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Guerra de los chips: el precio del galio se dispara un 27% en la semana tras el anuncio chino de limitar la exportación

El gigante asiático adelantó el lunes que a partir del 1 de agosto aplicará estrictos controles a la exportación de galio y germanio, dos metales importantes para el sector tecnológico de los cuales es el principal productor mundial

Dos empleados en la fábrica de materiales compuestos de GmbH.
Dos empleados en la fábrica de materiales compuestos de GmbH.picture alliance (dpa/picture alliance via Getty I)
Fernando Belinchón

El particular “regalo” que Pekín dedicó a Washington un día antes de la celebración del Día de la Independencia ya está teniendo sus efectos en los mercados. Como parte de un cada vez menos velado conflicto por la supremacía tecnológica en general y por la producción de chips en particular, el pasado lunes China anunció que a partir del 1 de agosto comenzará a aplicar una serie de estrictos controles sobre la exportación de galio y germanio. China es el principal productor mundial de estos dos metales de gran importancia en algunos segmentos de la industria tecnológica y la perspectiva de disrupción en las cadenas de suministro ya ha tenido su efecto en los precios. Esto ha sido así en el caso del galio, pero no en el del germanio.

Según datos de la firma de inteligencia de mercado Fastmarket recopilados por Bloomberg, esta semana el precio del galio ha subido un 27% impulsado por las maniobras de los compradores previas a que el endurecimiento exportador entre en efecto. El precio de este metal, utilizado sobre todo en la fabricación de semiconductores compuestos, pantallas, placas solares y vehículos eléctricos por su capacidad transmisora, ha alcanzado los 326 dólares por kilo, 43 dólares más que una semana antes y niveles máximos que no marcaba desde enero, pero lejos aún de los 500 dólares de agosto de 2022. Por su parte, el germanio se ha encarecido un mucho más modesto 1,9%. El motivo de esta disparidad de comportamiento radica según Colin Hamilton, analista jefe de materias primas de BMO Capital Markets, en que previsiblemente será más fácil elevar la producción de germanio que la de galio en otros países.

“El mercado de galio estaba bien abastecido antes del anuncio del endurecimiento, pero los compradores ahora están posicionándose para reservar los pedidos antes de que el control entre en acción, según un comprador que afirma haber mantenido una alta actividad esta semana”, escriben desde Bloomberg. El comprador entrevistado por la agencia estadounidense, que pidió mantener el anonimato por la tensa situación que atraviesa este mercado, explicó que tanto el galio como el germanio comparten la particularidad de que son productos de alto valor con producciones no muy elevadas. Los operadores de estos mercados no están acostumbrados a mantener grandes volúmenes en stock, algo que ahora sí están teniendo que hacer.

El galio y el germanio no son escasos de por sí, pero sí son caros. Aunque los analistas apuntan que ambos metales son “abundantes”, el alto coste de producción junto con la capacidad de China de extraerlos a uno más bajo que en cualquier otro país ha sido el elemento clave a la hora de explicar la fuerte dominancia de Pekín en este mercado. China produce alrededor del 60% del germanio mundial y del 80% del galio, según la asociación europea Alianza de Materias Primas Críticas (CRMA). Los datos del centro de inteligencia de minerales críticos de Reino Unido dan aún una mayor posición a China en el galio: el 94% de la producción mundial.

China anunció su movimiento de usar su posición de dominancia en el mercado de galio y germanio como un arma después de que trascendiera la intención de Washington de prohibir la exportación de chips relacionados con IA hacia el gigante asiático. A falta de varias semanas para que entre en acción el endurecimiento normativo, todavía está por ver el efecto real que tiene. Con la nueva norma que publicó el Ministerio de Comercio chino, las empresas exportadoras deberán pedir permiso al Gobierno, entregando información detallada sobre quiénes son sus compradores y para qué quieren el metal. Las autoridades se reservarán el derecho a autorizar o a prohibir la exportación caso por caso.

Al respecto de este endurecimiento, la portavoz del Ministerio de Comercio chino Shu Jueting enfatizó el jueves que los controles “no equivalen a una prohibición de las exportaciones”, sino que se establecen para garantizar que los metales se usan únicamente con fines lícitos. Con estos mayores controles sobre galio y germanio, a ojos de algunos expertos, Pekín estaría simplemente haciendo un tanteo del terreno. “Lejos de ser la opción nuclear que podrían haber escogido, los controles parecen ser un primer disparo de advertencia”, opina en un informe recogido por Bloomberg Bernarnd Dahdah, analista de Natixis. “China tiene el control de otros metales con los que podría hacer mucho más daño”, apunta Dahdah.

En un artículo de análisis sobre el movimiento chino, Fastmarket recoge una interesante opinión de un productor de otras materias primas que denuncia precisamente lo que señalaba el analista de Natixis. “El proveedor de cobalto y níquel Jervois Global ha hablado públicamente sobre lo que describe como China usando su posición de mercado para estrangular el suministro de materiales clave en la fabricación de chips. Estados Unidos, sin un adecuado stock de estos materiales, con falta de capacidad de minado y refinado de los mismos, poco puede hacer, sostuvo la compañía en sus redes sociales. Esta empresa ha recibido financiación del Gobierno de EE UU para realizar prospecciones de mineral con el objetivo de reducir la dependencia importadora de materias primas críticas”, detalla el texto.

El intento de ganar independencia en este campo por parte de EE UU no es nuevo. Fruto de la guerra comercial que mantuvieron Donald Trump y Xi Jinping, en 2018 Washington impuso aranceles sobre el galio y el germanio que en un primer momento fueron del 10%. Posteriormente, se elevaron al 25%, los niveles en los que aún hoy en día permanecen. Según Fastmarket, aunque se fijaron con la intención de “crear un campo de juego justo” para los productores estadounidenses, los miembros de esta industria se han quejado de que, aunque los aranceles incrementaron los costes que tenían que afrontar, el suministro de estos metales a nivel nacional no ha crecido.

No obstante, a medida que los precios suban, la sobre el papel inexorable ley de la oferta y la demanda hará previsiblemente más atractivo el inicio de la producción de galio y germanio en lugares en los que antes no se hacía. Así lo defendía el lunes Cristopher Ecclestone, experto en la firma de análisis de materias primas Hallgarten & Company: “Cuando dejen de tirar los precios, se volverá más viable extraer esos metales en Occidente”. Con todo, aunque parece que el movimiento de Pekín ha sido más un disparo de advertencia que uno con intención letal, ya se ha cobrado una primera víctima: la estabilidad de precios en uno de los metales que está esgrimiendo como medida de presión.

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Fernando Belinchón
Madrid. 1994. Máster en periodismo económico por la Universidad Rey Juan Carlos. Redactor de la Mesa Web de CincoDías. En el periódico desde 2016.

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