La Unión Europea aprueba la prohibición de motores de combustión en 2035 después de que Alemania levantara su veto
Repsol reprocha al Gobierno que no haya estado del lado alemán cuando España es el segundo fabricante europeo
Los Veintisiete han aprobado este lunes el acuerdo que prohibirá la venta de motores de combustión, incluidos los de diésel, gasolina e híbridos, a partir de 2035 después de que Alemania accediera a levantar su veto tras forzar un acuerdo con la Comisión Europea para aclarar el encaje que tendrán a partir de esa fecha los combustibles sintéticos.
El acuerdo se ha materializado en una reunión en Bruselas a nivel de embajadores y está previsto que sea refrendado este martes por los ministros de Energía, en su consejo ordinario de marzo, semanas después de que las reservas de Alemania se sumaran a las de Italia (que reclamaba una excepción a los biocombustibles) y obligaran a aplazar la votación sin nueva fecha, hasta que este sábado el vicepresidente para el Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans, anunciase un acuerdo con Berlín para el levantamiento de su veto.
Las dudas de último momento de ambas delegaciones generaron inquietud en las instituciones dado que podían poner en riesgo la adopción de una norma que forma parte del paquete climático que la UE quiere impulsar esta legislatura para reducir, al menos, en un 55% las emisiones contaminantes del bloque en el horizonte de 2030 respecto a las de 1990.
La medida ya se aprobó en el pleno del Parlamento Europeo del pasado 14 de febrero, pero fue en las negociaciones a nivel de Estados miembro donde Alemania mostró sus reticencias sobre un acuerdo entre instituciones que ya se acordó el pasado otoño. Desde la Comisión Europea defienden que este encaje de los combustibles sintéticos no afectará al acuerdo cerrado ya entre el Parlamento Europeo y los Veintisiete en cuanto a la prohibición de comercializar los vehículos de combustión en la UE a partir de 2035, mientras que fuentes diplomáticas subrayan que lo importante ahora es evitar que este tipo de maniobras “debiliten” el funcionamiento de las instituciones europeas, ya que esta es la “verdadera preocupación”.
Repsol critica que el Gobierno español no se haya puesto del lado alemán
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha aplaudido el acuerdo alcanzado en Bruselas para levantar el veto a la prohibición de motores de combustión a partir de 2035, aunque ha lamentado que el Gobierno español no haya estado defendiendo esa posición. “Yo me alegro de que el Gobierno alemán y el Gobierno italiano hayan estado impulsando esta apuesta. Me hubiese gustado también ver al Gobierno español apoyando el no prohibicionismo, sobre todo por el sector de la automoción español. Somos el segundo fabricante europeo de coches y esto hubiese sido un grave problema para el país”, dijo el directivo en su participación en la jornada Wake Up Spain! organizada por El Español.
Así, Imaz consideró que esta decisión, que evidentemente también es un “respaldo importante” para la apuesta industrial de Repsol, solamente se puede interpretar como que “Europa ha sido consciente del grave error que suponía prohibir la venta del motor de combustión en 2035″. En este sentido, defendió que el camino pasa por defender la neutralidad tecnológica y por “hacer esfuerzos” para que los combustibles que se vayan incorporando a futuro “tengan el menor número de emisiones posibles, o sea, cero emisiones”.
Además, el consejero delegado de Repsol estimó que “las medidas de los prohibicionistas” están generando “incertidumbre” en los consumidores. “La gente no sabe qué coche comprar. Estamos haciendo una movilidad sólo para ricos”, dijo el directivo, quien aseguró que el parque español es cada vez “más antiguo”, lo que tiene por resultado que no se bajen las emisiones.
Asimismo, señaló que con estos mensajes se ha conseguido también acabar con el incentivo para que los fabricantes de coches inviertan en la eficiencia del motor. “No van a invertir ya en la eficiencia del motor, con lo cual las emisiones de los coches no van a bajar. Lo cual es muy malo para el sector industrial español, es muy malo para los consumidores y es muy malo para el medio ambiente”, afirmó.
Por otra parte, Imaz insistió en que la política energética europea “ha fracasado”, tras haberse centrado únicamente en la sostenibilidad, dejando de lado la seguridad de suministro y el tener un precio asequible. “Nos estamos haciendo trampas en el solitario. En el mundo seguimos aumentando emisiones de CO2. ¿Qué pasa en Europa? Que en Europa decimos, no, es que aquí estamos bajando, sí, porque las estamos escondiendo debajo de la moqueta”, aseveró. En el caso concreto de España, recordó que hay en vigor una ley que impide explorar y producir gas natural. “¿No les parece un magnífico ejercicio de hipocresía? Cuando estamos trayendo gas natural de Estados Unidos”, recalcó, añadiendo que lo que se debe hacer es “tratar de utilizar todas las fuentes a nuestro alcance”.
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