El BCE elevó sus pérdidas en 2024 hasta un récord de 7.944 millones de euros
La autoridad monetaria suma su segundo año consecutivo en números rojos debido al mayor pago de intereses a los bancos centrales


Las cuentas del Banco Central Europeo vuelven a acusar el impacto de los altos tipos de interés. La autoridad monetaria perdió en 2024 una cantidad récord de 7.944 millones de euros, según las cuentas difundidas este jueves por la entidad tras haber sido aprobadas por su Consejo de Gobierno. Los números rojos superan con creces los de 2023, de 1.266 millones, aunque ese ejercicio se vio maquillado por una provisión de 6.620 millones. Sin ese efecto, las pérdidas crecen muy ligeramente.
La institución que preside Christine Lagarde ya avisó de que se avecinaban varios años de resultados negativos debido a sus medidas de endurecimiento de la política monetaria, que incrementan la factura en intereses que debe abonar sobre sus propios pasivos financieros. Sin embargo, que sea previsible no evita que sean una anomalía histórica: durante casi 20 años, Fráncfort obtuvo unos beneficios acumulados de 33.600 millones, con un pico en 2019, cuando lució unos números verdes de 2.366 millones de euros.
La tendencia de ganar dinero se rompió oficialmente en 2023, justo el año en que los tipos de interés alcanzaron el 4%, su pico en este ciclo de subidas. Sin embargo, en 2022 los resultados ya fueron negativos, pero entonces se cubrió la totalidad de las pérdidas —1.627 millones— con provisiones, dejando las cuentas a cero, sin pérdidas ni beneficios. En 2024, pese a que la inflación dio señales de estar cada vez más bajo control y el BCE rebajó los tipos cuatro veces, hasta el 3% en diciembre, la carga en intereses continuó siendo elevada para el banco, y aumentó en 210 millones, de 6.983 millones a 7.193 millones.
En lo que va de año, las rebajas de tipos han continuado, con un recorte en enero, el cuarto consecutivo, y se da por hecho otro en marzo, lo que situaría el precio del dinero en el 2,5%. En ese momento está previsto que el debate sobre dónde frenar gane tracción entre los miembros del Consejo de Gobierno, aunque hay voces que buscan adelantar la discusión: la alemana Isabel Schnabel ha empezado a agitar el tema, tan delicado para los equilibrios entre halcones y palomas, con una entrevista con el Financial Times en la que pide hablar “ya” sobre una pausa de los tipos. En cualquier caso, esos descuentos de tipos deberían ir aliviando las cuentas del BCE.
El BCE ha insistido este jueves en que las pérdidas son fruto de su mandato de mantener a raya la inflación, y no tienen ningún impacto en su capacidad para llevar a cabo una política monetaria efectiva. Es decir, que son asumibles. En su comunicado, da a entender que lo peor ya ha pasado: no descarta nuevas pérdidas en los próximos años, aunque señala que si se dieran, espera que estas sean inferiores a las incurridas en 2023 y 2024. Y apunta que a diferencia de lo sucedido entre 2005 y 2021, cuando les repartió miles de millones, no habrá distribución de beneficios a los bancos centrales nacionales, ni estos estarán obligados tampoco a cubrir ninguna pérdida del BCE.
Más gasto en personal
Las cuentas se están viendo penalizadas por las compras de bonos corporativos y deuda pública de países europeos efectuadas en el pasado por los bancos centrales por orden del BCE, cuyo objetivo era reactivar una economía en horas bajas. Aunque desde 2022 su presencia en el balance se ha reducido un 17,6% por los vencimientos que se han ido sucediendo, aún posee casi 377.000 millones en estos activos, que generan rendimientos muy bajos por estar comprados en un periodo en que los tipos también estaban por los suelos, y por los que el BCE paga intereses a los bancos centrales nacionales de la zona euro.
Otras cifras llamativas son las correspondientes a personal, donde el gasto crece un 25%, de 676 millones a 844 millones, algo que el banco achaca a un aumento de los costes derivados de un cambio en las reglas que rigen sus planes de pensiones. Y a administración, donde el gasto pasa de 481 millones a 513 millones debido a la digitalización y la inflación. En el lado de los activos, aumenta con fuerza el valor de sus reservas de oro, que pasa de 30.419 millones a 40.895 millones, un 34% más. Todo pese a que la cantidad de oro en propiedad no ha cambiado de un año para otro, y se ha mantenido estable en algo más de 16 millones de onzas. La diferencia la marca que la onza de oro cerró 2023 en 2.063 dólares, y un año después en 2.608 dólares.
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