Xavier Brun (Trea AM): “Para invertir me he apoyado en los procesos de creatividad de Ferrán Adriá”
El gestor ha tomado las riendas del emblemático vehículo Global Arrow Fund
Xavier Brun (Barcelona, 1976) afronta su proyecto más personal. El máximo responsable de Bolsa de Trea Asset Management, con responsabilidad sobre una cartera de cerca de 1.000 millones de euros de activos -entre fondos de renta variable y la parte de acciones de fondos mixtos- acaba de aceptar el reto de llevar el fondo Global Arrow Fund. Este fondo, con 26 años de historia, está ahora en la gestora catalana Diagonal AM, pero contará con el asesoramiento de Brun. “Mi compromiso con el producto es total, y es aquí donde he puesto todo mi patrimonio y los ahorros de mis hijas”, comenta. En este fondo Brun quiere plasmar las mejores estrategias e ideas de inversión que ha ido acumulando a lo largo sus 25 años de trayectoria profesional. El gestor compagina su trabajo en Trea AM con la dirección de un master financiero en la Universidad Pompeu Fabra. La vocación docente se deja ver en cada respuesta, así como la pasión competitiva de este triatleta.
Pregunta. ¿En qué va a invertir Global Arrow Fund?
Respuesta. Aunque en el folleto indica que es un fondo mixto, lo cierto es que va a estar fundamentalmente invertido en acciones. Tengo una alta convicción de que la renta variable es la mejor forma de conseguir retornos en el largo plazo.
P. ¿Cuántos títulos tendrá en cartera?
R. Bastante pocos. Entre 30 y 50 valores. Va a ser un fondo muy concentrado, con las mejores ideas que vamos detectando.
P. ¿Habrá poca rotación?
R. Sí. Mi idea es que los títulos se mantengan en cartera durante bastante tiempo. No creo que incorpore cada año más de tres o cuatro compañías.
P. ¿Qué tendrá de especial este fondo respecto a otros que ha gestionado?
R. Los fondos que se distribuyen en oficinas bancarias tienden a estar más pegados a los índices. Nadie quiere que el cliente bancario se lleve un disgusto. Aquí, en cambio, voy a tener mucha libertad para seleccionar los valores que quiera.
P. ¿Qué acciones está incorporando al producto?
R. Me gustan las empresas que denominamos compounders, que son aquellas que son capaces de hacer crecer con fuerza sus beneficios año tras año, al tiempo que saben reinvertir para seguir creando valor para sus accionistas.
P. Por ejemplo...
R. Empresas de lujo como LVMH, que tiene imagen de marca y una capacidad de fijación de precios impresionante. También gigantes como Microsoft, que se ha consolidado como el gran entorno de programas informáticos para las empresas, al tiempo que ha sabido reinvertir en inteligencia artificial o videojuegos. En empresas así no nos importa pagar múltiplos altos, porque estamos comprando negocios de una calidad excepcional.
P. ¿Qué rentabilidades puede esperar quien invierta?
R. Me parece razonable que lleguemos a dar entre un 10% y un 12% anual. Al final, se trata de escoger buenas empresas, pero también de que el partícipe no entre y salga del fondo en función de los vaivenes del mercado. La constancia es fundamental.
P. ¿Qué otro tipo de compañías le gustan?
R. Hay una parte de la cartera que reservamos para empresas cíclicas. En estos casos, la clave es comprar en el momento en que están muy castigadas por el ciclo económico. Esto ocurre mucho con las mineras. Cuando cae la demanda, parece como si nunca se fueran a recuperar. Pero, si tienen un balance saneado, con poca deuda, claro que se recuperan. Por ejemplo, tenemos en cartera Atalaya Mining, especializada en la extracción de cobre en la mina de Río Tinto de Huelva, que es una empresa excelente y con un gran gestor como es Alberto Lavandeira.
P. El cobre va a jugar un papel importante en la transición energética...
R. Así es. El cobre se ha considerado siempre el mejor termómetro para ver cómo va la economía. El ser un excelente conductor de la electricidad lo convierte en el material ideal para los sistemas de energías renovables. Su alta conductividad eléctrica permite una transferencia eficiente de la energía, minimizando las pérdidas de potencia durante la transmisión y la distribución.
P. ¿De dónde saca las ideas de inversión?
R. Me he inspirado mucho en los procesos de creatividad de un genio como Ferrán Adriá. Se trata de empezar a analizar una compañía, el sector donde opera, sus rivales, sus proveedores... Y después, ver quiénes son los proveedores de sus proveedores. Y ver en que temáticas puede sacar partido, y sus interconexiones. Para mi invertir es como pintar un lienzo en blanco, que hay que ir rellenando con tendencias, interdependencias, estimaciones de beneficios...
P. ¿Invierte en empresas ligadas a la inteligencia artificial?
R. Bueno, en cierta medida. Microsoft va a jugar un papel muy relevante, con su plataforma Azore AI de computación en la nube. También fue fundamental el movimiento que hizo en 2018 con la compra de Github, la plataforma de programas abiertos que utilizaban como base de trabajo millones de programadores de todo el mundo. También hemos invertido en empresas como AML y ASML, que son fundamentales para la impresión de nuevos microchips.
P. Algunas son muy caras, como Nvidia
R. Sí, pero nosotros creemos que siempre se puede entrar en empresas que estén en alguna parte de la cadena de producción y que no sean tan caras. Por ejemplo, invertimos en la francesa Soitec, que diseña y produce materiales semiconductores, y que tiene un producto estrella, de silicio sobre aislante, que permite que los chips se calienten menos y que las baterías de coches eléctricos, por ejemplo, sean más eficientes. A veces, es mejor comprar acciones de un fabricante de autopartes de la industria del coche eléctrico, cotizando a 8 veces beneficio, que comprar Tesla a 35 veces beneficio.
P. También invierten en empresas en situación especial. ¿De qué se trata?
R. Por ejemplo, Airbus. En pandemia cayó muchísimo su precio, pero el fabricante de aviones tiene una posición excepcional en una industria con enormes barreras de entrada, que en la práctica es un duopolio. Además, su línea NEO permite meter más asientos y gastar menos combustible, por lo que las aerolíneas están encantadas. En el caso de Philips, por ejemplo, tuvo un problema con un respirador para personas con apnea del sueño. Pero fue una situación puntual, que nos dio la oportunidad de comprar acciones de una empresa excelente a precios muy bajos.
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