Gonzalo García: “En ningún caso las empresas deben ampliar márgenes”
La evolución de la inflación irá a la baja este año aunque con elevada volatilidad. La economía recuperará el nivel prepandemia a lo largo del primer semestre del año y la reforma de pensiones asegura la sostenibilidad
Desde que Gonzalo García llegó a la secretaría de Estado, ha tenido una multitud de frentes económicos abiertos y ha tenido que articular la mayor parte de las medidas puestas en marcha para reducir los efectos derivados de la Guerra en Ucrania. Ahora que lo peor ha pasado, ve el futuro próximo con cierto optimismo. La economía repunta y en breve recuperará el nivel prepandemia, mientras que lo peor de la inflación, que en 2022 alcanzó los dos dígitos, ya ha pasado. Para 2024 el reto será el retorno a la reglas fiscales europeas, es decir mayores controles en el déficit público y en la ratio de deuda. Todo indica que las negociaciones se llevarán a cabo durante la presidencia rotativa europea de España en el segundo semestre del año.
Pregunta. El pasado jueves conocimos como la inflación se moderó en marzo hasta el 3,3% por el denominado efecto escalón. ¿Qué previsiones espera de aquí a final de año en la tasa general y como evolucionarán los alimentos?
Respuesta. El dato es el resultado de todo el esfuerzo que venimos haciendo, para para bajar la inflación, no solo por el efecto escalón por el impacto que tuvo la guerra en marzo, sino sobre todo por la bajada de los precios de la electricidad que está en el origen de todo este episodio de inflación. El dato nos muestra la eficacia de las medidas que hemos venido adoptando y nos coloca en una situación con unos niveles de inflación mucho más más razonables y confirma la tendencia descendente de la inflación para este 2023, que están avanzando las previsiones más recientes, como las del Banco de España. Pero pese a la buena noticia, tenemos que seguir trabajando. Podemos anticipar que esta tendencia descendente se va a producir en un entorno de volatilidad, porque lógicamente el año pasado, con las medidas que adoptó el Gobierno a final de marzo y luego las que adoptó en junio, se produjeron vaivenes en la inflación. Vamos a seguir de manera muy estrecha el efecto de la rebaja del IVA en los precios de los alimentos y la necesidad de que estas bajadas de costes que estamos viendo se trasladen a los precios finales que pagan las familias.
P. ¿A partir de ahora va a ser más complicado bajar la inflación?
R. La verdad es que este nivel del 3,3% nos va a seguir colocando con la inflación más baja, en un nivel muy razonable. La bajada de una décima en la tasa subyacente es muy importante, porque llevaba muchos meses con una tendencia al alza. Ahora nuestro principal foco de atención son los alimentos más allá de los productos a los que se ha rebajado el IVA. Aquí es muy importante que la competencia efectiva funcione no solo en la distribución, sino en todos los eslabones de la cadena y que este proceso afecte también a la inflación de los alimentos y vaya bajando la inflación subyacente para volver a una situación más estable. El dato demuestra claramente que estamos avanzando y seguimos avanzando en el principal reto que era la inflación, pero como decía, tenemos que seguir trabajando para consolidar esta tendencia durante el año.
P. ¿Para final de año donde puede acabar la inflación?
R. Nosotros no hacemos previsiones de inflación. El Banco de España las acaba de publicar y están en el 3,7% de media para el año. En general las previsiones que se vienen anunciando más recientes lo que indican es una revisión a la baja de la inflación para este año y una revisión al alza del crecimiento, lo que nos coloca en una situación positiva para afrontar todavía un entorno muy volátil. Vamos a seguir muy atentos y trabajar para que esas previsiones se cumplan.
P. ¿Hay competencia efectiva en los sectores que contribuya a una moderación de los precios de la cesta de la compra?
El último dato de IPC muestra que las medidas que se han venido adoptando tienen resultados y en algunos casos necesitan un tiempo. Ahora estamos realizando un seguimiento muy estrecho para ver que las medidas que hemos tomado, que no son solo la rebaja del IVA, sino otras medidas como la ayuda a los agricultores para compensar el precio de los fertilizantes, y ver cómo esa reversión de la subida en los precios de la electricidad, que están en el origen de todo este episodio de inflación alta, se va reflejando a los costes y a los precios.
P. El Banco de España dijo que en el primer trimestre la economía iba a crecer 0,3%. ¿Qué estimación baraja en este momento para este inicio de año y cuáles serían las magnitudes dentro del crecimiento, que tirarían de la economía?
R. El pasado año 2022 fue un año muy difícil. Tuvo un contexto muy complejo y la economía tuvo un comportamiento excelente con un crecimiento del 5,5%. Para este principio de año, había pronósticos que apuntaban a una moderación y lo que hemos visto, y creo que es lo más llamativo y el dato más fiable que tenemos hasta ahora, es que el empleo se ha acelerado durante el primer trimestre. Ya hemos superado ese invierno que todo el mundo anticipaba que iba a ser la parte más difícil de la digestión del impacto de la guerra y claramente yo creo que la economía española ha vuelto a mostrar solidez. Seguimos viendo una bajada muy fuerte de la tasa de temporalidad y un comportamiento del sector exterior realmente extraordinario que se refleja en la exportación de bienes, en la exportación de servicios no turísticos, en la capacidad de financiación, en el saldo por cuenta corriente y en la posición de inversión neta internacional y también en la inversión extranjera. Creo que esto es un síntoma muy elocuente de una economía que de nuevo se ha vuelto a enfrentar una situación muy compleja con unos resultados muy positivos por el momento, y que nos dan confianza, que creo que también muestra la eficacia de la respuesta de política económica y la capacidad de las empresas para afrontar esta situación para exportar.
P. El desacople entre empleo y PIB ha sido una constante desde que acabó la pandemia y el empleo ha crecido más rápido que la actividad. Eso se ha traducido en un menor crecimiento de la productividad aparente. ¿Espera que se vaya requilibrar este patrón de crecimiento?
R. Ya se está reequilibrando, porque los datos de 2022, el PIB crece más que el empleo y por tanto, ha crecido la productividad el 1,3% y esperamos que continúe. Estamos avanzando de manera muy notable en empleo, tenemos un millón de trabajadores afiliados más a la Seguridad Social que antes de la pandemia, un resultado que nadie esperaba. Además un porcentaje muy alto es indefinido con el efecto que esto tiene sobre la Seguridad Social y sobre los ingresos públicos. De manera que yo creo que claramente estamos en esa vía de avance.
P. Señala que el empleo ha empezado el año muy fuerte, pero en los últimos días la Airef más o menos explicó que no se creía estas cifras, que hay más de 1 millón de personas que están buscando empleo y que no lo tienen y que no aparecen reflejadas los datos oficiales.
R. Los datos de los registros de afiliación a la Seguridad Social son muy claros. Son gente que antes no estaba cotizando y que ahora cotiza. Los datos de la EPA son los que son comparables internacionalmente. Con el avance que hemos tenido en términos de empleo y de utilización del factor trabajo, España está en la mejor situación que ha estado desde 2008.
P. Si se analiza el número de horas trabajadas, se aprecia un descenso, ¿trabajan menos personas o más pero menos horas?
R. Es verdad que las duraciones de las jornadas también están variando. Aquí yo creo que lo importante es que la gente tenga más oportunidades de empleo y más oportunidades de elegir el tiempo de empleo. El tema de los fijos discontinuos, que es una de las novedades que introduce la reforma laboral, refleja una rápida bajada de la temporalidad, el 80% de los contratos son indefinidos. También ha habido gente que tenían contrato temporal y que ahora tiene un contrato fijo discontinuo y que cuando antes estaba en paro ahora sigue teniendo su contrato. Es una mejora. Claramente hay mayor estabilidad. Es solo una parte de la mejora que se ha producido en el empleo. Aquí hay un avance cualitativo y un retroceso en la precariedad laboral.
P. ¿Y todo ello se va a reflejar en la actividad?
R. Aquí el Banco de España sacó hace unos días un estudio que muestra que cuando hay más trabajadores que tienen un contrato indefinido, tienen una propensión a gastar más alta, lo que sí que estamos viendo es que esa bajada de la temporalidad y ese aumento de los contratos indefinidos tiene efectos positivos inducidos. La gente tiene más posibilidades de comprarse una vivienda, de formar una familia, de tener hijos y de gastar. Yo creo que ese retroceso de la precariedad y el avance en la estabilidad van generando efectos positivos tanto en la demanda como en la inversión.
P. En 2024 volverán a estar en vigor las reglas fiscales a nivel europeo. Lógicamente, el objetivo de déficit del 3% es factible, pero sin embargo, el de la deuda el 60% es muy complicado. ¿Cuál sería el nivel más adecuado para España para cumplir con este compromiso a medio plazo?
R. Lo que están mostrando los datos de 2021 y 2022, es que es posible avanzar de manera muy rápida en la reducción del déficit y de la deuda pública con crecimiento y con mejoras estructurales derivadas de la aplicación de las inversiones y de la reformas del Plan de Recuperación. Esto que está haciendo la política económica en España conecta perfectamente con la lógica de la reforma que se está discutiendo y que se propondrá a la Comisión Europea formalmente en breve de las reglas fiscales. Hay que tener en cuenta las inversiones y las reformas, hacer compatible la reducción del déficit y de la deuda con el esfuerzo de inversión, de transformación ecológica y digital. Nosotros en el 2021 tuvimos la mayor reducción del déficit en un año y este último año la deuda ha caído 5 puntos.
P. Pero la parte difícil en estos casos tradicionalmente no ha sido la Comisión Europea, sino las negociaciones con los Estados miembros. ¿Prevé una negociación dura como las que vimos hace años?
R. Este tema nunca es sencillo dentro de la Unión Europea y de la Unión Monetaria, pero sí que apreciamos que hay una convergencia de visiones entre los Estados miembros y nosotros. Hemos contribuido activamente a esa aproximación. Pero será necesario mucho trabajo para completar la negociación y llegar a un acuerdo.
P. El gobernador del Banco de España señaló en una entrevista en este diario que España debería empezar a reducir ya su déficit estructural, tras dos o tres años de un gran despliegue de ayudas, ¿hemos empezado ya esta labor?
R. Estamos ya reduciendo el déficit estructural, en el año de 2021 se redujo de manera notable. Hemos conseguido algo que era un desafío, digamos un reto histórico de las finanzas públicas españolas, que era elevar los ingresos respecto al PIB de manera estructural y sin llevar a cabo una subida de impuestos simplemente con ese ese efecto de más gente cotizando, más gente contribuyendo al pago de impuestos. La senda fiscal que tenemos del Programa de Estabilidad del año pasado ya contempla un ajuste estructural adicional y una reducción de deuda. A finales de abril tendremos que remitir de nuevo el Programa de Estabilidad a la Comisión Europea y ahí actualizaremos esa senda. Pero yo creo que ya estamos en esa senda de avance estructural.
P. ¿Para cuándo recuperará la economía española el nivel de PIB pandemia. El Banco de España lo fijaba en la segunda mitad de este año?
R. Estamos ya muy cerca y con los datos que tenemos partida del primer trimestre, es muy probable que esto se produzca durante el primer semestre. Es un tema importante, pero de nuevo incidiría en la mejora estructural. Creo que estamos en una situación más sólida en términos de los fundamentos de la economía, de la capacidad del crecimiento potencial, del paro estructural, del sector exterior.
P. Como ha señalado las medidas puestas en marcha por el Ejecutivo han tenido sus efectos, otras como los 20 céntimos se han retirado para la totalidad de los ciudadanos, otras caducan el 30 de junio. Con la mejora en determinados aspectos como el recibo de la luz, ¿tiene sentido su prolongación, con el importante coste económico que tienen y por su carácter generalista?
R. Ya hemos ido adaptando la respuesta que fue muy intensa durante el año pasado, con recursos que alcanzaron 1,8 puntos del PIB y ya con el decreto que se aprobó en diciembre ha habido una adaptación muy significativa de esas medidas, se han mantenido y extendido algunas como las del transporte público, que son más coherentes con la política en general de transición energética, se han ido retirando las que eran medidas claramente temporales, como la bonificación del carburante. El impacto y las necesidades son menores, lo que permitirá centrarnos más en medidas que afecten a un grupo de población más necesitada. Estimamos que con estas medidas podemos reducir o mitigar en un 60% el efecto de la pérdida de poder adquisitivo, en la mitad de los hogares de menor renta. Claramente estamos viendo que la electricidad está mucho más baja, tenemos la protección del mecanismo ibérico para lo que resta de año. También estamos viendo bajadas en los precios de algunas materias primas y en función de cómo vayan evolucionando se Irán retirando algunas de esas medidas generales. Lo importante es ir haciendo esa adaptación gradual en función de cuáles sean las necesidades de la economía y de las familias.
P. Dentro de esta coyuntura de mayor crecimiento e inflación a la baja, ¿Cómo encaja un pacto de rentas como el que nuevamente solicitaba hace unos días la vicepresidenta Calviño?
R. Hemos venido defendiendo la necesidad de un pacto de rentas desde marzo del 2022, un pacto que primero permitiera el mantenimiento de los márgenes empresariales, lo cual nos parece un elemento esencial en un entorno como el que estamos. Que permitiera una subida de los salarios en un horizonte estable, y esto para que las empresas y los trabajadores pudieran tener un horizonte estable y asegurar un reparto, digamos justo, del coste de ese impacto que hemos mitigado de manera muy notable y de manera progresiva, teniendo en cuenta la renta con las medidas que ha ido adoptando el Gobierno. Pero es muy importante que esto se refleje en las negociaciones entre las empresas y los sindicatos. Hasta ahora no ha sido posible, pero para nosotros sigue siendo un objetivo importante y deseable el que se puedan poner de acuerdo en un marco general, en un marco que tenga en cuenta más de un año, en un marco plurianual, como suelen ser los acuerdos de negociación colectiva. En este caso, nos parece esencial el mantenimiento de los márgenes empresariales y que también pueda permitir un crecimiento de los salarios después de un año en el que claramente, ha crecido más la inflación que los salarios.
P. Los datos de la central de balances del Banco de España daban un aumento bastante notable de ingresos y beneficios empresariales. ¿Piensa que hay un cierto desequilibrio en cómo está llegando la actividad económica a los distintos tipos de rentas?
R. Sin duda, quien más sufre el impacto de la inflación son las rentas salariales, las rentas del trabajo porque no permiten ajustar. Esto no quiere decir que esta situación que vivimos desde la primavera de 2021 y que se acentuó con la guerra de Rusia en Ucrania, no haya afectado de manera muy general a las empresas, después de un periodo muy difícil con la pandemia. Los datos de inflación muestran que la parte más complicada, de ese golpe en las rentas, la hemos superado. Por eso creo que en este entorno es muy importante la estabilidad, recuperar esa estabilidad y que los márgenes, que en términos agregados ya han recuperado el nivel que tenían antes de la de la pandemia, se mantengan y que en ningún caso se produzcan ampliaciones de márgenes que aunque algunas empresas puedan creer que es un beneficio a corto plazo, a medio plazo, es una pérdida para todos. Para esto insisto en que la política de la competencia y el mantenimiento de la competencia efectiva en todos los niveles y en todos los sectores, es fundamental, y vamos a trabajar para que sea así.
P. Con la subida del SMI por encima del 8%, la subida de pensiones por encima del 8%. ¿Tiene sentido esta idea del pacto de rentas?
R. La política de rentas en un entorno como el que estamos y los acuerdos salariales son muy útiles. No hay que buscar otras excusas. Otros elementos que afecten es una cuestión puramente de la voluntad que tienen los agentes sociales de llegar a ese acuerdo. Han llegado a acuerdos mucho más difíciles. Hay elementos de flexibilidad que ya están encima de la mesa, resultados, remuneraciones variables que ya han hecho en otros acuerdos. Y creo que el Gobierno ha hecho su parte, pero seguimos pensando que el Diálogo Social tiene también la suya.
P. El CES aprobó un informe en defensa de la Formación Dual solicitando tanto a las empresas como a la Administración que posibiliten que esta formación sea una realidad en la economía española con el propósito de mejorar la productividad, las contrataciones. En este sentido, ¿tiene el Gobierno algún plan específico para impulsar la Formación Dual?
R. La reforma de la Formación Profesional es una de las más trascendentes y creo más valiosas que se han aplicado durante esta Legislatura, impulsada por el Ministerio de Educación y Formación Profesional y que hemos seguido y hemos apoyado desde la Comisión Delegada y desde la coordinación de la política económica del Gobierno. Desde este ministerio estamos enfatizando siempre la necesidad de que las empresas se involucren. Yo creo que en este ámbito la colaboración es muy amplia, así como la disponibilidad tanto de las empresas como de los sindicatos. Me parece que es una reforma en la que es fundamental actualizar el catálogo. El catálogo de estándares de competencia profesional y hay que, efectivamente, hacer realidad la Formación Dual.
P. ¿Hay alguna medida concreta por parte de este ministerio para el desarrollo de la Formación Dual que ahora cuenta con la colaboración de cerca de 10.000 empresas?
R. Hay un elemento muy importante y es que se contemplan 200.000 plazas más de Formación Profesional, lo que permite a las empresas tener más candidatos que es lo que están demandando en muchísimos sectores, con personal más formado. Nosotros hemos hecho esta reforma mirando a los países que tienen sistemas de Formación Profesional más avanzada. Necesitaremos tiempo para llegar ahí, pero creo que claramente el ritmo de avance y sobre todo la disposición, en este caso, de trabajar todos en la misma dirección, es muy satisfactorio y va a dar buenos resultados.
P. ¿Qué efectos están teniendo los fondos Next Generation EU como motor de la economía española, verdaderamente están llegando a la economía real?
R. Sin duda, estos resultados económicos que estamos teniendo en un entorno exterior extraordinariamente complejo solo se explican por la aplicación del Plan de Recuperación. Los datos muestran cómo está llegando el dinero a la economía real, a finales de 2022 eran 23.500 millones de euros los que se habían adjudicado para financiar casi 300.000 proyectos en todo el territorio y con una ejecución que, además, en el año 2023 ha empezado con rapidez. En dos meses se ha adjudicado en torno al 40% de lo presupuestado para todo este año. En nuestro análisis de la evolución macroeconómica reciente y de las perspectivas macroeconómicas, el impacto del plan es esencial para ver esa mejora cualitativa.
P. ¿Hasta qué año vamos a notar estos efectos de los fondos europeos en la economía?
R. Realmente vamos a notar sus efectos hasta el 2031, el plan tiene una orientación de medio y largo plazo. Tiene una orientación estructural, y de ahí el esfuerzo para no solo tratar que la economía se recupere en el corto plazo.
P. ¿Existe preocupación en el Gobierno por la crisis financiera de estas dos últimas semanas?
R. Éramos muy conscientes de que una subida abrupta a los tipos de interés siempre puede tener efectos sobre el mundo financiero. Se ha producido una caída de la burbuja de las cripto, vimos el episodio con los fondos de pensiones y con el mercado de deuda pública en el Reino Unido, es decir, subidas de tipos como éstas, claramente producen dificultades en el ajuste que tiene el sistema financiero a estas nuevas condiciones, sobre todo después de muchos años de unas condiciones extraordinariamente laxas en tipos y en cantidades. Hay que tener una máxima vigilancia y atención a lo que ha sucedido en Estados Unidos, a lo que hemos visto posteriormente en Suiza.
P. ¿La reforma de pensiones recientemente aprobada es la que realmente necesita España y es sostenible, contrariamente a las fuertes críticas que ha recibido?
R. Creo que la reforma de pensiones es un gran avance, un gran logro del Gobierno. Se trata de una reforma mucho más ambiciosa y completa de lo que en algunos casos se está señalando. Tiene incentivos para el retraso de la jubilación, para no adelantar la jubilación. Es fundamental que el porcentaje de población que está en el mercado de trabajo a partir de los 60 años sea más alta de la que tenemos ahora, con una esperanza de vida más alta. Cuenta con el acuerdo de la Comisión Europea, que es muy exigente en materia de sostenibilidad, lo que indica que el conjunto de la reforma garantiza la sostenibilidad y además da certidumbre a los pensionistas y lo hace con instrumentos que son positivos.
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