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Criteria prevé dar a la Fundación La Caixa 4.000 millones en dividendos hasta 2030 para reforzar la acción social

El ‘holding’ podrá disponer de una capacidad de inversión de hasta 8.000 millones de euros, y centrará sus inversiones en proyectos de rendimientos “recurrentes, sostenibles y responsables”

El holding Criteria Caixa consuma su giro estratégico para adaptarse a los objetivos que su único accionista, la Fundación Bancaria La Caixa, plasmó en julio. En un comunicado, el vehículo inversor de La Caixa —y mayor holding de España, cuyos activos tienen un valor bruto de 37.252 millones de euros— ha publicado este lunes su nuevo plan estratégico. En él deja claro que su prioridad no es otra que servir a la Fundación con sus dividendos, centrando sus participaciones e inversiones en empresas sólidas y con rendimientos constantes. El nuevo plan estratégico de Criteria prevé que entre 2025 y 2030 el holding tenga 8.000 millones de euros disponibles para la inversión, que deberá enfocar en “proyectos de rendimientos recurrentes, sostenibles y responsables”. El objetivo último es que Criteria sea capaz de nutrir a la fundación de 4.000 millones de euros en dividendos en estos cinco años, para que la entidad que preside Isidro Fainé los “destine a programas sociales, de investigación y becas, y de cultura”.

De esta manera, Fainé, que es presidente de la fundación y también de su brazo inversor, Criteria, alinea los objetivos del holding con el de su principal accionista. Para ello se ha apoyado en el nuevo vicepresidente ejecutivo del holding, Francisco Reynés, nombrado en mayo tras la destitución del hasta entonces consejero delegado, Ángel Simón, y en el director general de Criteria, José María Méndez, que pilota las operaciones del día a día.

La última reorganización del ecosistema La Caixa empezó a finales de abril de este año, cuando la Fundación La Caixa decidió destituir a Ángel Simón como consejero delegado. Simón llevaba 15 meses en el cargo y había emprendido a su vez una importante reestructuración y reorientación de la estrategia: estaba inmerso en una carrera de adquisiciones y participaciones en empresas estratégicas de la industria española, en algunas ocasiones de la mano del Gobierno, como en Telefónica, o al menos en sintonía con sus intereses. La idea de Simón era que el brazo inversor de La Caixa, que tiene un tamaño superior al presupuesto de la Comunidad de Madrid, aumentase el peso y la influencia en los sectores estratégicos de la industria española, aunque ello fuese en detrimento de una rentabilidad segura y constante en el corto plazo. En este periodo, Criteria entró o aumentó su participación en empresas como Telefónica, Puig, ACS, Veolia en España (Agbar), Europastry o Celsa, estas dos últimas operaciones frenadas tras la destitución de Simón.

Esta estrategia, avalada por Fainé, duró 15 meses, y la aventura terminó con la pérdida de confianza del presidente hacia su consejero delegado. Tras la destitución, la fundación quiso volver a un rumbo seguro: que Criteria use su enorme músculo inversor para nutrir de dividendos a única accionista, la fundación, y que esta pueda usar estos fondos para desplegar más programas sociales. Para ello escogió a un hombre de la casa, a Francisco Reynés, como vicepresidente y miembro de la comisión ejecutiva, y quien mantiene su cargo como presidente y consejero delegado de Naturgy, una de las principales empresas participadas por Criteria.

En junio, la fundación plasmó sus objetivos en un nuevo plan estratégico: llegar a un presupuesto anual de 800 millones de euros e invertir 4.000 millones de euros hasta 2030 en programas sociales. El presupuesto de la fundación para este año 2025 es de 655 millones de euros, que ya es el mayor de su historia. En el nuevo plan estratégico, la fundación ya dejaba claro cuál tenía que ser el nuevo papel de Criteria: “Actuar de manera coordinada y coherente” y adaptar su plan estratégico, que la Criteria de Simón presentó en junio de 2024, para priorizar inversiones rentables.

Esto es exactamente lo que ha hecho la Criteria de Reynés este lunes con la adaptación de su plan estratégico. En el comunicado, la entidad expresa que, “con el objetivo de preservar y hacer crecer el patrimonio de la Fundación, Criteria focalizará sus inversiones en proyectos centrados en la obtención de rendimientos recurrentes, sostenibles y responsables. Asimismo, promoverá en sus empresas participadas la creación de valor con una visión de largo plazo”. Con esta orientación, Criteria tendrá 8.000 millones disponibles para invertir, con el objetivo de nutrir a la fundación con los 4.000 millones de euros en dividendos que la entidad prevé invertir en programas sociales.

En el comunicado, Fainé expresa que la hoja de ruta “revisada” persigue el objetivo que siempre ha tenido Criteria: “Dotar de dividendos y hacer crecer el patrimonio de la Fundación para de ese modo seguir reforzando las capacidades de la Obra Social”. El director general de Criteria Caixa, José María Méndez, ha destacado “la importancia del rigor y la independencia en la toma de decisiones, así como la excelencia en los procesos de análisis de inversión, la eficacia en la gestión y la eficiencia en resultados”.

Cuatro carteras de inversión

El holding también ha decidido reordenar su inversión en cuatro carteras. La primera es la de la Participación Fundacional, que es básicamente su participación en CaixaBank, que siempre mantendrá como mínimo en el 30% —actualmente es del 31%—. La segunda cartera es la de las inversiones relevantes que, según detalla el comunicado, “estará formada por compañías competitivas, preferentemente cotizadas, que desarrollen sus actividades primordialmente en sectores clave de la economía”. Estas compañías tendrán que presentar una “adecuada combinación entre retribución al accionista y crecimiento del negocio”, y Criteria prevé ser “accionista de referencia en estas empresas y ejercer influencia a través de su participación en sus órganos de gobierno”. En esta cartera entran las participaciones en Naturgy (que es del 23,96%), en Telefónica (9,99% tras los incrementos de la participación impulsados por Simón), en ACS y en Veolia (9,36% y 5% respectivamente, también impulsadas en la etapa de Simón), y otras empresas como Inbursa, Bea, Colonial, Interparking y Aigües de Barcelona.

La tercera cartera es la de Inversiones Alternativas, e incluirá las inversiones inmobiliarias que den rentas recurrentes, así como participaciones financieras en fondos de terceros, o “inversión directa o a través de fondos de terceros, en empresas en fases incipientes de su actividad, y cuyo foco prioritario serán los sectores de la tecnología y biotecnología”. Esta cartera, según explica el comunicado, no debería superar el 10% del valor bruto total de los activos. De momento, ahí está InmoCaixa, Caixa Capital Risc y otros fondos de capital privado.

Y la cuarta cartera es la de liquidez, que también tiene que estar en torno al 10% del valor bruto total de los activos. Ahí entran los productos financieros “con un perfil de rentabilidad-riesgo conservador y de adecuada disponibilidad”, en los que Criteria tiene inversiones para tener fondos disponibles en caso de necesidades a corto plazo.

Con la nueva reordenación de las carteras, Criteria se mantiene en un perfil financiero “conservador” y se pone como objetivo tener un nivel de deuda a medio plazo como máximo del 10% del valor bruto de los activos. Al cierre del mes de junio, la deuda bruta a cierre de junio era de 5.220 millones y la ratio de endeudamiento neto era del 11,1%, con 5.288 millones, con un coste medio del 3,3% y una vida media de 4,4 años. El valor bruto de los activos en junio era de 37.252 millones de euros. En los seis primeros meses del año, Criteria elevó su beneficio un 7%, hasta los 1.361 millones de euros, y obtuvo más de 1.000 millones de euros por los dividendos de sus participadas.

Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.
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