Trabajo rechaza aprobar el régimen excepcional al registro horario que quieren los bufetes
Por ahora, no hay prevista una instrucción especial para un sector sumido en una fuerte tensión
No habrá excepción, al menos de momento. El Ministerio de Trabajo no tiene previsto a corto plazo excluir a los despachos de abogados de la aplicación del registro horario. Así lo confirman fuentes del departamento que dirige Magdalena Valerio, que admiten que el legal es uno de los sectores en los que están encontrando más problemas. La resistencia de las grandes firmas, en efecto, es muy alta. “De momento, no está previsto un régimen especial. Si fuera necesario, se incorporaría más adelante, pero hay que esperar”, explican.
Los contactos entre el Ministerio y la abogacía se iniciaron antes de la entrada en vigor de la norma, el pasado 12 de mayo y han continuado después. De hecho, la aplicación en el sector legal fue uno de los temas que abordó la secretaria de Estado de Empleo, Yolanda Valdeolivas, en el encuentro que mantuvo el lunes en la CEOE.
Sin embargo, el mensaje que llega desde Trabajo es claro: por ahora no habrá un criterio diferente para los despachos, tal y como han demandado las grandes firmas y algunos representantes de la abogacía institucional, como el decano del Colegio de Madrid, José María Alonso, el más activo en este sentido. No es cierto, por tanto, que para después de verano esté previsto aprobarse un régimen excepcional. Las mismas fuentes aseveran que no ven razón para excluir a las firmas del registro horario. Es decir, tienen que aplicar la medida, y “solo si se comprueban dificultades reales”, se estudiará la posibilidad de aprobar una instrucción específica.
La aplicación del registro horario ha desatado fuertes tensiones en la profesión. Una división que se puso de manifiesto en el pleno del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE) celebrado el pasado viernes y en el que se acordó la elaboración de un informe para estudiar el alcance de la nueva norma y si existe alguna excepción a la que acogerse. La discusión fue intensa, tal y como confirman varios asistentes a la reunión.
Los decanos se dividían en dos bloques. Por un lado, el sector prorregistro, que argumentó que la ley estaba “para cumplirse”. Enfrente, y capitaneados por José María Alonso, el otro grupo de decanos defendió que el ejercicio de la abogacía “no permite llevar un horario”.
En lo que parece que hay unanimidad es en la falta de confianza sobre la solución acordada. Los favorables a la aplicación del registro no entienden qué hay que estudiar porque creen que la ley es clara. Y los contrarios aseveran que si lo que se busca es una excepción a la norma, más que un informe lo que hay que hacer es lobby y convencer al ministerio y a los partidos que la profesión es incompatible con fichar.
En todo caso, una vez esté elaborado el informe (para el cual no se han dado un plazo específico), el CGAE lo remitirá al Ministerio de Trabajo. Mientras tanto, el mensaje de la institución es claro: la ley está para cumplirla.
Distintas realidades
Las tensiones que ha desatado por el registro horario se explican, en gran medida, por las distintas realidades que conviven dentro de la profesión. No es lo mismo un gran despacho en el que un junior puede empezar cobrando más de 30.000 euros anuales, que un despacho mediano o pequeño que paga una miseria a los abogados jóvenes. Una jornada laboral de 10 u 11 horas no puede evaluarse igual en uno u otro caso.
En este sentido, uno de los colectivos que está más activo en defensa del control horario son los letrados de menor edad. De hecho, el próximo 22 de junio, en el pleno trimestral de la Confederación Española de Abogados Jóvenes (CEAJ) votará una propuesta de la sección de Barcelona a favor del registro. “La abogacía es la profesión liberal por antonomasia, pero creemos que el control horario puede ser un buen mecanismo contra los abusos y la precariedad”, explica Alberto Cabello, presidente de la Agrupación de Jóvenes Abogados (AJA), que confía en que la medida sirva también para destapar los muchos casos de falsos autónomos que se producen en el sector.
Las grandes firmas, a la espera
Mensaje invariable. A la espera de ver cómo se resuelve el conflicto en torno al registro, el mensaje oficial de las grandes firmas permanece invariable: “lo estamos mirando”, aseveran. El escepticismo, no obstante, sigue siendo grande, porque, como en otras empresas, en los despachos se asume el pacto no escrito de que una alta retribución conlleva plena disponibilidad horaria. Lo que sí ha cambiado es el discurso. Si en la apertura del Congreso de la Abogacía, seis socios directores de despachos nacionales (Garrigues, Cuatrecasas, Uría, Gómez-Acebo & Pombo, Roca Junyent y Sagardoy) se posicionaron abiertamente en contra de que el registro fuera de aplicación en el sector (aseveraban que la relación laboral especial de los abogados les excluía del régimen general), en las últimas semanas las firmas parecen haber asumido que tendrán que idear alguna fórmula para responder a los requerimientos de la Inspección de Trabajo, si se diera el caso. El problema es cómo hacerlo, porque a pesar de que todos llevan un control de horas a través de los timesheets, lo más probable es que estos documentos revelen muchas más horas del máximo permitido por la ley.
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