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Marieta Jiménez “Persisten muchos estereotipos de género que hay que eliminar”

Tras vivir unos años en Suecia, decidió que debía hacer algo para cerrar la brecha de género en las empresas españolas. Considera que desde su puesto como directiva tiene el deber de alzar la voz contra la desigualdad

Manme Guerra
Marieta Jiménez, presidenta de ClosinGap y presidenta europea de Merck Healthcare
Marieta Jiménez, presidenta de ClosinGap y presidenta europea de Merck HealthcarePablo Moreno

Marieta Jiménez (Ciudad Rodrigo, 1966) llega a la entrevista con un folio en el que se intuyen varios datos, pero al que no mira en ningún momento. Tiene en la cabeza esos números que vienen a poner negro sobre blanco que en España aún existe una gran brecha de género, que la iniciativa ClosinGap quiere cerrar. Tras vivir varios años en Suecia como responsable de Merck en aquel país, donde hay mayor igualdad entre hombres y mujeres, decidió que debía poner su grano de arena para que la situación de las mujeres en las empresas españolas mejorara.

Pregunta: ¿Cómo y por qué surge ClosinGap?

R: Surge inspirado en una iniciativa que teníamos en Merck a nivel global, que se llamaba Healthy women, healthy economy, sobre todo en países con las economías subdesarrolladas, que pretendía ayudar a las mujeres en situaciones de extrema pobreza a tener una oportunidad para mejorar. Un poco inspirado en ese programa, cuando volví de Suecia, donde la igualdad está bastante avanzada, me parecía que teníamos que hacer algo en España. Surge la iniciativa adaptada al contexto que tenemos en España. Empecé a contactar con otras empresas porque me parecía que esto tenía que ser un grupo de empresas, participando todas juntas por conseguir romper y eliminar las brechas de género, pero desde una perspectiva económica. Porque al final lo que mueve este mundo son los datos económicos. Ya había algunos estudios publicados sobre la importancia de la incorporación de mujeres al entorno económico, que producía claramente un crecimiento y un desarrollo de las empresas o de los organismos públicos. Por eso, con ese enfoque, nace ClosinGap. Para intentar cerrar las brechas de género respondiendo a una pregunta que era muy sencilla: ¿cuál es el coste de oportunidad por no haber sido capaces de aprovechar el talento femenino en España?

P: ClosinGap publica informes de cuánto pierden la economía española por la brecha de género. ¿Hacen faltas cifras para ver la realidad? ¿Lo que no se mide no existe?

R: Hay un trabajo de concienciación muy importante que se está haciendo, desde muchos foros distintos. Pero a nosotros nos parecía que los datos iban a aportar credibilidad y consistencia a lo que pretendíamos mostrar. Hasta ese momento, yo creo que ClosinGap es la única iniciativa, incluso te diría a nivel mundial, que cuantifica la brecha de género y le pone números. Algunos de ellos son tremendos. El último índice que hemos publicado señala que tener la brecha todavía en ese 64.7% [se entiende 100% como igualdad real] lo que está impactando son 18 puntos en el PIB español. Que si lo piensas, 212.000 millones de euros es una barbaridad. Nos parece que los datos aportan credibilidad, consistencia y son indiscutibles.

P: ¿Han notado un avance desde que comenzó la iniciativa?

R: Este año, en el índice, que es el tercero que publicamos, hemos avanzado 1,4 puntos. En el mismo se miden sobre todo cinco categorías: educación, empleo, digitalización, conciliación y salud y bienestar. En esos cinco componentes, este año hemos mejorado en casi todos ellos, menos en salud y bienestar, en el que aún influía la pandemia. Cuando empezamos hace cuatro años y medio, España estaba en la posición 27 en el Informe global de brecha de género del Foro Económico Mundial, que analiza la igualdad en 146 países. Hoy está en la posición 18. Es decir, las cosas van mejorando poco a poco.

P: ¿Son necesarias las cuotas para acabar con la desigualdad?

R: Nosotros estamos a favor de cualquier herramienta que acelere y que favorezca el llegar cuanto antes a la paridad. Las cuotas son una herramienta, no son un objetivo en sí mismo. Al final hay muchas otras cosas que hay que hacer, no solo las cuotas. Esto tiene que ver mucho también con planes de igualdad en las empresas, con regulaciones que favorezcan, con programas de visualización del talento femenino. Las cuotas son una herramienta de orientación que te dicen hacia dónde hay que ir. Siendo el 50% de la población deberíamos tener el 50% de las posiciones de responsabilidad.

P: ¿Es en las pymes donde hay que poner el foco y trabajar más por la igualdad?

R: Más del 90% del tejido empresarial de este país está constituido por esas pequeñas y medianas empresas. Por eso, en ClosinGap, cuando empezamos, teníamos claro que debíamos dirigirnos y ser capaces de hacer llevar lo que hacemos a todos los rincones. De hecho, publicamos un informe de la brecha de género en las pymes, un poco para poner de manifiesto también la importancia y la relevancia de trabajar con ellas. Y hemos firmado, hace unos meses, un acuerdo con la Cámara de Comercio para ir a casi todas las provincias y poder hacer esa tarea de divulgación, de expansión del conocimiento y de mentalización, para que esas pequeñas empresas puedan transformarse.

P: ¿Qué pueden hacer las empresas para que no haya desigualdad desde el proceso de contratación debido a los sesgos inconscientes?

R: Tener más mujeres contratando. Evidentemente eso va a nivelar la balanza. Creo que todavía en España, y en general lo que veo en Europa ahora mismo, sufrimos muchos estereotipos de género, que es algo que está muy arraigado en la sociedad. Todavía persisten y perviven muchos estereotipos que hay que ir eliminando poco a poco.

P: ¿La incorporación de la generación Z al mercado laboral, con una mentalidad diferente a la de sus mayores, puede ayudar a cerrar la brecha?

R: Sí. De hecho, nosotros en Merk hacemos una encuesta a nivel europeo con 7500 jóvenes de muchos países preguntándoles, entre otras cuestiones, sobre conciliación y brecha de género. Piensan, en su mayoría, que quieren trabajar en una empresa donde haya igualdad de oportunidades, donde el liderazgo sea más humanista, que se tenga en cuenta la sostenibilidad. Vienen con toda esta frescura que yo creo que va a ser un acelerador también de la transformación. Pero no solamente las nuevas generaciones. De los informes que hemos hecho, el de movilidad y el de consumo, por ejemplo, salía que la mujer estaba liderando hoy en día ya ese avance hacia una sociedad mucho más sostenible. No van a ser solo las nuevas generaciones. La incorporación también de la mujer a las empresas va a ayudar a esa transformación social global que necesitamos, en sostenibilidad, liderazgo e igualdad.

P: ¿Las empresas van a tener sí o sí que apostar por la igualdad para no quedarse fuera de juego a la hora de encontrar el talento necesario?

R: Es un sí rotundo. Pero yo creo que ese camino ya ha empezado. Al final las empresas están ya dando ese paso.

P: Un reciente informe del Foro Económico Mundial recogía que en 2002 hubo un pequeño retroceso en porcentaje de mujeres en puestos de liderazgo y lo achacan a la recesión. ¿Por qué son las mujeres las primeras que sufren las consecuencias negativas de una crisis?

R: Nosotros lo hemos visto también. De hecho, el índice en el año de la pandemia retrocedía, sobre todo en temas de conciliación. Creo que hay muchas razones. Pero por comentar algunas de ellas. Las jornadas parciales de las mujeres, claramente. Si vemos el dato en España, el porcentaje de mujeres trabajando a jornadas parciales es aproximadamente de un 37%. El de hombres es solo un 7%. Otro tema tiene que ver con la conciliación, que nosotros hablamos siempre de corresponsabilidad. Las mujeres dedican 87.000.000 de horas al cuidado de hijos y familiares, mientras que los hombres son apenas 30 y tantos millones. Es decir, casi tres veces más. Y luego están los estereotipos, que hablábamos. Hasta que no seamos capaces de ir mejorando lo que está realmente lastrando, no seremos capaces de cambiar. Las cosas van mejorando poco a poco.

P: Esos avances de los que habla, ¿hay riesgos de que se paren o que incluso se den pasos hacia atrás en el camino?

R: Si vemos, por ejemplo, el avance del índice ha sido de 1,4 puntos en un año. Todavía es poco, nos quedan 35 años para cerrar la brecha. A mí me parece demasiado. Hay que seguir poniendo foco y aceleración para que al final esto podamos conseguirlo en diez años. Por eso son tan importante los datos que hablábamos antes, porque el mundo de las percepciones a veces juega en contra de conseguir los objetivos. Como todo el mundo está hablando del tema de la igualdad, parece que ya la hay. Por eso hay que sentarse, pararse a leer el dato y decir no, todavía no hay. Mira cómo estamos en conciliación, en digital, en educación, empleo, etcétera. Hay que ser muy consistentes y perseverantes con los datos para que al final no perdamos el foco.

P: ¿Qué pueden hacer las mujeres que, como usted, ocupan puestos de alta dirección para ayudar a cerrar la brecha de género?

R: Ya hay muchos programas de mentoring, acciones externas que visibilizan a mujeres líderes. Yo creo, y esta es mi vocación personal y por lo que decidí impulsar ClosinGap, que las personas que hemos llegado a un puesto de responsabilidad, seas hombre o mujer, pero más si eres mujer, tienes una responsabilidad que no puedes obviar. Tienes que alzar la voz, ser capaz de generar en tu empresa políticas y programas que ayuden a cerrar las brechas y a que haya igualdad. Ser un portavoz externo, tienes que ser valiente, decir lo que piensas y tienes que pelear. Yo tengo dos hijas. Yo lo hago porque mis hijas una vez me dijeron, ‘mamá, si tú no lo haces, quién lo va a hacer’. Eso fue realmente un motor para mí, para decir pues tienen razón. Yo que tengo el privilegio de estar ahora mismo una posición de liderazgo, tengo la responsabilidad que no puedo obviar de ser un ejemplo y un referente. Y de pelear y de luchar para que al final consigamos esa igualdad.

P: ¿Qué retos se ponen en los próximos años en ClosinGap?

R: Estamos en ese 64,7% de igualdad ahora mismo. A nivel europeo, está casi en un 76%. Si en España pudiéramos llegar cerca del 80% sería estupendo, mejorando sobre todo índices como el de la conciliación y el del empleo. Es uno de los retos. El otro es que realmente seamos capaces de que esto capilarice y llegue a todos los lugares del país. También a esas pymes, para que esta transformación sea real. Y me gustaría jubilarme con la igualdad real casi conseguida, y que no tardemos los 35 años que nos quedan según nuestro informe.

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Sobre la firma

Manme Guerra
Redactora de la sección Fortuna, donde escribe de recursos humanos, empresas, sostenibilidad, lujo y estilo de vida. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de la Escuela de Periodismo UAM-El País. Ha trabajado en El País, Vozpópuli, Microsoft News y la revista ¡HOLA! antes de incorporarse a Cinco Días en 2022.

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