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Invertir en fondos alternativos: cómo elegir la mejor estrategia

Comprender las estrategias de inversión es clave para aprovechar el potencial de los fondos alternativos

El universo de las inversiones alternativas no ha dejado de crecer en los últimos años, atrayendo a inversores que buscan diversificación y nuevas oportunidades fuera de los mercados tradicionales. Según datos de Preqin, se espera que el sector alcance los 29,2 billones de dólares en activos gestionados para 2029, con una tasa de crecimiento anualizada del 9,7% entre 2023 y 2029.

¿Significa esto que es un activo apto para todos los inversores? Antes de considerar incluir las inversiones alternativas en una cartera de inversión, es esencial evaluar factores como el perfil de riesgo, el horizonte temporal, las circunstancias y necesidades personales y familiares, además de objetivos financieros y vitales. Marta Campello, socia y gestora de fondos en Abante, destaca que “las inversiones alternativas son imprescindibles en cualquier cartera que tenga un horizonte temporal que permita aguantar la iliquidez y que tenga un patrimonio suficiente como para poder complementarlo con esa parte ilíquida”.

Abanico de opciones para la inversión en fondos alternativos

Dentro de las estrategias disponibles, los fondos de private equity son una de las opciones más consolidadas. Esta estrategia invierte en empresas no cotizadas con el objetivo de mejorar su eficiencia y aumentar su valor. Existen distintas categorías dentro del private equity, dependiendo del momento en el ciclo de vida de la empresa en la que se invierte.

En el venture capital, el capital se destina a compañías en etapas tempranas, con alto potencial de crecimiento, pero también con mayores riesgos. El growth capital se orienta a empresas que han superado la fase inicial y buscan expandirse, mientras que los buyouts se enfocan en compañías ya consolidadas, donde los fondos suelen tomar una participación mayoritaria para poder ejercer derecho de voto en las decisiones de la empresa y para impulsar su evolución. El objetivo de los fondos es mejorar la eficiencia de la compañía, hacer cambios estratégicos, optimizar la estructura de costes o explorar nuevas líneas de negocio para aumentar la rentabilidad antes de la desinversión. Normalmente, cuando se alcanza la rentabilidad objetivo, se inicia el proceso de venta, que puede ser a otro fondo de private equity, a un socio industrial o una salida a bolsa.

Otro de los segmentos en crecimiento es la deuda privada, que ha ganado peso en los últimos años como alternativa a la financiación bancaria. Este tipo de inversión consiste en proporcionar crédito a empresas a cambio de un retorno financiero, ofreciendo distintas opciones en función del nivel de riesgo. Desde la deuda senior, que ocupa una posición prioritaria en caso de impago, hasta la deuda mezzanine, más subordinada y con un mayor potencial de rentabilidad, cada alternativa ofrece un perfil de liquidez y rentabilidad distinto.

Dentro de las estrategias alternativas también destacan las infraestructuras, que ofrecen estabilidad y protección frente a la inflación. Este tipo de inversiones se centran en sectores esenciales como energía, transporte o telecomunicaciones, con distintos niveles de riesgo en función del tipo de activo y su grado de desarrollo. Desde infraestructuras consolidadas que generan flujos de caja predecibles, hasta proyectos con mayor potencial de revalorización, esta estrategia permite diversificar el patrimonio con activos menos expuestos a la volatilidad del mercado y con barreras de entrada elevadas. Su atractivo radica en su capacidad para generar ingresos recurrentes y su baja correlación con los activos financieros tradicionales.

Además de las infraestructuras, hay otros sectores, como la industria alimentaria, que también se están haciendo un hueco dentro de la inversión alternativa, especialmente por el lado de la tecnología y la innovación. ¿El motivo? Cada vez hay más empresas que investigan e invierten con el objetivo de automatizar procesos y hacerlos más eficientes. De hecho, en España, la inversión en food tech llegó el año pasado a los 179 millones de euros. Una oportunidad para las empresas que quieren financiación y que están viendo cómo los fondos de private equity están apostando por ellas y por este sector, y también para el usuario final y el inversor, que pude invertir en fondos especializados en food tech y ser partícipes, así, de esta tendencia.

El sector inmobiliario sigue siendo una opción atractiva dentro del mundo de la inversión alternativa. La estrategia varía en función del nivel de riesgo y el tipo de activo. Podemos hablar de las inversiones core, que se centran en inmuebles de alta calidad con inquilinos estables y están consideradas de bajo riesgo, mientras que las estrategias value-add y opportunistic buscan aumentar el valor de los activos mediante mejoras o cambios en su uso. Además de las estrategias, el inversor también cuenta con distintas fórmulas para invertir en inmobiliario. Desde la compra directa de inmuebles, a la inversión mediante un fondo cotizado especializado en el sector inmobiliario o mediante la entrada en una socimi.

También existen otras opciones de inversión alternativa, como los activos tangibles. Invertir en arte, joyas o coches clásicos no solo tienen un valor intrínseco, sino que también pueden apreciarse con el tiempo, ofreciendo una combinación de disfrute personal y potencial de inversión. Incorporar estas estrategias en una cartera de inversiones alternativas puede proporcionar una mayor diversificación y oportunidades de rentabilidad en mercados menos convencionales.

Cada una de estas estrategias responde a un perfil de inversor diferente. La clave para aprovechar el potencial de los fondos alternativos está en entender sus características, riesgos y plazos de inversión, y en construir una cartera alineada y equilibrada que tenga en cuenta el conjunto de nuestro patrimonio, nuestras necesidades y nuestros objetivos vitales.

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