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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El níquel diluye un poco el verde de los coches eléctricos

La producción de los nuevos modelos emite hasta un 50% más de gases contaminantes que los de combustión

Mina de níquel en Lianyungang, Jiangsu (China).
Mina de níquel en Lianyungang, Jiangsu (China).reuters

A medida que se generalizan los automóviles impulsados por baterías, los fabricantes de automóviles, desde Toyota Motor hasta BYD, se enfrentan a la presión de limpiar sus cadenas de suministro. El jueves, el presidente de Indonesia, Joko Widodo, declaró que el mayor productor de níquel del mundo intensificará el escrutinio de las normas ambientales de la industria.

Jokowi, como se conoce al líder del país, tiene buenas razones para preocuparse. La cadena de suministro de los vehículos eléctricos emite hasta un 50% más de gases de efecto invernadero que la del motor de combustión interna, según un informe publicado en febrero por Kearnay para Polestar y Rivian. Las baterías representan casi un tercio de las emisiones totales. Una de las razones es que la obtención de níquel –que representa el 80% del cátodo de algunos productos químicos– implica un arduo proceso de extracción y refinado.

La diferencia entre los mejores productores y los menos responsables es cada vez mayor. Las baterías de los coches eléctricos suelen utilizar níquel de clase 1, cuyo refinado libera actualmente unas 10 toneladas de carbono por tonelada de metal. A medida que aumenta la demanda, se utiliza la lixiviación ácida a alta presión (HPAL) para convertir el níquel más común y de menor calidad. Este proceso, a menudo alimentado por carbón, puede producir el doble de carbono, según la Agencia Internacional de la Energía, y casi el doble de residuos físicos, informa Bloomberg. Conocidos como residuos de extracción, suelen almacenarse en presas, que pueden tener consecuencias catastróficas cuando fallan.

Mientras, la normativa se endurece. Las autoridades indonesias también han anunciado un impuesto sobre el carbono. La UE, segundo mercado mundial de coches eléctricos, exigirá a todas las empresas que vendan baterías que identifiquen y mitiguen los riesgos ambientales asociados al abastecimiento de materias primas a partir de 2025. Otras jurisdicciones podrían seguir su ejemplo, considera Andrew Digges, socio de Norton Rose Fulbright.

Los inversores tendrán una exposición más directa a medida que la industria del níquel recurra a los mercados de renta variable. El productor indonesio Harita Nickel, que el lunes se aseguró una valoración de más de 5.000 millones de dólares al fijar el precio de su oferta pública de venta en Yakarta, y el trader chino de níquel Lygend Resources & Technology, que salió a Bolsa en Hong Kong el año pasado, operan un proyecto conjunto de HPAL. La china Tsingshan, pionera de esta tecnología, está preparando su unidad de baterías REPT Battero para sacarla a Bolsa en Hong Kong.

Nada de esto debería de mermar el entusiasmo por el auge de los coches eléctricos de los inversores preocupados por el clima. Según investigadores de la Universidad de Michigan, después de recorrer unos 30.000 kilómetros, las emisiones acumuladas [contando la producción] de un vehículo eléctrico son inferiores a las de un devorador de gasolina. Eso equivale a menos de dos años de conducción para un estadounidense medio, según el Departamento de Transporte de Estados Unidos. Pero algunos tonos de verde son más oscuros que otros.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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