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Strategy: ingeniería financiera de alto voltaje para transformar la fiebre del bitcoin en un gigante de 95.000 millones

La empresa ha multiplicado su valor por 80 veces desde que empezó a apostar por las criptomonedas hace cinco años. Atesora el 2,5% del total de bitcoins

El cofundador de Strategy, Michael Saylor, en una charla durante la Bitcoin  Convention en 2021.

“Me alegra estar usando mi corbata naranja”, espetó Michael Saylor, cofundador de Strategy, en alusión al color del bitcoin durante la criptocumbre en la Casa Blanca. No es para menos. La empresa, antes denominada Microstrategy y dedicada a la informática, apenas tenía en 2020 tamaño suficiente como para entrar en el Ibex 35; hoy sería la cuarta firma del índice, por encima de BBVA. La firma se ha convertido en una versión del bitcoin con (más) esteroides, amplificando sus subidas y bajadas: desde que hace cinco años Strategy empezó a acumular bitcoins, la criptomoneda se revaloriza un 621%; los títulos de la empresa se disparan casi cinco veces más, un 2.900%. Y más abultada es la subida en capitalización bursátil: de 1.195 millones de dólares en 2020 a 95.000 millones actuales.

El propio Saylor se ha convertido en una suerte de gurú del mundo cripto, que ha abrazado con el entusiasmo del converso. El negocio originario de la empresa consistía en el software y los servicios de análisis empresarial; ahora es un instrumento de inversión indirecto para gestores de carteras o inversores que buscan exposición a este activo desde el mundo de la inversión tradicional. En febrero cambió su nombre, de Microstrategy a Strategy, y modificó el logo: una ₿ negra sobre un fondo naranja.

El 10 de agosto de 2020 compraba su primer bitcoin por 11.679,9 dólares. Hoy posee 538.200 unidades por un valor de casi 55.500 millones de dólares, según Bitcointreasuries, más del 2,5% de la oferta mundial. Una apuesta, siempre bajo la premisa de las expectativas de revalorización del bitcoin, financiada con el dinero de inversores en complejas y variopintas fórmulas de ingeniería financiera. Una suerte de titulización de la fiebre cripto.

El pasado octubre anunció su proyecto más ambicioso: recaudar 42.000 millones de dólares para 2027 con un plan de emisión de acciones y bonos denominado “21-21″ (21.000 millones en capital y 21.000 en deuda). El objetivo, evidentemente, es comprar más y más bitcoins. Desde la victoria de Trump ha acelerado significativamente su recaudación de fondos, gracias a los vientos favorables en la industria. La compra de cada vez más bitcoins es la razón de ser de la empresa, y para que la rueda siga girando, necesita mucho dinero. Ramón Fernández, senior consultant de WealthLink Digital Capital, explica que la empresa empezó usando su flujo de caja y luego pasó a emitir bonos convertibles y acciones, acciones preferentes convertibles (un tipo de acción que otorga derechos prioritarios) y deuda perpetua (no liquidables por el emisor y sin fecha de vencimiento).

“La estrategia consiste en emitir bonos convertibles aprovechando la alta volatilidad de sus acciones, lo que le permite fijar condiciones atractivas. La duración del bono es importante, les permite ofrecer el rendimiento atractivo. ¿Y los inversores, por qué se meten? Buscan un doble objetivo: la seguridad de la deuda y el potencial de crecimiento de las acciones”, explica Javier Molina, analista de eToro.

Las condiciones de las emisiones de deuda convertible (bonos que se pueden transformar en acciones en algún momento) ejemplifican cómo aprovecha la empresa el ímpetu de las criptos: la empresa ha colocado 8.000 millones de dólares en tres emisiones a largo plazo y a tipo de interés del 0% pero con una prima del 30-50% sobre el precio de las acciones en mercado. Esto quiere decir que los títulos no pagan intereses pero al ofrecer la opción de convertir la deuda en acciones, permiten aprovechar la revalorización (si la hubiera) de Strategy. Ahora bien, si se trata de apostar por la empresa, ¿por qué no comprar acciones directamente?

“Esta opción tiene un elevado valor para el inversor por la alta volatilidad de la acción”, indica Fernández. Los bonos convertibles permiten dar a los inversores la opción de aprovechar las verticales subidas de Strategy... pero si la acción baja no pierden dinero, porque al fin y al cabo los bonos son un instrumento de deuda. No pagan interés, pero protegen la inversión y abren la puerta a una posible recompensa.

En este sentido, la extrema volatilidad de Strategy no es un problema, sino una ventaja: cuanto más inestable sea la acción más probable es que los precios alcancen las referencias contenidas en el bono convertible, por lo que el inversor estará dispuesto a comprar estos bonos aunque no paguen interés. La alta volatilidad de la acción permite, también, estrategias combinadas, como comprar bonos convertibles (por si la acción sube) y a la vez, tomar posiciones bajistas sobre el valor (por si baja).

Es decir, mientras la acción se mueva, los inversores tienen incentivos a colocar su dinero en Strategy, y mientras los inversores coloquen su dinero en Strategy, la empresa podrá comprar bitcoin, cuyas subidas, a su vez, aúpan las expectativas de que la acción pueda repuntar. Este mecanismo autoalimentado está detrás de la multiplicación del valor de la empresa, y del hecho de que suba mucho más deprisa que el propio bitcoin. Strategy vale 106.000 millones de dólares, más del doble de los bitcoins que atesora.

No siempre ha sido de este modo; emisiones anteriores sí pagaron intereses, hasta un 2,25% en una colocación de junio de 2024 con vencimientos en 2029 y 2030. Igualmente, la empresa también emite preferentes convertibles: los titulares reciben un dividendo del 8% anual sobre el monto nominal, que se pagará en efectivo o en acciones clase A, detallan en Bernstein. También ha anunciado la emisión de otro producto similar, llamado perpetual strife preferred stock, pero con una diferencia clave: siendo un instrumento perpetuo, los tenedores no tienen derecho a convertir estas acciones. Está diseñado para negociarse indefinidamente y se ofrece con un dividendo del 10%. Al no ofrecer participación en la apreciación de las acciones de la empresa, funciona más como un bono con rendimiento fijo que como una acción con potencial de apreciación. “Son instrumento de renta fija con el que espera captar inversores”, dice Fernández.

Inversores y riesgo

La empresa solamente necesita una cosa: que la rueda siga girando. Por ello busca más inversores para seguir haciendo girar la rueda. Si hasta ahora los fondos de cobertura habían acumulado gran parte de la deuda convertible para aprovechar la volatilidad de sus acciones, con los nuevos productos la compañía espera llegar a inversionistas minoristas. “Es para quien tiene una fe ciega en Strategy. Tiene unos ingresos que son esos cupones de forma constante y lo que hace es apoyar a la empresa”, explica Molina.

Javier Cabrera, analista de mercados, considera que la base inversora de la empresa incluye, por un lado, a los institucionales que, en lugar de invertir en ETF, lo hacen a través de Strategy. Entre estos, grandes compañías aseguradoras y fondos indexados al Nasdaq 100: de hecho, se convirtió en la primera compañía de bitcoin en ingresar en el índice, en medio de las críticas de quienes la consideran una empresa financiera, ya que el 100% de su valor es bitcoin. Los demás son minoristas atraídos por altos retornos, la fiebre cripto y el carisma del omnipresente Saylor.

Los analistas consultados identifican múltiples riesgos para los inversores. Cabrera explica que endeudarse para comprar un activo volátil cuando la generación de caja es muy reducida es peligroso. “Si el precio del bitcoin cae, la compañía no será capaz de refinanciarse a unos tipos tan bajos, lo que podría provocar que toda la generación de caja que genere, si es que genera, tenga que ir destinada a pagar intereses. Si en el plazo de vencimiento de los bonos el precio de bitcoin está por los suelos, tendrá que liquidar inversiones en bitcoin, lo que provocaría un desplome de sus acciones y la imposibilidad de seguir emitiendo bonos convertibles que están actualmente bien valorados por la volatilidad de la acción”, detalla. En definitiva, el negocio de Strategy no es solo bitcoin, sino también la volatilidad.

Fernández incide en que los riesgos están ligados a la evolución del bitcoin, pero solo si cae mucho. “El apalancamiento sobre el valor de bitcoin es del 18% y es muy razonable. Pero si pierde los 18.000 dólares y se mantiene varios años por debajo, la empresa puede tener problemas. No obstante, incluso en este escenario, no estaría obligada a vender sus bitcoin porque la deuda tiene distintos vencimientos”, dice. Otro riesgo es que los mercados de capitales le dejen de apoyar. “Una de las razones por las que sacó los preferentes es porque puede acceder a una mayor variedad de inversores. Pero puede llegar un momento en que los mercados de capitales no le apoyen tanto o que la prima con la que emitan sus acciones no le genere rentabilidad en bitcoin al accionista”.

Las acciones de la compañía suben un 27,5% en lo que va de año, mientras bitcoin avanza un 1,3%. Pese a lo arriesgada que es su estrategia, el mercado parece aplaudir su modelo: tiene un 93,8% de recomendaciones de compra, frente a un 6,3% que aconseja vender. El consenso le da un precio objetivo de 467.61 dólares, con un potencial de revalorización del 35%.

Bitcoin yield

Todos estos instrumentos permiten generar lo que se llama bitcoin yield, es decir, el incremento de bitcoin por acción. Fernández explica que para entender la estrategia de Strategy no hay que mirar al beneficio por acción, sino a este ratio: “Mide la acumulación de bitcoin por acción. La acción de Strategy cotiza con una prima sobre el valor neto de sus activos de bitcoin y la emisión de nuevos títulos genera un incremento en bitcoin para los accionistas. En el primer trimestre de 2025 el bitcoin yield ha sido del 11%, lo que implica que los accionistas tienen 49.096 bitcoin más. Eso en dólares supone una ganancia de 4.015 millones, solo con la actividad en mercados de capitales. En 2024 fue del 74%. Y el plan estratégico prevé dar un bitcoin yield anual del 15% mínimo”.

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