Tres factores macro se han alineado para provocar una espiral alcista en Bolsa
El déficit fiscal de EE UU rivaliza con los registrados en durante la pandemia de 2020, la Gran Crisis Financiera o la Segunda Guerra Mundial

Desde que a principios de agosto se diera a conocer el mal dato de empleo que se publicó sobre el mes de julio, la percepción de prácticamente todos los agentes, desde las instituciones hasta los inversores más pequeños, es que el mercado laboral de Estados Unidos se ha enfriado con fuerza, incluso elevando el riesgo de que se pueda desatar una recesión económica. De hecho, poco después, el pasado 22 de agosto, la Reserva Federal empezó a cambiar el guion mantenido hasta la fecha, al pasar de preocuparse por la inflación, a preocuparse más por la evolución del empleo, dado el riesgo que existe de que un mayor deterioro del empleo provoque una contracción económica.
Desde entonces, las cosas, al menos con los datos oficiales de empleo en la mano, no han ido a mejor, sino a peor. Por ejemplo, el viernes 5 de septiembre se publicó el dato de empleo del mes de agosto, el cual mostró una pírrica creación de 22.000 empleos en el conjunto de la economía estadounidense. Y, lo que es peor, el mes de junio fue revisado a la baja y ahora se considera que se perdieron 13.000 empleos en dicho mes, en lo que es la primera pérdida de empleo desde el fin de la pandemia. Y no terminando con las malas noticias, la revisión estadística anual de estos datos de empleo, señaló que se habían sobreestimado en 911.000 empleos los puestos de trabajo creados entre marzo de 2024 y 2025. Es decir, que en realidad las cosas han ido peor de lo que se creía y que el mercado laboral parece que se encuentra en una situación de gran fragilidad. Y, a pesar de ello, las Bolsas se han sacudido sin apenas sustos las malas noticias y el índice S&P 500 se encuentra en máximos históricos y, en general, las Bolsas globales, incluyendo las europeas, se encuentran en lo que parece una sólida tendencia alcista.
Por supuesto, en este entorno no faltan, o más bien abundan, los que señalan que “los mercados son irracionales” por seguir sus ascensos en las cotizaciones... Desde luego, si alguna vez los pesimistas han tenido datos para ser pesimistas sobre el ciclo económico-bursátil, no se me ocurre ningún momento más sólido que este en los últimos tres años, porque el que el mercado laboral esté tan débil, sin ningún tipo de dudas, es un hecho preocupante.
No obstante, mi pensamiento al respecto es que hay que tener en cuenta que los datos de empleo son algo retrasados como indicador macroeconómico y que probablemente estaban mostrando la debilidad económica creada por las primeras semanas de elevada incertidumbre tras el anuncio de aranceles globales por parte del presidente Trump a principios de abril. Pero dado que, tras comprobar Trump y Bessent el desastre que habían creado en el mercado de bonos con sus decisiones y anuncios, estos decidieron dar un giro casi copernicano en su política económica y abrazar una agresiva agenda pro-crecimiento donde el control del déficit fiscal ya no era un elemento clave.
En resumen, como expliqué en mi columna de junio, creo que poner mucho peso analítico en los datos de empleo cuando estos son algo retrasados y estarían mostrando la debilidad de los primeros momentos de la crisis creada por Trump, y no el giro pro-crecimiento de 180º producido unas pocas semanas después, podría llevarnos a un error de interpretación sobre el ciclo económico-bursátil. Esto, además, en mi opinión estaría confirmado por la triangulación que hago con otros indicadores macroeconómicos, así como por el comportamiento interno del mercado, donde los sectores cíclicos lo están haciendo muy bien con respecto a los defensivos.
Pero es que, además, hay dos consideraciones macro de enorme importancia que en mi opinión reman a favor de que este mercado alcista extienda sus ganancias en los próximos meses y pocos trimestres. Primero, una Reserva Federal que pasa de estar preocupada por la inflación a estar preocupada por el empleo, algo que dado su mandato legal le fuerza en esencia a recortar tipos de interés, históricamente ha sido un factor alcista para el mercado de acciones, cuando efectivamente esa bajada de tipos se ha dado sin que la economía estadounidense entre en recesión. En segundo lugar, y aún más importante que la política monetaria, es la política fiscal del gobierno de los Estados Unidos. Recordemos que el déficit fiscal actual del -6,28% (a cierre de 2024), rivaliza con los déficit fiscales experimentados durante la pandemia de 2020, la Gran Crisis Financiera y Gran Recesión alrededor del año 2008 y con la II Guerra Mundial. Es decir, desde el punto de vista del gasto del gobierno, el momento actual es equiparable a otros momentos de grandes estímulos fiscales, momentos diseñados para estimular la economía de forma extraordinaria.
Entonces, la pregunta que cabe hacernos es ¿puede realmente la economía caer en recesión económica cuando el gobierno sigue estimulando la economía como si estuviésemos en medio de una gran crisis? Y la respuesta es que, como mínimo, es difícil caer en recesión con estas circunstancias. Es decir, si ya creía que la debilidad del mercado laboral es algo temporal y retrasado, el ver que el déficit fiscal sigue disparado, me hace pensar que lo más normal es que el empleo vuelva a recuperarse en los siguientes meses. Y, de nuevo, recordemos que en este cóctel macroeconómico, tenemos a una Reserva Federal recortando tipos. Tan relevante e influyente es el gasto del gobierno en la economía, que no olvidemos que en el año 2022, a pesar de que la Reserva Federal elevó los tipos de interés al mayor ritmo visto en décadas, la economía no llegó a entrar en recesión económica porque el déficit fiscal pudo actuar de contrapeso suficiente para mantener la economía a flote.
De esta manera, desde mi punto de vista, hay tres factores alineados en favor de las subidas bursátiles, tal vez incluso de fuertes subidas bursátiles: un ciclo que sigue siendo expansivo, una política monetaria expansiva y una política fiscal completamente desequilibrada y estimulando la economía a toda marcha.
Hugo Ferrer es gestor GPM S.V. y director Club Bursátil Confidencial

