Tea Shop, una boutique de origen sueco que convirtió a España en amante del té
La empresa, fundada en 1990 en Barcelona, ha facturado cerca de 25 millones de euros al cierre del último ejercicio. Prevé que las ventas en el país aumenten un 11,9% este año
El té es, a día de hoy, la bebida más popular en el mundo después del agua, según Naciones Unidas. No es sorprendente que Tea Shop, una firma española fundada en los años noventa por un sueco, Per Sundmalm, y que empezó en una humilde tienda de 200 metros en Travessera de Gràcia (Barcelona), ahora cuenta con 114 tiendas en distintos rincones del mundo.
Tea Shop, propiedad de East West Company y con operaciones en cuatro países, es la prueba de que el té, el otro rival cafeinado al café, es rentable. La empresa ha logrado facturar cerca de 25 millones de euros al cierre de este último ejercicio y cuenta con 177 empleados. Sus ventas han resistido a la pandemia y a la crisis inflacionaria. Para este año la firma prevé que aumenten un 11,9% en España, hasta los 21 millones.
Pero no siempre ha sido así. Joaquín María López, que lleva desde 2018 al frente de Tea Shop como director general, ha explicado que cuando llegó Sundmalm en los años ochenta la cultura del té no existía en Barcelona, una ciudad en gran medida alimentada por el café. “En su natal Estocolmo, el fundador bebía mucho té, y decidió transmitir la pasión nórdica al consumidor español”, relata a CincoDías. Al principio, la compañía ofrecía solo tres variedades de tés puros y la primera mezcla que se creó fue Gràcia blend black. Ahora, tras el éxito de ese producto, presumen de más de 140 fusiones y tés que provienen de maestros mezcladores ubicados en el trópico asiático, desde plantaciones en el sur de la India hasta Sri Lanka, o el sureste de China.
El paladar del cliente fluctúa por temporada, y Tea Shop, según el ejecutivo, tiene un sabor para cada estación. El gusto del bebedor del té puede oscilar desde infusiones con flores o mezclas infusionadas con frutas, cacao, hasta un clásico té negro de Pakistán, o su variedad darjeeling o earl grey. “Tiene mucho que ver con la estacionalidad,” considera López.
“La opción ganadora en verano es fruit explosion, una mezcla de 14 frutas que encima es no-waste. Lo puedes comer, mezclar con yogurt o ponerlo en ensaladas” añade. Otros productos de gran tirón han sido más experimentales, con sabor a sangría, daiquíri o tropical colada, con notas que recuerdan a piña colada.
Esta firma especializada en fusiones y tés a granel ha observado una evolución emocionante en los últimos cinco años, impulsada por el movimiento wellness que despegó a la altura de la crisis sanitaria en 2020. “Tea Shop va migrando hacia un consumidor todavía más consciente por sus hábitos de vida,” ha manifestado López. “El cliente valora el cuidado personal, el bienestar y la salud”.
Comercio electrónico
La cadena ha logrado aumentar sus ventas un 1,4% (like-for-like) en el último año fiscal, además de conseguir un crecimiento general del 14%. El incremento más notable se observa en el comercio electrónico, con un alza del 22% de sus ventas en línea, frente al 8% en sus tiendas físicas. Esta tendencia se debe a cambios de hábito del amante del té, que a pesar de ser en gran medida mujeres en la franja de edad de los 40 años, es cada vez más joven.
Tea Shop no ha perdido de vista a España —donde ha echado sus raíces— a pesar de su expansión global. Este país es el mercado de mayor peso en cuánto a facturación y número de tiendas, con un centenar de puntos de venta por todo el país, desde Barcelona hasta Toledo. Portugal, es otro mercado en auge, con seis establecimientos comerciales. Más allá de Iberia, Tea Shop ha lanzado tiendas en Italia y un negocio de comercio electrónico en Brasil.
El éxito de esta empresa también se debe a su compromiso ecológico. “Desde la tierra hasta la taza, creemos en la responsabilidad ambiental y social como pilares fundamentales de nuestra compañía”, ha recalcado el ejecutivo, que ha impulsado varias iniciativas para reducir el uso de plástico desde que asumió su cargo. “En Tea Shop somos conscientes de que nuestro éxito no solo se mide en términos de resultados económicos, sino también en hacer cosas buenas para el mundo”.
Innovar, el compromiso
Tea Shop ya ha logrado aumentar la sed por el té en el sur de Europa, un objetivo que parecía imposible hace unas décadas. ¿Y la próxima frontera? Personalizar el servicio al cliente como parte del compromiso con sus aficionados del té.
La empresa, según adelanta López, ha lanzado una nueva plataforma de comercio electrónico con el gigante Shopify, con capacidades multimoneda para facilitar la compra y atraer a clientes más jóvenes, además de ofrecer descuentos a consumidores fieles con su programa Tea Club.
Brasil ha servido de puente para empezar a estudiar una expansión digital, más allá de sus tiendas físicas en Europa y América.
Además de impulsar el canal online, la firma también estudia nuevas oportunidades en Andorra, un mercado que considera parte del ámbito doméstico. El ejecutivo no descarta su ampliación a otros países puesto que, aunque la mirada sigue puesta en España, las oportunidades para la firma parecen ser infinitas.
Con la vista puesta en nuevos mercados
Red de tiendas. A día de hoy la compañía cuenta con 114 puntos de venta. Concretamente, 33 son tiendas propias y participadas nacionales; las demás son franquicias (36 nacionales y 45 internacionales). Tea Shop está presente en España, Portugal, Italia y Brasil, y estudia expandir su exportación a más mercados a través de su canal de comercio electrónico.
Restauración y cadenas. En España, la firma vende a varios puntos de restauración prémium. Entre estos, al restaurante Amelia, ubicado en el Hotel Villa Favorita en San Sebastián; al Mirabona, en Mallorca; a Ton Kotsu, en Barcelona; y a Asiako, en Madrid. Por lo que se refiere a las cadenas, sus productos se encuentran en todos los Caffè di Francesco.
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