poder adquisitivo que sufrieron en 2022 los salarios de casi once millones de trabajadores con convenio, los cuales subieron solo un 2,85% frente a un incremento promedio de los precios del 8,4%. Por otro, la propuesta de incorporar al acuerdo una fórmula para ligar parte del incremento salarial a la marcha de empresas en cada sector concreto mediante el uso de un indicador objetivo, en una suerte de reformulación de las cláusulas de garantía salarial.
El acuerdo alcanzado por los agentes sociales traerá consigo, sin embargo, dos importantes beneficios. El primero es el haber alcanzado un punto de encuentro sostenible en marco del diálogo social a priori hasta 2025, lo cual supone un hito nada desdeñable en un momento en el que Europa asiste a agitaciones y protestas en este ámbito. A ello hay que sumar una recomendación salarial racional que no solo permitirá poner freno a la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, sino también alimentar un necesario círculo virtuoso entre salarios y consumo ante un horizonte enturbiado por un buen número de riesgos e interrogantes.
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