Aagesen: “Es más importante que nunca tener una CNE”
La vicepresidenta tercera anima al Congreso a sacar adelante una ley atascada en comisión desde octubre


Todo lo que pueda servir para un mejor control del sistema energético, a cuenta de la resaca del gran apagón del 28 de abril, será bienvenido. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Sara Aagesen, ha aprovechado su larga comparecencia ante el Congreso de este miércoles para retomar la urgencia de contar de nuevo con una Comisión Nacional de Energía (CNE) independiente de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) donde se integró en 2013. “Es más importante que nunca tener una CNE”, ha proclamado mientras tendía la mano a los demás partidos para que animen el debate parlamentario sobre un proyecto de ley que lleva desde octubre estancado en el trámite de presentación de enmiendas en la Comisión correspondiente.
El objetivo es tenerlo “cuanto antes”, ha señalado la responsable de la política energética, quien dejado claro el objetivo de este organismo recuperado: “Una CNE que sea un organismo independiente, 100% dedicado a esta transformación energética, con expertos 100% dedicados a ello. Que permita agilizar requerimientos, actuaciones, focalizando en esta gran trasnformación”.
El proyecto de Ley de restablecimiento de la Comisión Nacional de la Energía fue aprobado por el Consejo de Ministros el 24 de septiembre y remitido a la Cámara Baja para ser tramitado por la vía de urgencia. Sin embargo, una vez recepcionado por la Comisión de Transición Ecológica se abrió un plazo de presentación de enmiendas que expiraba el 30 de octubre. Desde entonces, se ha renovado semana a semana ese plazo, con lo que ahora se extiende hasta el próximo 21 de mayo, tras una última ampliación decidida este miércoles.
La ley pretendía resucitar un organismo creado en 1995 y que hasta 2013 fue independiente, cuando se subsumió junto a otros reguladores sectoriales, en la CNMC. Pasó entonces a formar parte de la Sala de Supervisión Regulatoria donde ostentaba las funciones de inspección y regulación, así como la de las liquidaciones de los sistemas eléctrico y y del gas.
La nueva CNE recuperaría la estructura y las funciones de la vieja comisión y su consejo sería nombrado mediante real decreto por el Gobierno, a propuesta del titular de Transición Ecológica, “entre personas de reconocido prestigio y competencia profesional en el ámbito de actuación de la Comisión, con una experiencia mínima de cinco años en materias relacionadas con los sectores objeto de supervisión”, tal y como recoge el anteproyecto de ley.
El mandato tanto del presidente de la CNE como de los consejeros sería de seis años, sin posibilidad de reelección. La segregación de la CNE de Competencia formó parte del acuerdo que el PSOE y Sumar sellaron hace un año para la formación de Gobierno. El texto ha superado las distintas fases del trámite para su aprobación: consulta pública, un informe de la CNMC, que pidió mayor independencia financiera, y el del Consejo de Estado antes de su visto bueno por el Consejo de Ministros y su entrada parlamentaria.
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