La tensión entre Renfe y Ouigo se traslada a los talleres de mantenimiento
La ‘low cost’ reclama dos años de margen para poder ejecutar su actual plan de cuidado de la flota


La prestación de los servicios de la operadora ferroviaria Ouigo va a depender en los próximos meses de que pueda realizar el mantenimiento de sus trenes en talleres de su rival Renfe, en las mismas condiciones en que se ha hecho hasta ahora, algo contra lo que encuentra resistencias. Ambas compañías, que se disputan los viajeros en distintas líneas con una larga guerra de precios, llevan ahora su rivalidad al terreno del cuidado de la flota.
Renfe, según ha informado la SER, ha advertido a la operadora de bajo coste de que las reparaciones que está llevando a cabo en sus talleres contravienen la normativa y los acuerdos firmados. Ouigo elude hacer comentarios sobre esta información tras las discrepancias con Renfe, a la que ha pedido dos años con el mismo plan de mantenimiento gestionado por Alstom-Ateinsa. Se trata de una “condición necesaria para garantizar la continuidad de la prestación de todos los servicios adjudicados, asegurando el cumplimiento íntegro de los surcos solicitados y asignados”, ha indicado Ouigo al dueño de los talleres.
Las pérdidas de Ouigo en España alcanzaron 40,6 millones el año pasado, lo que ha sido justificado por encontrarse aún en rampa de lanzamiento. Ahora supedita el cumplimiento de los acuerdos de capacidad firmados con Adif a que Renfe no rechace su plan de mantenimiento.
Las diferencias entre empresas, una vez que Ouigo presentó el referido esquema de uso de los talleres a su casero, se deben al tipo de reparaciones que la filial de SNCF puede realizar y aquellas para las que no tiene autorización. La operadora dependiente del Ministerio de Transportes habría rechazado la propuesta de su cliente al “no ajustarse a las condiciones de uso” de sus instalaciones.
Ambas partes han intercambiado comunicaciones en las últimas semanas en las que se pone de manifiesto que Ouigo puede utilizar los talleres del operador dominante para realizar el mantenimiento ligero, tal y como garantiza la Ley del Sector Ferroviario en su artículo 91.1. Renfe debe dar acceso a la competencia “en condiciones equitativas, transparentes y no discriminatorias”, y Ouigo puede entrar con su personal, en este caso el de Alstom-Ateinsa, pagando por ello a Renfe Ingeniería y Mantenimiento. Sin embargo, la ley no obliga a abrir los talleres de la púbica para el mantenimiento pesado.
La polémica reside en lo que ambas compañías entienden por mantenimiento pesado, por lo que el caso podría acabar sobre la mesa de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Renfe ha constatado que en sus naves se está llevando a cabo ese tipo de trabajos en mayor profundidad. De hecho, ya avisó a Ouigo de que los puntos recogidos en su plan de mantenimiento no responden a actuaciones ligeras, efectuándose “reperfilados de rodadura cada 250.000 kilómetros, cambios sistemáticos, cargas de software y algunas operaciones específicas fuera del ciclo de mantenimiento preventivo”.
La propuesta de Ouigo, según ha indicado Renfe, “no se corresponden a tareas rutinarias”, lo que sugiere “la intención de ejecutarlas en sus talleres, ya que la documentación presentada incluye un uso indebido de equipos de mantenimiento rutinario destinados a mantenimiento sistemático”, ha recogido la SER del intercambio de comunicaciones entre las compañías.
Los planes de mantenimiento que Ouigo remite a Renfe incluyen visitas limitadas a talleres, visitas generales y grandes visitas generales. La última categoría, sostiene la low cost, solo se lleva a cabo en el taller de Fuencarral e incluye el “engrase y control de niveles, fugas y temperaturas en foso”. Además, Ouigo lleva sus trenes a las instalaciones de Renfe en Cerro Negro y Can Tunis.
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