Los fondos pierden 7.000 millones de euros de valor en abril por el crac de los aranceles
Los productos de Bolsa han registrado la peor caída de los últimos cinco años


Los fondos de inversión distribuidos en España han visto cómo en las tres primeras semanas de abril su valor caía en 7.000 millones de euros. Es la corrección más brusca vivida en el sector desde el inicio de la pandemia en 2020. Los productos de Bolsa se han llevado la peor parte, afectados por la incertidumbre generada por la guerra de aranceles desatada por Donald Trump que ha provocado fuertes caídas en la renta variable y ha provocado que los inversores empiecen a salir de Estados Unidos y miren otros destinos para sus inversiones como Europa.
De acuerdo con los datos recabados por la consultora especializada VDOS, los españoles acumulaban al 22 de abril un patrimonio en instituciones de inversión colectiva de 407.113 millones de euros (incluyendo fondos españoles, fondos internacionales y fondos de inversión libre). La cifra es un 2% inferior a la registrada a finales de marzo. Aunque en términos relativos parece una caída menor, se traduce una pérdida de valor 6.998 millones de euros. En tan solo un puñado de sesiones bursátiles.
Con todo, el dinero de los clientes ha seguido entrando en fondos de inversión, aunque fundamentalmente en productos muy conservadores, que se dedican a comprar sobre todo deuda pública europea. En las primeras semanas de abril se han producido unas suscripciones netas de 1.976 millones de euros en fondos. Prácticamente todo el dinero ha entrado a vehículos de renta fija y fondos monetarios, que invierten en renta fija a muy corto plazo.
La corrección de abril ha provocado que el dinero acumulado en fondos tenga unos rendimientos negativos en 2025. En concreto, de 8.847 millones de euros. El desplome de la Bolsa de Estados Unidos, especialmente en el caso de las compañías tecnológicas, ha sido la que ha liderado esa corrección bursátil. De hecho, los fondos de renta variable ya llevan perdidos en el año 5.877 millones de euros. Los fondos mixtos, que tienen acciones y bonos, pierden otros 3.000 millones.
El contrapeso en cuanto a los rendimientos ha venido de los fondos de renta fija. En abril, han logrado una revalorización de 475 millones, y de 1.374 millones en el año, demostrando que los bonos europeos se han convertido en un buen refugio ante el crac bursátil desatado por la imposición masiva de aranceles por parte de Estados Unidos a sus principales socios comerciales.
Las gestoras de fondos han empezado el año con unos niveles de ventas muy altos. Entre enero y marzo, acumulaban suscripciones netas (el dinero que entra, menos el que sale) de casi 10.000 millones de euros, siendo el mejor dato en un trimestre en la última década.
De esa ingente cantidad de dinero, casi todo ha ido a productos de renta fija. De entre los 20 fondos con más suscripciones netas en el año, 17 invierten su cartera en deuda, ya sea en formato de fondo de renta fija, de rentabilidad objetivo o mixto. Entre esos fondos aparecen vehículos propios de las entidades españolas: Santander PB Target 2027 4, con cerca de 1.000 millones de euros; Santander Objetivo 19 meses octubre 2026, BBVA Rentabilidad Ahorro Corto Plazo y Kutxabank Renta Fija Horizonte 2024.
Las categorías que están viendo cómo sale dinero son la de fondos garantizados (-613 millones de euros), cada vez menos comercializados por los bancos, y la de los fondos de renta variable (-182 millones en el año), en la que los clientes están viendo una gran sangría.
En cualquier caso, lo que ha demostrado la crisis actual es que los fondos de inversión se han convertido en el instrumento predilecto por parte de los españoles a la hora de ahorrar e invertir. La limitación en las aportaciones a planes de pensiones individuales, fijada en 1.500 euros al año, ha hecho que mucho del dinero que se ahorraba a través de esta figura se haya redirigido a fondos de inversión.
Otro de los cambios que se han producido en los últimos años es el modo de venderse fondos de inversión. Cada vez más, estos productos se distribuyen a través de contratos de gestión discrecional de carteras, o por medio de un asesoramiento, lo que hace que el dinero se invierta de una forma más profesional y racional. Solo un 25% de los fondos se vende de forma directa.
Este tipo de contrato de gestión de carteras implica que el cliente acuerda con el banco que una parte de su dinero lo gestione en su nombre, bajo unas condiciones pactadas (en cuanto al nivel de riesgo o el tipo de activos), a cambio del pago de una comisión, con factura e IVA. Normalmente, la entidad utiliza como subyacente un fondo de inversión. El formato permite al banco adaptar mejor las carteras de sus clientes a las condiciones de mercado, tener unos niveles de riesgo más adecuados a las preferencias del cliente y unos costes menores.
En cuanto a las rentabilidades, en los primeros tres meses del año ya se había registrado una importante corrección. En conjunto, el desplome medio ha sido del -0,3%, entre enero y marzo, que se habría agravado durante el mes de abril. Las principales caídas han estado en las Bolsas de Estados Unidos. La renta variable europea había aguantado mejor, hasta que Trump abrió la caja de los truenos de la guerra arancelaria.
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