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L’Occitane se suma al sinfín de cotizadas que huyen de la Bolsa

La firma francesa dejará de cotizar en Hong Kong el próximo 7 de agosto. Applus está en plena opa de exclusión en la Bolsa española

Imagen de archivo de una tienda de L'Occitane en Reino Unido.
Imagen de archivo de una tienda de L'Occitane en Reino Unido.SOPA Images (SOPA Images/LightRocket via Gett)
Luis Enrique Velasco

Abandonar el mercado de valores está camino de ser tendencia. El caso más reciente es el de la firma francesa de cosméticos L‘Occitane International, que este martes ha comunicado que finalmente dejará de cotizar en la Bolsa de Hong Kong después de 14 años. Su salida llevaba cocinándose a fuego lento desde hace algún tiempo: a finales de abril, Reinold Geiger, accionista mayoritario y presidente de la firma, lanzó una oferta con el apoyo del gigante estadounidense Blackstone de 1.700 millones de euros para hacerse con el 27,4% de la empresa que aún no estaba en sus manos y así sacarla del parqué. La empresa informó que el 91,97% de los accionistas a los que se dirigía al propuesta aceptaron la oferta, lo que supera el umbral necesario para proceder a la venta forzosa de las acciones restantes. Está previsto que la compañía deje de cotizar el 7 de agosto.

El argumento de Geiger para sacar de la Bolsa a la compañía es que la operación “brindará al grupo la flexibilidad para tomar decisiones comerciales a más largo plazo”, y que la decisión permitirá a la compañía tener un “crecimiento acelerado y mayor competitividad en la industria global de cosméticos y cuidados de la piel”. El mercado ha recibido positivamente la decisión con un alza del 1,6%. Este último repunte es parte de la buena marcha que la compañía ha tenido en Bolsa en los últimos seis meses, con un crecimiento de casi el 50%, que ha llevado a sus títulos a los 33,90 dólares hongkoneses (unos 4,34 dólares estadounidenses). Al calor de unos boyantes años para la industria cosmética, la empresa mejoró las ventas un 24,5% en 2023 con respecto al año anterior, aunque durante ese periodo los beneficios se redujeron un 51%. En el mercado no descartan que el objetivo a futuro pase por volver a bolsa de valores, pero a la francesa.

El gigante de los cosméticos no es el único que enfila su salida del parqué. El supervisor del mercado, la CNMV, acaba de autorizar la opa de exclusión lanzada sobre Applus por los fondos fondos I Squared y TDR, después de que estos se hicieran con un 70,65% de su capital tras vencer en la guerra de opas ante Apollo. Con ello, se pondrá fin a su aventura en la Bolsa española, donde cotiza desde 2014. Un movimiento que no es un caso aislado: el 26% de los estrenos bursátiles de la última década ya han dejado de cotizar, a lo que se suma una sequía de llegadas al parqué. Entre los valores que se han despedido de la Bolsa este año está OPDE, cuyo paso por el mercado de valores fue más bien breve; llegó al Ibex en julio de 2022 y dejó de cotizar el pasado 3 de abril tras la opa lanzada por el fondo francés Antin. Pero la lista de exclusiones va más allá: Solarparck, Parques Reunidos, Telepizza, Euskaltel, Saeta Yield e Hispania son algunas de las empresas que en los últimos 10 años han debutado en Bolsa pero que ya no cotizan. La mayoría de estas han sido adquiridas por fondos de capital como Blackstone, que ahora apoya la compra de L’Occitane International.

Entre las que empresas que podrían abandonar la Bolsa se ha colocado recientemente Grifols. La familia fundadora de la farmacéutica está negociando con la gestora canadiense Brookfield una opa para hacerse con el 100% de la firma y excluirla de Bolsa ante el castigo que acumula en lo que va de año en Bolsa tras la publicación de un informe de Gotham City en el que se pusieron en duda sus estados financieros. Una decisión que busca, además de evitar el escrutinio público diario y retratarse en las presentaciones trimestrales, recuperar el valor perdido en los últimos meses.

Entre las empresas europeas que han dejado de cotizar en Bolsa en los últimos meses están Tod’s y Superdry. La firma italiana cotizó por última vez el 4 de junio después de que fuera adquirida por el fondo L Catterton, en una operación valorada en unos 512 millones de euros y respaldada por el grupo de lujo LVHM. En su momento, los hermanos Della Valle, propietarios de la textil, señalaban que la operación “proporcionaría beneficios adicionales para el desarrollo del grupo construido a través de inversiones continuas y objetivos desafiantes”. Por su parte, la firma británica de retail cesó de cotizar el pasado 12 de julio con el objetivo de poner en marcha un plan de restructuración fuera de los focos de inversores y analistas. Una estrategia que está analizando también uno de los histórico miembros de la Bolsa francesa, Rothschild, cuyos principales accionistas se han mostrado a favor de la posible exclusión del parqué de la empresa. La familia Rothschild reconoció en febrero que estudiaba la exclusión de la entidad para liberarse de las limitaciones que implica dirigir una empresa que cotiza en Bolsa.

El empequeñecimiento de las Bolsas es un problema que preocupa tanto en Europa como en Reino Unido. A la escasez de salidas a Bolsa se suma el creciente número de exclusiones impulsadas por los movimientos corporativos. Tanto que el Ejecutivo británico ha puesto en marcha cambios para intentar recuperar el atractivo ante las empresas y Bruselas tiene sobre la mesa medidas para impulsar el mercado de capitales.


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