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El faro del inversor
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Trump y Bessent dan un giro de 180 grados: “Lo que es malo para la economía suele ser bueno para la Bolsa”

En apenas mes y medio han pasado de ser los adalides de “la gente de la calle” a mostrarse como unos “buenos chicos” dóciles

El secretario de Estado del Tesoro de EE UU, Scott Bessent.

El pasado 23 de diciembre, semanas después de la victoria electoral de Donald Trump y prácticamente un mes antes de que tomara posesión, publiqué un contraintuitivo análisis titulado “Por qué lo que puede ser bueno para la economía de Estados Unidos, puede ser muy negativo para su Bolsa”, donde expliqué que los mercados aman los estímulos, tal como lo es un elevado déficit fiscal, y que odian lo contrario, cuando un gobierno se aprieta el cinturón y reduce el gasto.

Así, y dado que las finanzas públicas de Estados Unidos mantienen una trayectoria insostenible por su muy elevado déficit, un nivel no visto fuera de épocas de recesiones económicas y guerras (sic), si realmente la administración Trump, con su secretario del Tesoro Scott Bessent a la cabeza, iban a implementar una línea más o menos dura para salvar la economía estadounidense en el largo plazo, eso podría ser negativo para los mercados, porque desaparecería el principal estímulo que hace que hoy en día las Bolsas suban, el déficit fiscal, el gasto, o el torrente de dinero que el Estado arroja sobre la economía.

Hablé muchísimo de esto durante los años 2022 y 2023, para explicar cómo, aún con una Reserva Federal subiendo los tipos de interés al mayor ritmo en más de 40 años, no se entró en recesión porque el enorme déficit fiscal lo impidió. Dicho de otra manera, igual que todos sabemos que un programa de compra de activos por parte de la Reserva Federal (QE) es un fuerte estímulo para los mercados, el que el gobierno gaste como si no hubiera mañana (déficit fiscal récord), es un estímulo del mismo calibre.

Bien, pues finalmente Trump y Bessent, nada más iniciar su mandato en enero de este año, abrazaron su particular versión de apretarse el cinturón y empezaron a entonar la cantinela de que su misión era luchar por la gente de la calle (Main Street) y no por los mercados (Wall Street). Hasta Trump llegó a decir, y esto es cómico, que no le importaba lo que ocurriera en los mercados, ya que su visión era a 100 años vista.

“Podría haber una pequeña disrupción [económica] porque estamos construyendo un país fuerte, donde no podemos estar mirando [sólo] lo que ocurre con el mercado de acciones. Si miras a China, tienen una perspectiva a 100 años y nosotros vamos trimestre a trimestre y no podemos manejarnos de esa manera”
Donald Trump. 9 de marzo de 2025

Así, con toda esa retórica, Trump y Bessent consiguieron crear un crac bursátil en los mercados, desde los máximos a finales de febrero, hasta los mínimos del mes de abril.

Su plan era crear una crisis bursátil y enfriar las expectativas económicas, algo que, según sus expectativas, forzaría a la Reserva Federal a bajar los tipos de interés oficiales y, con ello, empezar a reducir el déficit por la vía rápida, gracias a una mejor refinanciación de la enorme deuda que arrastra el país. Pero la jugada les salió mal. O, mejor dicho, fatal.

Si bien al principio del “crac de Trump” los tipos de interés de largo plazo comenzaron a descender e incluso llegaron a estar por debajo del 4% momentáneamente (la rentabilidad de los bonos a 10 años), esto solo fue la reacción inicial, porque a continuación el rendimiento (yield) de los bonos volvió a repuntar con fuerza y varios elementos de los mercados de deuda y crédito empezaron a romperse, haciendo saltar las alarmas de que si seguían por esa vía, la economía y los mercados iban a implosionar.

Es por eso que apenas unos pocos días después de provocar un crac bursátil, Donald Trump anunció el aplazamiento de la mayoría de los aranceles anunciados, provocando un anticrac, o movimiento igual de energético que la caída, pero en sentido inverso. Y es así como hemos vivido un viaje de ida y vuelta, donde Trump intentó reducir el déficit por la vía rápida creando un susto económico-bursátil, pero donde el mercado le mostró los dientes y, para que no le pasara lo mismo que le ocurrió a la brevísima primera ministra del Reino Unido, Liz Truss, la cual tuvo que dimitir tras mes y medio en el poder por también haber provocado una fuerte crisis en el mercado de deuda de su país, Trump decidió cambiar de discurso y olvidarse de reducir el déficit en el corto plazo.

En apenas mes y medio Trump y Bessent han pasado de decir que ellos eran los adalides de “la gente de la calle” y que no les importaba la reacción que pudiera tener Wall Street, a mostrarse como unos “buenos chicos” bien dóciles e incapaces ya de decir nada que altere los mercados. Como suele decir el refrán, “donde dije digo, digo Diego”. De esta manera, desde hace pocos días, Scott Bessent ya no habla de hacer sufrir a Wall Street por el bien de Main Street, apretando el cinturón del gasto público, sino que lo importante es hacer crecer la economía más rápido que la deuda y que eso sería suficiente para reducir el ratio de endeudamiento.

“Podemos hacer crecer la economía y controlar la deuda a la vez. Lo importante es que la economía crezca más rápido que la deuda. Si cambiamos la trayectoria de crecimiento económico de este país, entonces nuestras finanzas se estabilizarán y podremos salir de este problema”
Scott Bessent. 23 de mayo de 2025

Esta y otras declaraciones similares de estos días, podrían parecer frases cualquiera de las muchas que dice un político, pero son un giro de 180 grados con lo que decía apenas hace mes y medio.

Donde antes había que pasar por un momento de enfriamiento económico y turbulencias de corto plazo para arreglar los problemas, ahora el mensaje es que lo único importante es crecer y que la deuda ya se arreglará poco a poco.

Desde mi punto de vista, esto es lo más relevante que ha ocurrido en los mercados desde el crac de Trump. Este viraje completo en la mentalidad de la administración Trump, es un gran factor alcista para el mercado de acciones y otros mercados de riesgo.

Hugo Ferrer es gestor GPM S.V. y director Club Bursátil Confidencial.

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