Los laboralistas marcan el paso en los grandes bufetes
Los especialistas en derecho del trabajo dejan de desempeñar labores de apoyo y asumen un papel protagonista por la cisis del Covid
A diferencia de otras compañías del sector servicios, los grandes despachos de abogados están logrando mantenerse a flote e incluso aumentar su actividad en medio de la tormenta económica desatada por la pandemia. El fenómeno se explica, en parte, por el aluvión de consultas legales que han generado las sucesivas medidas aprobadas por el Gobierno para contener el desplome de la economía, como los ya populares expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) y la ley del teletrabajo. En vista de la importancia que han adquirido los asuntos laborales, la mayoría de bufetes y consultoras (big four) han movido ficha, aumentando el número de profesionales dedicados a esta práctica jurídica.
Es el caso de Garrigues y Cuatrecasas, que han incorporado a diez y cuatro nuevos letrados, respectivamente, desde febrero de 2020. Otras firmas, como PwC Tax & Legal, EY Abogados y Ecija, han hecho una apuesta todavía más decidida por desarrollar su músculo laboral, en términos relativos, con un crecimiento de plantilla superior al 20%. Por su parte, Uría Menéndez y Baker McKenzie, se han mantenido tal y como estaban hace 12 meses.
Estas cifras, recopiladas por CincoDías, permiten llegar a dos conclusiones en opinión de Javier Avilés, responsable de la división legal de Catenon, empresa internacional dedicada a la selección de personal. La primera de ellas es que, en menos de un año, las áreas de laboral han pasado de desempeñar un rol “transversal” (o prestar apoyo a otras secciones más boyantes en épocas de bonanza, como M&A y mercantil) a atraer clientes y “generar negocio por sí mismas”.
La segunda reflexión que hace Avilés no es menos relevante: los bufetes han tratado de salir del paso haciendo uso de su propia estructura pero se han ido concienciando de que la recesión va para largo y han empezado a contratar personal, "especialmente aquellos que no contaban con departamentos de laboral muy potentes”.
Perfil al alza
Los movimientos estratégicos de los pesos pesados del sector legal empiezan a trasladarse al mercado de trabajo. De hecho, según un reciente estudio de Adecco Group Institute, el perfil laboralista será uno de los más cotizados en 2021.
El cazatalentos y fundador de B-Lawyer, Borja Suárez, subraya que, si bien es cierto que la demanda de especialistas está aumentando, la remuneración media que perciben estos profesionales sigue prácticamente en los mismos niveles de 2019, como refleja un estudio de Signium publicado hace apenas dos semanas. “Lo que sí ha habido es un aumento de facturación y con ello un incremento de lo percibido en régimen variable, pero los salarios base se han mantenido estables”, precisa.
Suárez vincula la estabilidad en los sueldos al hecho de que las firmas “no se hayan lanzado a contratar en masa a júniors y becarios ante el temor de sobredimensionar sus plantillas a largo plazo”. Más bien, explica, han optado por reforzar sus cuadros medios y altos a través de fichajes y rotaciones puntuales. Es decir, que prefieren a abogados senior que trabajen en boutiques legales o en la competencia y que cuenten con una experiencia “de al menos seis años en gestión de equipos”.
Tsunami de consultas
El perfil trazado por el headhunter tiene mucho que ver con las dinámicas de trabajo que se han impuesto en los departamentos de laboral tras la irrupción del coronavirus: se necesitan juristas que puedan incorporarse rápidamente a sus puestos sin necesidad de pasar por un largo perido de formación.
No en vano, desde que se declaró el primer estado de alarma, no han parado de aprobarse reales decretos (en total 36) que han obligado a los bufetes a funcionar a toda máquina. “Nunca pensé que me despertaría a las ocho de la mañana esperando a que se publicara el BOE para leer y explicar a los clientes la medida de turno”, reconoce Mario Barros, socio y director del área laboral de Uría Menéndez, quien describe lo vivido en el último año como “un tsunami de necesidades de asesoramiento”.
Rubén Agote, coordinador del área laboral de Cuatrecasas en Barcelona, confiesa que ha sido "un año muy duro en el que se ha incrementado la carga de trabajo alrededor de un 20%". Según describe su homólogo en Madrid, Juan Bonilla, la mayor parte de las consultas han estado relacionadas con los ERTE por el Covid. Principalmente porque han supuesto una serie de trámites bastante farragosos. No obstante, asegura que han sido las restricciones a los despidos las que más quebraderos de cabeza han ocasionado a los especialistas, “por la enorme incertidumbre" que existe alrededor de ellas.
Rosa Zarza, socia responsable de laboral de Garrigues, añade a la larga lista de tareas los efectos del cierre de los juzgados (de abril a junio), la entrada en vigor de la segunda fase de los planes de igualdad, y la aplicación de la nueva ley del teletrabajo. Pero incide en que los abogados no solo han tenido que hacer frente en los últimos meses a continuos cambios legislativos, sino también a la transformación digital de su modelo de trabajo. “Hemos asistido a negociaciones online, a juicios telemáticos, y hemos dado un acelerón a las firmas digitales”, remarca.
Salud mental
Todas estas circunstancias han contribuido a disparar el estrés entre los profesionales, que se han visto desbordados en más de una ocasión. Para compensar los posibles estragos en la salud mental de los equipos, la mayoría de grandes bufetes ha optado por incrementar las reuniones (formales e informales) a través de videoconferencias diarias. Algunas firmas, incluso han ido más allá y han puesto en marcha iniciativas innovadoras a fin de evitar la sensación de aislamiento y ansiedad. “Hemos desarrollado un servicio médico online y ofrecemos además sesiones de mindfulness”, detalla Marc Carrera, socio responsable del área laboral de PwC.
Pero al margen de estos programas específicos también ha sido fundamental la solidaridad entre compañeros. “Desde el primer momento los abogados de otras especialidades nos han ofrecido su apoyo y, desde luego, esa ayuda ha sido valiosísima”, destaca Barros.
Las fuentes consultadas por CincoDias coinciden en señalar que el pico de trabajo ha quedado atrás y que los despachos se han instalado en una nueva normalidad. Aun así, advierten de que todavía puede haber sorpresas. “Estamos expectantes ante el fin de los ERTE, que podría provocar una oleada de despidos y mucha conflictividad”, remarca Fernando Vizcaíno, socio de Ecija. Es una preocupación que comparte David Díaz, responsable del área laboral de Baker McKenzie. “Nosotros ya hemos intervenido en varios ERE y parece que es inevitable que siga habiendo recortes de plantilla teniendo en cuenta la deriva que ha tomado la crisis económica”.
Más valorados
Para Raúl García, socio de EY Abogados, está claro que la problemática laboral se ha convertido en un asunto de primer orden para la supervivencia de las compañías, que valoran cada vez más el papel de los juristas. “Hemos pasado de ofrecer un asesoramiento reactivo a convertirnos en una pieza clave de la planificación y gestión de personal, lo que ha mejorado nuestra imagen entre los clientes”, argumenta.
Tanto García como el resto de socios entrevistados están convencidos de que el papel adoptado por los laboralistas durante la crisis sanitaria como primeras espadas, tanto en los departamentos de recursos humanos como dentro de sus propios bufetes, no responde a una lógica cíclica o anticíclica. O lo que es lo mismo: no es flor de un día.
Las empresas, dicen, se han dado cuenta a raíz de la pandemia de que las relaciones labores son absolutamente estratégicas y van a seguir siéndolo conforme la economía evolucione hacia otros modelos productivos. “Por eso, si yo fuese joven y empezara ahora mi carrera profesional, sin duda, la enforcaría de nuevo al derecho del trabajo”, concluye Vizcaíno.