Salario en tokens: la estrategia laboral que ya es una realidad
La transparencia y trazabilidad permiten diseñar sistemas de canjeo flexibles y controlables que resultan atractivos tanto para empleadores como para empleados

Imaginemos una cadena de restaurantes que quiere premiar el esfuerzo de su personal de cocina y sala tras una temporada alta especialmente intensa. En lugar de limitarse a una retribución convencional, decide entregar parte de ese bonus en tokens digitales que pueden canjearse por beneficios vinculados a la propia empresa, como acceso prioritario a nuevas oportunidades, formación o incluso participación en decisiones corporativas. La propuesta, lejos de ser una extravagancia futurista, ya está en la mesa de muchas compañías que buscan fórmulas innovadoras para retribuir, fidelizar y alinear valores con su plantilla. Pero ¿es esto posible?
Hasta ahora la respuesta era clara (y negativa). El Estatuto de los Trabajadores, en su artículo 26.1, define el salario como “la totalidad de las percepciones económicas de los trabajadores, en dinero o en especie”. Y el artículo 29.4 añade que “el pago del salario podrá efectuarlo el empresario en moneda de curso legal o mediante cheque u otra modalidad de pago similar a través de entidades de crédito.”
Esto implicaba que el uso de criptomonedas, al no ser moneda de curso legal ni estar garantizadas por entidades financieras, solo podía ser considerada como retribución en especie y, por tanto, estaba sujeta al límite del 30% sobre el salario total.
Sin embargo, el escenario regulatorio ha evolucionado, y con él las posibilidades jurídicas. El Reglamento MiCA define el “criptoactivo” como una representación digital de un valor o de un derecho que puede transferirse y almacenarse electrónicamente mediante tecnología de registro distribuido o similar. Y dentro de este universo emergen con fuerza los llamados e-money tokens, cuyo valor va ligado a una moneda de curso legal (EURC o USDC). A diferencia de otros criptoactivos, estos sí cumplen con los requisitos del Estatuto de los Trabajadores y permiten que su uso se considere retribución en dinero, no en especie, evitando de este modo la limitación del 30%.
Más allá de los aspectos normativos, las ventajas para las empresas son notables. Este tipo de retribución permite premiar el rendimiento de una forma innovadora, incentivando comportamientos alineados con la cultura empresarial. Algunos tokens, además de tener un valor económico, otorgan derechos y beneficios dentro de la propia organización, generando un vínculo emocional y de pertenencia. La transparencia y trazabilidad, características propias de la tecnología en la que se basan, permiten diseñar sistemas de canjeo flexibles y controlables que resultan atractivos tanto para empleadores como para empleados.
Pero no todo es idílico. Los retos son importantes. En primer lugar, la volatibilidad de los precios en muchos criptoactivos puede afectar al valor de la compensación (salvo los e-money tokens), generando incertidumbre económica. En segundo lugar, el entorno regulatorio es todavía inestable y su evolución constante puede dificultar su implementación. Y, en tercer lugar, su aceptación es aún limitada: los trabajadores deben contar con un monedero electrónico o confiar la custodia a un tercero autorizado, lo que requiere un esfuerzo de formación y adaptación que no todas las plantillas estén dispuestas a asumir.
Por eso, si una empresa quiere implantar este tipo de retribución deben hacerlo con una estrategia clara. Resulta imprescindible diseñar un plan de incentivos donde se definan con precisión los requisitos, objetivos o comportamientos que serán recompensados, el valor que se asignará a los tokens emitidos y las condiciones de su entrega. También es fundamental que todo el sistema sea fácilmente comprensible y transparente, y que el proceso de canjeo esté bien definido y documentado.
La personalización del reconocimiento, según los intereses de los empleados, puede incrementar el compromiso, especialmente si se combinan incentivos a corto y largo plazo. Además, un sistema de seguimiento y medición permitirá evaluar la efectividad del programa y ajustarlo cuando sea necesario.
El uso de stablecoins, como los e-money tokens, por su menor volatilidad y mayor seguridad jurídica, se posiciona como la opción más viable a corto plazo. Su capacidad para integrar innovación tecnológica con garantías legales abre una puerta a nuevas formas de entender la compensación laboral.
Es el momento de dar un paso adelante. Las empresas que apuesten por fórmulas retributivas flexibles y modernas estarán mejor posicionadas para atraer y retener talento. El futuro de la retribución está aquí. Y se mide en tokens.