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El consumo de energía, principal reto de los centros de datos

España se perfila como un destino ideal para instalar ‘data centers’, pero existen desafíos regulatorios

Centro de datos de Data4 Group , Alcobendas.
Centro de datos de Data4 Group , Alcobendas.Víctor Sainz

La transformación digital de la industria y la economía ha situado a los data centers como pilares fundamentales de la infraestructura tecnológica global. España está siendo testigo de una avalancha de anuncios de inversiones multimillonarias en megaproyectos de centros de datos de grandes tecnológicas, fondos de inversión, operadores de centros de datos y empresas generadoras de electricidad. Ello, por tres razones fundamentales: la abundancia de fibra, su excelente situación geográfica y el potencial de generación de energía renovable. Si a estas circunstancias le unimos que los hubs del FLAB (Fráncfort, Londres, Áms­terdam y Berlín) –donde están ubicados la gran mayoría de los centros de datos en Europa–, muestran signos de saturación, España se convierte en un potencial paraíso para el desarrollo de este tipo de instalaciones.

Sin embargo, este bum no está exento de desafíos, y uno de los retos más apremiantes a los que se enfrenta actualmente el desarrollo de este tipo de industria es su consumo de energía eléctrica. Según el Informe de electricidad 2024, de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), los centros de datos, las criptomonedas y la inteligencia artificial consumieron alrededor de 460 TWh de electricidad en todo el mundo en 2022, esto es, casi el 2% de la demanda eléctrica mundial. En este mismo informe, la AIE prevé que esta demanda de electricidad podría duplicarse hacia 2026.

Pues bien, en un contexto en el que Europa ya está regulando la eficiencia energética de los centros de datos, en España el mayor reto es el reducido número de posiciones de demanda existentes y la dificultad de las redes eléctricas de absorber esa nueva demanda de energía. El acceso y conexión a las redes de energía por parte de las instalaciones de demanda (como los centros de datos) se ha convertido en una tarea difícil.

Como regla general, y con la salvedad de los supuestos de autoconsumo (con ciertos límites impuestos por el Real Decreto 1183/2020), el gestor de la red de transporte (REE) viene entendiendo que la planificación de la red (actualmente vigente para el periodo 2021-2026, y que ha sido recientemente objeto de ciertas modificaciones puntuales) no permite solicitar para demanda una posición destinada a generación. De ahí que los puntos de conexión sean tan limitados (la gran mayoría de los puntos contemplados en la planificación vigente son para generación y no para demanda) y no sean suficientes para las nuevas necesidades surgidas por los centros de datos.

Una revisión de la planificación de la red de transporte de energía eléctrica (creando más posiciones de conexión a nueva demanda) desbloquearía la capacidad potencialmente otorgable. Asimismo, todavía está pendiente la aprobación de la orden ministerial que regule los criterios aplicables a concursos de capacidad de acceso de demanda en los nudos de la red de transporte (sin perjuicio de la aplicación, hasta ese momento, de criterios transitorios previstos en el Real Decreto Ley 8/2023).

No obstante, el Ministerio para la Transición Ecológica abrió recientemente un proceso de consulta pública previa sobre la modificación del límite de inversiones en redes (de transporte y distribución) fijado para las compañías eléctricas, cuyo periodo para presentar alegaciones se cerró el pasado 3 de julio. Tendremos que esperar para ver cuál es la propuesta concreta que realiza el ministerio, ya que en la consulta pública no se indica cómo pretenden modificarse (o cuánto pretenden ampliarse) esos límites.

En conclusión, mientras España se perfila como un destino ideal para la instalación de centros de datos, existen todavía retos regulatorios relacionados con el acceso a la red eléctrica. Abordar estos desafíos mediante la revisión de la planificación de la red, la modificación de los límites de inversión en redes, la regulación adecuada del acceso y conexión y la colaboración entre sectores será crucial para aprovechar al máximo este potencial de crecimiento.

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