Société Générale se suma a los bancos europeos que se abren paso “con cautela” a las criptomonedas
El banco francés se abre a un acuerdo de colaboración con el unicornio fintech Bitpanda para mejorar la adopción de activos digitales en Europa
Tender puentes con la banca. Ese parece ser el gran desafío de la industria cripto antes de la entrada en vigor de la nueva regulación europea. Con ese objetivo en mente, Bitpanda ha anunciado este martes un acuerdo con el gigante francés Société Générale para colaborar en la adopción de los activos digitales en todo el continente. Los cinco millones de usuarios de este bróker de origen austríaco podrán adquirir la stablecoin EUR CoinVertible, gestionada por SG Forge, una filial del grupo galo. Si bien las diferentes siglas pueden parecer lejanas para muchos inversores, este tipo de activos digitales se han convertido en el puente más habitual entre las criptodivisas y las principales monedas, como el euro o el dólar estadounidense.
CoinVertible es una moneda estable diseñada por Société Générale para ofrecer estabilidad en transacciones de criptomonedas. Su valor está vinculado al euro, respaldado por depósitos que superan los 33 millones de euros, y utiliza la cadena de bloques de Ethereum, lo que la hace fácil de operar desde otras carteras digitales, exchanges y protocolos. En particular, este tipo de stablecoins permiten a la banca gestionar pagos, inversiones y transacciones transfronterizas con mayor rapidez y menores costes en comparación con los sistemas tradicionales. Ambas firmas aseguran que se trata de “crear experiencias financieras sin fisuras para los usuarios”.
“Las stablecoins son esenciales para el futuro de los activos digitales en Europa”, apunta Lukas Enzersdorfer-Konrad, director ejecutivo adjunto de Bitpanda. Para Enzersdorfer-Konrad, “el panorama está cambiando” y asegura que “la integración con las finanzas tradicionales está aumentando”. La firma ya anunció en junio otro gran acuerdo, en este caso con el gigante Deutsche Bank, para hacer más simple el proceso de compra y venta de criptomonedas para pequeños inversores alemanes.
El peso de un gigante bancario como Société Générale, con 25 millones de clientes en más de 65 países, permite reducir las dudas de posibles usuarios. Teóricamente, las entidades que emiten stablecoin garantizan su valor almacenando una cantidad equivalente de moneda fiduciaria en un banco. Sin embargo, el colapso de activos como UST en mayo de 2022, dejó claro que esto no siempre sucede. Ese mismo año, el Consejo de Estabilidad Financiera advertía que las stablecoins son capaces de crear puntos de vulnerabilidad estructurales debido a su “creciente interconexión con el sistema financiero tradicional”. En otras palabras, la banca busca ser parte de esta nueva revolución financiera con un mayor control sobre los productos ofrecidos.
“Confiamos en nuestra capacidad para ofrecer a los usuarios europeos una moneda digital estable, segura y accesible”, comenta Jean-Marc Stenger, responsable de Société Générale-Forge. El desafío no es menor: los niveles de adopción de activos digitales en Europa aún se mantienen bajos. Según un reporte reciente de la firma Chainalysis, ninguno de los Veintisiete se encuentran en los primeros 20 lugares en adopción de servicios cripto. Este listado está dominado por India, Nigeria, Indonesia, Estados Unidos y Vietnam. Este mismo informe señala que durante 2023, el crecimiento en la adopción de estas soluciones estuvo impulsado por países de ingresos bajos y medios, por lo que la alianza entre la banca tradicional y el mundo fintech puede actuar como catalizador.
Sin embargo, el abrazo entre ambas partes sigue siendo muy cauto, al menos en España. Son los neobancos, como N26 y Revolut, y las gestoras los actores que más presionan a la banca a la hora de ofrecer criptomonedas al cliente retail, particularmente como alternativa de inversión.