Los tesoros retoman las emisiones a más largo plazo a la espera del recorte de tipos
España, Alemania, Reino Unido o Bélgica lanzan este año colocaciones a 30 años. Aprovechan el fuerte apetito inversor por amarrar rentabilidades elevadas
La bajada de tipos de interés este año es la perspectiva con la que trabajan los emisores de deuda, la que tienen sobre la mesa los tesoros de los países de la zona euro y, por supuesto, los inversores. El momento de ese primer recorte, que abarate por fin el precio del dinero, es aún una incógnita y se podría situar hacia el verano, según ha sugerido el BCE. Los inversores han renunciado ya a la expectativa de fin de 2023 que apuntaba a un primer recorte en marzo pero la creencia de que esas bajadas llegarán en los próximos meses es unánime y los tesoros ya se animan a alargar los plazos de emisión de su deuda. Un claro ejemplo fue la emisión sindicada de ayer del Tesoro español, la primera a un plazo de 30 años desde febrero de 2022: vendió 6.000 millones de euros con demanda por más de 83.700 millones.
Los tipos ya no van a subir más y el apetito de los inversores por amarrar rentabilidades lo más elevadas posible hace más atractivas las colocaciones a plazos más largos. A favor de retomar las emisiones a más plazo juega también, por parte de los tesoros, el objetivo de no reducir el plazo medio de vida de la deuda en circulación, como garantía de sostenibilidad de la deuda. “El año pasado no había demanda para plazos más largos pero ahora en el mercado solo se habla de bajada de tipos y hay más demanda para plazos a más de diez años, en especial entre compañías de seguros y de pensiones”, explica Pablo Lladó, responsable de mercado de capitales de Credit Agricole en España.
En 2023, el Tesoro español realizó cuatro colocaciones sindicadas: dos de ellas a 10 años y otras dos al plazo de 15 años, una de las cuales estaba vinculada a la inflación. Fue en febrero de 2022 cuando realizó la anterior sindicada a 30 años, meses antes de que el BCE subiera tipos y cuando ya se vislumbraba el inicio de un nuevo ciclo alcista en los tipos de interés. España vendió entonces 7.000 millones de euros, tras recibir peticiones por 60.143 millones de euros, muy por debajo del volumen de peticiones de ayer.
En el inicio de año también han realizado emisiones sindicadas a plazos largos Francia –8.000 millones en un bono verde a 25 años con demanda por 98.000 millones–; Alemania, con una sindicada a 30 años por 5.000 millones y peticiones por 74.000 millones–, e incluso Grecia, que colocó 4.000 millones a 10 años y demanda récord por 34.000 millones. Además de España, ayer también vendieron deuda a 30 años Bélgica y Reino Unido.
Jesús Sáez, responsable de mercado de capitales de Natixis en España, insiste en que “la apuesta por los plazos largos es clara”. Tanto desde el punto de vista del emisor, dado que la curva está muy plana en los plazos largos y apenas se exige más rentabilidad por alargar el plazo, como para el inversor, que ante la perspectiva de tipos más bajos busca asegurarse remuneraciones lo más elevadas posible a largo plazo.
La tendencia a emitir a más plazo se aprecia especialmente entre los soberanos y no tanto entre los emisores corporativos, según apunta Francisco Chambel, director de mercado de capitales de Unicredit. “En deuda corporativa, los vencimientos medios en lo que llevamos de año están en torno a los 7 años, pero sí creemos que los plazos largos (12 o más años) están abiertos para emisores de rating elevado”, afirma.
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