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La sed de agua llega a los mercados: cómo aprovechar la creciente demanda de centros de datos y fábricas de chips

El uso del líquido para aplicaciones tecnológicas abre el abanico de opciones de inversión. El Banco Mundial calcula las necesidades anuales de infraestructuras hídricas entre 120.000 millones y 130.000 millones de euros

Un trabajador revisa pequeños chips electrónicos en un laboratorio.
Juan Pablo Quintero

Cuando Taiwán atravesó su peor sequía en 50 años, durante 2021, el productor de chips TSMC tuvo que llevar agua en camiones cisterna para no parar sus plantas. La crisis hídrica en la isla puso en jaque la cadena global de suministro de semiconductores— TSMC es el mayor fabricante del mundo —y profundizó la crisis de los circuitos integrados. Ahora la industria busca asegurarse la provisión de agua, necesaria no solo para la fabricación de chips, sino también para refrigerar los centros de datos, un mercado donde se vislumbra el potencial inversor. Las inversiones previstas en infraestructuras hídricas para actividades productivas oscilan entre los 120.000 millones y 130.000 millones de euros anuales hasta 2030, según el Banco Mundial y la ONU.

Una fábrica de chips promedio gasta la misma cantidad de líquido al día que 33.000 hogares. Con ella limpian las finas láminas de silicio que forman la base de los chips, llamadas obleas. Sin estos pequeñísimos dispositivos, la vida contemporánea sería imposible, pues están en todas partes: en coches, móviles y electrodomésticos. Los chips de última generación son más potentes y son los que se usan para entrenar los nuevos modelos de inteligencia artificial (IA). La fiebre es tal que el mismo Donald Trump anunció la iniciativa Stargate para invertir hasta 480.000 millones de euros en cuatro años en infraestructuras de inteligencia artificial. La noticia disparó la cotización de Oracle y de Softbank, actores principales de la operación, hasta más del 9%. Otras empresas con exposición a dicho mercado, como Nvidia o Microsoft, también subieron ese día en Bolsa ante las expectativas de inversión.

Para Kristine Alm Karsrud, gestora de carteras del fondo DNB Fund Future Waves, la previsión de crecimiento de la IA y el mercado de semiconductores es el punto clave de cara al inversor. “El gasto privado previsto en nuevas fábricas de semiconductores sigue creciendo. Por eso, la demanda de agua [en la industria] seguirá aumentando”, puntualiza. Al respecto, SEMI, la Asociación de la Industria de Semiconductores, prevé que el gasto global en equipos para instalaciones de fabricación de semiconductores aumente un 2% interanual en 2025, alcanzando los 93.500 millones de euros.

Hay otro actor tecnológico que también requiere grandes cantidades de agua: los centros de datos. Mantener la temperatura apropiada de esta infraestructura es crucial porque ahí se almacena la información que alimenta la computación en la nube, las aplicaciones web o las redes sociales. Y, sobre todo, es en estos centros de datos donde también se entrenan los sistemas más avanzados de IA.

Simon Gottelier, gestor de carteras en Natixis, indica que un centro de datos promedio “gasta más de un millón de litros al día para mantener su temperatura, lo que equivale al consumo de agua de unos 100.000 hogares”. Las inversiones en centros de datos son ingentes: solo las siete magníficas— Amazon, Apple, Microsoft, Alphabet, Meta, Nvidia y Tesla — gastarán conjuntamente 276.250 millones de euros en nuevos centros de datos este año, según la consultora MacroYield.

Mikkel Nyholt, también de DNB Future Waves, explica que existen tres enfoques para invertir en el mercado del agua: comprar derechos de agua para revenderlos o alquilarlos; invertir en tierras de cultivo ricas en agua; o adquirir acciones (directamente o a través de ETF) de empresas del sector de la tecnología del agua, servicios públicos e innovación agrícola. “Las empresas de servicios de agua ofrecen rentabilidades modestas, pero estables (del 4% al 7 % anual), mientras que las de tecnología del agua pueden generar rendimientos de dos dígitos”, puntualiza.

Para Nyholt, las oportunidades se concentran en “regiones con escasez de agua, como el suroeste de EE UU, el norte de África y partes de Asia”. El analista destaca valores como Deere, CNH y AgCo en agricultura eficiente; Lindsay y Valmont en riego de precisión; y Xylem y Veolia en tecnologías de reutilización del agua. “También están ganando relevancia las empresas industriales que reducen el uso de agua en las cadenas de suministro de distintas industrias, como Napatech y Elabs”, ahonda. En lo que va de año, estas cotizadas marcan números rojos de hasta el 21%, como en el caso de Napatech. Y solo Valmont avanza un 18,7% en el último año.

El sector del agua tiene un perfil defensivo, pero sigue el rendimiento de los mercados de renta variable en el corto plazo. “Aunque los fondos de renta variable del agua están correlacionados con el mercado, a largo plazo se benefician del crecimiento secular del agua. Siendo esencial para la sociedad y la economía, [este mercado] tiene potencial para crecer al ritmo del PIB mundial a largo plazo”, aclara Nektarius Kessidis, gestor de fondos en DWS.

Riesgos

El mayor riesgo es que el agua escasea; el 26% de la población mundial no tiene acceso a agua potable, según la Unesco. El agua para uso productivo, dice Gottelier, “se toma invariablemente de un río o lago que abastece a una comunidad residencial, poniendo en riesgo el suministro a las familias”. Para Nyholt la variabilidad climática añade más “imprevisibilidad a la disponibilidad y demanda de agua”. A los directivos les preocupa el tema. La última encuesta de la consultora estadounidense WTW muestra que el 73% de los altos cargos del sector de los chips y semiconductores, incluidos gerentes de riesgos y de la cadena de suministro, citan los recursos naturales como el agua y las materias primas entre los factores medioambientales que plantean el mayor riesgo para su negocio.

La fiebre por los centros de datos ha llegado a España, y desde Spain DC, la principal asociación del sector, se esperan más de 58.000 millones de euros en inversiones hasta 2030, lo que multiplicará por siete la actual potencia instalada. El último gran proyecto es el anunciado por Amazon, con el que pretenden ampliar tres centros de datos y levantar un edificio de servicios en Aragón, pero el plan ha generado algunos rechazos. Desde Ecologistas en Acción denuncian que la potencia de los centros de datos en España se quintuplicará para 2030, lo que “supondrá un consumo anual que representará entre el 3,4% y el 5,9% del total de energía eléctrica consumida en España”. Asimismo, apuntan a que muchos de los proyectos anunciados en suelo nacional corren el riesgo de generar un elevado consumo de agua en regiones con estrés hídrico, como en Aragón o Talavera de la Reina (Castilla-La Mancha). Desde la federación recuerdan que “Meta (Facebook) canceló el proyecto en Países Bajos [ahora trasladado a Talavera] debido a una sequía, lo que llevó a la pérdida de la categoría de ‘proyecto de importancia nacional’, que los dejó sin suelo público exclusivo ni agua asegurada”, explican.

En Taiwán, la sequía abrió una disputa entre el gobierno y los campesinos de la isla, según The New York Times, dado que el Ejecutivo priorizó el uso doméstico e industrial del agua y dejó sin líquido a las actividades rurales. Para paliar las pérdidas, el Gobierno pagó a los agricultores para que mantuvieran los campos en barbecho. Algunos de los afectados comentaron al periódico estadounidense que el gobierno usó “el dinero para tapar la boca a los agricultores”.

A la industria tecnológica de la pequeña isla se le exigió una reducción del consumo de agua de hasta de un 15%, mientras que 74.000 hectáreas de arrozales (el 24% de la superficie total plantada en ese entonces) quedaron privadas del líquido, lo que destruyó una de las dos cosechas anuales. Y aunque la industria trabaja con ahínco en optimizar el uso de agua, ya existen proyecciones que prevén que el consumo del líquido en la fabricación de semiconductores se duplique de aquí a 2035. Al mismo tiempo, el Banco Mundial prevé que la escasez de agua les cueste a algunas regiones hasta un 6% del PIB hacia 2050.

Sobre la firma

Juan Pablo Quintero
Colombiano (1997). De Bogotá, con raíces caleñas. Psicólogo de la Pontificia Universidad Javeriana, con experiencia en el sector de la pequeña y mediana empresa (Pyme). Es redactor en la sección de Economía de El País-Cinco Días, donde cubre noticias de Mercados Financieros. Lector asiduo de Platón y de Gustavo Adolfo Bécquer en los tiempos libres.
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