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La prima de riesgo española cae a mínimo de casi tres años ante la expectativa de rebajas de tipos más intensas

El diferencial de la deuda española cae de los 70 puntos básicos por primera vez desde enero de 2022. Los operadores apuntan a una reducción del 0,5% en la cita del BCE de diciembre

BCE
El ministro de Economía, Comercio y Empresa de España, Carlos Cuerpo y la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde. EFE/ Olivier HosletOLIVIER HOSLET (EFE)
Gema Escribano

En los mercados siguen resonando las palabras pronunciadas ayer por la presidente del BCE. Aunque Christine Lagarde rehusó dar pistas sobre los próximos pasos a seguir, los inversores se aferran a la idea de que con una inflación que se sitúa por debajo del objetivo del 2% (en septiembre cayó al 1,7%, su nivel más bajo desde abril de 2021) y una economía de la zona euro que empieza a dar señales de debilidad la institución europea se verá abocada a acelerar el recorte de los tipos. Las perspectivas de tasas más bajas son un aliciente para el mercado de deuda. Los inversores se apresuran a tomar posiciones en la renta fija para asegurarse las mejores rentabilidades y lograr un extra con su revalorización a medida que los rendimientos prolongan los descensos.

La caída de los rendimientos es generalizada, pero es ahora la periferia europea la que mejor comportamiento registra. Tradicionalmente los países del sur de Europa han sido los que acumulaban los mayores desequilibrios y por tanto el mayor perfil de riesgo. Los activos de riesgo son precisamente los que mejor comportamiento registran cuando las tasas se moderan. Con el rendimiento del bono español en el 2,88% y el italiano en el 2,9% los diferenciales con la referencia alemana se estrechan. La prima de riesgo española cae por debajo de los 70 puntos básicos por primera vez desde enero de 2022, mientras la italiana retrocede a los 118 puntos básicos, niveles de noviembre de 2021. En aquella época los tipos de interés continuaban anclados en el 0% y el BCE seguía compran deuda y reinvirtiendo los vencimientos de la deuda adquirida bajo el programa antipandemia (PEPP) y del primer plan de compra de activos creado en 2015 para aliviar las tensiones en mercado de deuda. Eso sí, el que sigue sin encontrar rival en el sur de Europa es Portugal. Con el bono luso a 10 años en el 2,62%, su prima de riesgo cae por debajo de los 45 puntos básicos.

Los desequilibrios fiscales y la inestabilidad política que afronta Francia le han hecho perder la etiqueta de activo seguro. Desde el adelanto electoral los inversores han acelerado el castigo a los activos galos y el comportamiento de su deuda es el mejor termómetro. Aunque la rebaja de los tipos ayuda a mitigar la desconfianza el mercado sigue exigiendo una prima a Francia. Con el rendimiento del bono a una década en el 2,92%, su prima de riesgo cae a los 73 puntos básicos, inferior a los 82 puntos básicos que llegó a registrar el pasado mes de julio, coincidiendo con el ascenso de la ultraderecha en las encuestas, pero aún por encima de los 45 que registraba antes de conocerse el resultado de las elecciones al Parlamento Europeo.

“Dada la debilidad del crecimiento en la zona del euro y la caída de la inflación, mantenemos nuestra opinión de que el BCE recortará los tipos en 25 puntos básicos en cada una de las próximas cuatro reuniones del Consejo de Gobierno, alcanzando una política más neutral en mayo de 2025″, señala David Kohl, economista jefe de Julius Baer. El experto considera que con ello se crean las condiciones propicias para que invertir en renta fija. En términos de deuda soberana, el experto se decanta por la periferia europea, que seguirá beneficiándose de los buenos resultados macroeconómicos. Mientras el PIB español avanzó un 0,8% en el segundo trimestre, Francia apenas creció un 0,2% y Alemania se asomó a recesión con una contracción del 0,1%. Las previsiones que manejan los organismos internacionales apuntan a que esta tendencia se acentuará. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicas (OCDE) espera que la economía española crezca un 2,8% en 2024, muy por encima del 0,7% que el conjunto de la eurozona y a gran distancia del 0,1% que prevé para Alemania. Más benignos son con Francia o Italia, para los que estiman un avance del 1,1% y del 0,8% este año.

Desde el departamento de análisis de Citi creen que la debilidad de los indicadores macroeconómicos va a obligar al BCE a emprender un proceso de flexibilización constante en lugar de gradual. Es decir, rebajas más intensas y sin parar. Según sus previsiones, la institución reducirá las tasas en cada una de sus reuniones hasta que la postura de la política monetaria no sea solo neutral, sino de hecho expansiva. Estas previsiones se mantienen en línea con lo que descuenta el mercado. Los operadores del mercado han reajustado sus expectativas de tipos. Además de mantener intacta la idea de recortes en las próximas tres citas, barajan que en el encuentro de diciembre la rebaja sea de 50 puntos básicos, frente a los 25 anteriores. Según estas previsiones, en marzo de 2025 el precio del dinero se situaría en el 2,25%.

Los analistas de Nomura creen que para que el BCE baje las tasas 50 puntos básicos en la próxima reunión sería necesario un mayor debilitamiento económica así como una inflación más en línea con las previsiones del BCE. Aunque los analistas descartan este escenario considera que la institución podría bajar las tasas en cada uno de los encuentros hasta mediados de 2025 más un recorte adicional de 25 puntos básicos en septiembre del próximo año. Según estas previsiones, el tipo terminal se situaría por debajo del 1,75%.

Esta idea es compartida por los analistas de Bank of America. Rubén Segura-Cayuela, economista jefe de la entidad estadounidense para Europa, destaca la meticulosidad empleada por Lagarde en la rueda de prensa. El BCE camina en una delgada línea. Por un lado, trata de evitar el deterioro de la economía a la vez que trabaja por mantener los precios en el entorno del 2%. “El hecho de que Lagarde dijera que hay más riesgos a la baja que al alza para la inflación “es más significativo, y deja claramente la puerta abierta de par en par a recortes consecutivos, junto con una desinflación bien encaminada”, remarca. Segura- Cayuela se mantiene firme en su idea y espera que los datos sigan empujándoles a recortar en cada reunión a partir de ahora hasta llegar al 2% en junio de 2025, y luego dos reducciones trimestrales hasta el 1,5% en diciembre de 2025.







Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.
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