La Bolsa francesa remonta la crisis política y roza el nivel previo al huracán electoral
El Cac avanza este año más del 7% y recupera casi todo lo perdido desde las elecciones europeas gracias al tirón de compañías del sector del lujo como LVMH, Hermès y Kering, con alzas de hasta el 16%
La Bolsa francesa parece que respira por primera vez en los últimos meses. La grave crisis política que se precipitó en el país el 9 de junio tras la decisión del presidente Emmanuel Macron de convocar en junio elecciones anticipadas (justo después de la victoria de Reagrupamiento Nacional en las elecciones europeas) fue el comienzo del castigo de los inversores a la deuda soberana gala y a su mercado de valores. La aguda división parlamentaria que surgió de aquellos nuevos comicios y las dificultades del nuevo gobierno, dirigido por Michel Barnier, para sacar unos presupuestos y abordar la reducción del acuciante déficit público dispararon la prima de riesgo del país y se llevaron por delante también a la cotización del Cac. La desconfianza inversora se instaló en Francia durante meses pero en este inicio de año la Bolsa sí muestra claras señales de recuperación y el Cac consigue por fin rozar los niveles de principios de junio, antes de la convocatoria electoral.
La clave del ascenso bursátil en Francia está en el tirón del sector del lujo, con compañías referentes del sector del lujo y gran capitalización bursátil que determinan el rumbo del Cac. También contribuye un clima político algo más reposado. Tras el breve y convulso gobierno de Barnier, incapaz de lograr apoyos para sacar adelante los presupuestos y tumbado por una moción de censura que respaldaron la ultraderecha y la izquierda al completo, el nuevo ejecutivo del centrista François Bayrou ha logrado el respaldo del partido socialista para continuar en el cargo, lo que le da cierto respiro al menos en el corto plazo. La prima de riesgo francesa, que llegó a dispararse a máximos de 2012 cerca de 90 puntos, se ha estabilizado por debajo de los 75.
Así, el Cac terminó 2024 como el peor índice bursátil europeo, muy castigado por la inestabilidad política y también por la incertidumbre que pesaba sobre el sector del lujo. Estas compañías sufrían en Bolsa, y también en su negocio, por la desaceleración de la economía china, un mercado esencial para sus ventas y por la inquietud ante la llegada al poder en EE UU de Donald Trump y su política de aranceles. La amenaza de una guerra comercial, con China como una de las protagonistas, ofrece una preocupante perspectiva para compañías con una cadena de producción y de ventas muy globalizada y con fuerte perfil exportador.
El año, sin embargo, ha comenzado de forma alentadora para el sector del lujo francés, que está liderando la remontada de la renta variable gala. El alza superior al 7% que lleva el Cac en 2025 se apoya en las subidas superiores al 16% de LVMH y Hermès y del 12% de Kering. La cotización de las compañías del sector del lujo recibió un gran espaldarazo gracias a la publicación el 16 de enero de los resultados de la suiza Richemont, dueña de las marcas de joyería Cartier y Van Cleef & Arpels, que batió previsiones en los resultados del cuarto trimestre del año. Logró el mejor trimestre de su historia, con un volumen de ventas que creció el 10%, hasta los 6.200 millones de euros. A favor del sector del lujo, y para tranquilidad de su exposición a China, juega hoy también a favor las recientes declaraciones de Trump, que ha asegurado haber tenido una conversación con el presidente Xi Jinping y ha rebajado a su manera su amenaza comercial sobre el gigante asiático. “Tenemos un poder muy grande sobre China, y son los aranceles, y ellos no los quieren, y yo preferiría no tener que usarlo”, señaló en una entrevista con Fox News en la noche del jueves.
La buena marcha bursátil de las compañías de lujo se pondrá a prueba el próximo martes 28, en que publica sus cuentas anuales el gigante LVMH. La compañía ha vuelto a situarse como la empresa de mayor capitalización bursátil de Europa, con un valor en Bolsa de más de 365.000 millones de euros, después del descalabro de la danesa Novo Nordisk en la recta final de 2024. El cambio de inquilino en la casa Blanca tampoco debería ser en principio una amenaza para el grupo insignia del lujo francés. Su presidente Bernard Arnault asistió en primera fila junto a su familia este lunes a la toma de posesión de Donald Trump, compartiendo honores junto a los máximos ejecutivos de las grandes tecnológicas estadounidenses.
El buen inicio de año de la Bolsa francesa también estará sujeto previsiblemente a la actualidad política del país, que ha demostrado ser un factor capaz de desestabilizar con fuerza el mercado financiero galo. No en vano, Francia tiene por delante el desafiante reto de reducir su elevado déficit público, del 6%, y el problema de un gobierno frágil y con muchas dificultades para tomar las medidas necesarias para reducirlo. Los inversores siguen vigilando atentamente el nivel de compromiso de Francia con la disciplina fiscal y si bien el Cac ha logrado regresar al nivel previo a la convocatoria electoral del 9 de junio, no así la prima de riesgo. Ese indicador cotizaba por debajo de los 50 puntos básicos a principios de ese mes y se disparó con fuerza a continuación, hasta rozar los 90 puntos básicos en diciembre. Ahora está en los 74, sujeta a la incierta política presupuestaria del país. La Asamblea Nacional retomará el 3 de febrero el examen del proyecto de presupuesto 2025 de la Seguridad Social, texto sobre el cual cayó el anterior Ejecutivo de Barnier a principios de diciembre.
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