Ir al contenido
_
_
_
_

Europa produce menos plástico pero importa de peor calidad

La fabricación cae un 8,3% en el Viejo Continente, según Plastics Europe. El exceso de regulación y la falta de apoyo institucional llevan a las empresas a un futuro incierto

Europa produce menos plástico pero importa de peor calidad
Daniel Alonso Viña

La producción de plásticos ha crecido a escala global un 3,4% entre los años 2022 y 2023, según los últimos datos de Plastics Europe. Esa tendencia es inversa a la situación europea: la región produjo un 8,3% menos en ese periodo, hasta los 54 millones de toneladas, y tiene solo un 12% de cuota de producción mundial. En 2006, esa cifra alcanzaba el 22%. Algunas razones detrás de este declive son específicas al sector, como la falta de apoyo institucional o los prejuicios sobre su impacto en el medioambiente. Otras son comunes a muchos sectores industriales en la Unión Europea: el exceso de regulación, la importación de productos que no cumplen los estándares de calidad o el aumento del coste de las materias primas.

Las empresas productoras reclaman cambios si Europa quiere mantener a flote la actividad. Es un tejido industrial que emplea a más de 1,5 millones de personas en 51.700 empresas diferentes, y que generó 365.000 millones de facturación en la región en 2023, según datos de Plastics Europe. En España son 97.000 personas las que dependen de una cadena de valor que produce, transforma y recicla plástico para diversos usos, desde los viales que se utilizan para intubar a una persona, hasta las piezas de un coche o las cajas que protegen las fresas que se compran en el supermercado.

El bloque retiene solo un 12% de cuota de la producción mundial; en 2006, esa cifra alcanzaba el 22%

Alicia Martín, directora de Plastics Europe para España y Portugal, atribuye la caída en la producción a una combinación de los precios altos de la energía, la inflación que ha reducido los márgenes de beneficios y la importación de plásticos extraeuropeos con “normas medioambientales menos estrictas” y mayores ventajas competitivas. “Esta situación está ralentizando la transición del sector hacia la circularidad y la descarbonización de los plásticos en Europa”, defiende Martín por correo.

“La realidad es que ya se están cerrando plantas de producción de plásticos por estos motivos”, asegura. Sin ir más lejos, en el puerto de Róterdam, en Países Bajos, una planta productora de la empresa LyondellBasell, con 120 trabajadores, afronta un posible cierre, avanzan medios especializados. Otras compañías como Versalis y Trinseo están revisando sus inversiones, publica el Financial Times. “Sin una acción decidida y específica, Europa corre el riesgo de perder su liderazgo en producción y reciclaje innovador de plásticos”, defiende un comunicado de la asociación de recicladores de plástico de la UE.

Luis Cediel, director general de la Asociación Española de Industriales de Plásticos (Anaip), cree que el “tsunami legislativo” es clave para explicar el declive del sector en España y en Europa. “Perdemos competitividad, dedicamos recursos a cosas a las que no tendríamos que dedicar tantos recursos, y la industria se ve muy afectada”, señala durante la conferencia La industria de plásticos en España: equilibrio entre regulación y competitividad, celebrada a principios de abril. “Raro es el día en que no nos llama una pequeña empresa por un tema de regulación”, se queja.

El tamaño medio de las compañías del sector es de entre 25 y 30 empleados, y muchas tienen menos de 10. “Son empresas que no pueden estar al tanto de toda la legislación que sale”.

Esta situación está ralentizando la transición hacia la circularidad, señala la patronal europea

Cediel y el resto de los ponentes lamentan que el plástico extracomunitario no está sujeto a los mismos controles. “Las importaciones son la nueva norma, pero llegan aquí con certificados imposibles de creer”, indica. Como las autoridades comunitarias no tienen la capacidad de verificarlos, su entrada genera competencia desleal. “El exceso de regulación no armonizada tampoco nos pone las cosas fáciles. Tenemos que creernos Europa, no podemos tener una normativa europea y luego que cada país la trasponga con sus propias modificaciones”.

Por si esto no fuera suficiente, Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, ha lanzado una ofensiva arancelaria contra el mundo. Europa ha sido una de las afectadas. No tanto el plástico: “No estamos tan preocupados por los aranceles como por la contestación de la Unión Europea a Estados Unidos”, dice Cediel. En su balanza comercial específica, pesan más las compras que hacen al otro lado del Atlántico que las ventas de plásticos allí. “Ellos ya tienen sus propias plantas de fabricación”, apunta.

Una década  de normas


2015. La Comisión Europea lanza su hoja de ruta para transformar la economía en una más sostenible: la Estrategia Europea de Economía Circular. El plástico se convierte en un material clave para cerrar el ciclo de los recursos. La industria acogió la estrategia con buena disposición. 

2018. Se crea la Estrategia Europea de los Plásticos. Es el primer y único plan específico para un material en toda la UE. Incluye medidas para mejorar el diseño, la recogida y el reciclado de los productos plásticos. Desde entonces, el sector opera bajo un escrutinio constante, con más exigencias en trazabilidad y sostenibilidad que otros materiales. 

2019. La Comisión Europea, con Ursula Von der Leyen al frente, pone sobre la mesa el objetivo de convertir a Europa en el primer continente climáticamente neutro para 2050 con su Pacto Verde Europeo. Esto acelera nuevas normativas en materia de residuos, emisiones y materiales, que impactan de lleno en la industria del plástico, intensificando su carga regulatoria.  

2021. Se presenta la directiva sobre plásticos de un solo uso. Se prohíben o restringen productos como pajitas, cubiertos o bastoncillos de algodón. Además, se endurecen las exigencias sobre contenido reciclado en envases, etiquetado y gestión de residuos. Las empresas del sector, sobre todo las más pequeñas, denuncian dificultades para seguir el ritmo de la legislación.  

2023. España se convierte en el único país de la UE en aplicar un gravamen de 0,45 euros por kilo de plástico virgen no reutilizable. El impacto económico es notable: puede representar hasta el 25% del precio final de algunos productos. 


Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

_
_