Gestamp estrechará su relación con las marcas chinas en su expansión mundial
Los beneficios trimestrales caen un 51% y Patricia Riberas asume la dirección general corporativa
El presidente de Gestamp, Francisco J. Riberas, ha expuesto el avance de la industria china de las cuatro ruedas en la junta de accionistas que el fabricante de componentes de automoción ha celebrado este jueves en Bilbao.
Las marcas del país asiático han duplicado su cuota mundial hasta el 22%. En 2024 exportaron 5,9 millones de vehículos y activaron los planes de implantación fuera de China, ante la competencia interna y la sobrecapacidad instalada, lo que ha provocado las pérdidas en algunas empresas del sector.
Con este escenario, Riberas se plantea estrechar fuera de China las relaciones comerciales con esos clientes desde la red fabril del grupo con sede en Abadiño (Bizkaia), que cuenta 115 fábricas en 24 países (13 de esos centros están en China, atendidos por más de 5.000 trabajadores).
Gestamp ya trabaja para esas marcas, como BYD y Chery. Con esta última, los responsables de la corporación española mantuvieron diversos encuentros durante el Salón del Automóvil de Shanghái, que finalizó el pasado 2 de mayo. Chery instalará en el antiguo centro de Nissan en Barcelona la primera fábrica coches eléctricos de una marca china en Europa. Y tiene planes para implantarse en Turquía, así como BYD, que tiene planes avanzados para establecerse en México y Brasil, donde Gestamp está presente.
Riberas definió a su grupo como un proveedor local en base a esa red mundial, pero se mostró preocupado por el impacto de la política arancelaria del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la evolución de la economía mundial. De hecho, en la junta comentó que la producción internacional de automóviles se reducirá un 1,8% este año, hasta 87,9 millones de unidades. Encadena el retroceso del 1,1% de 2024, cuando se ensamblaron 89,5 millones de coches, en niveles pre pandemia de 2019.
Con estos datos, el beneficio neto de Gestamp en el primer trimestre se desplomó un 50,90%, hasta 27 millones. El retroceso en ventas fue del 2,16%, hasta 2.983 millones. El beneficio bruto de explotación (ebitda) quedó en 300 millones, un 3,53% menor al del mismo periodo de 2024. En contra de la rentabilidad también jugó el impacto negativo de las divisas, según el grupo.
La deuda neta al pasado 31 de marzo se situó en los 2.219 millones, equivalente a 1,7 veces el ebitda.
La junta aprobó la entrada en el consejo de administración de Patricia Riberas, hija del presidente, como consejera ejecutiva y tras siete años en el grupo. Además, ha sido nombrada directora general corporativa, para pilotar las áreas de innovación, sostenibilidad, excelencia operacional, Industria 4.0, transformación y tecnologías de la información. Del consejo saldrá Gonzalo Urquijo este mismo año.
El encuentro también respaldó el reparto de un dividendo complementario de 0,0511 euros por título con cargo a los resultados de 2024 y que se abonará el próximo 2 de julio. Con este reparto adicional, además de otro por un importe global de más de 27 millones, Gestamp cumple con su compromiso de aplicar un pay out del 30%, al llegar a un pago de 0,1 euros brutos por título.
La corporación cuenta con una cartera de pedidos valorada en 51.100 millones y que cubre en más del 90% la carga de trabajo para el periodo 2025-2029.
Riberas comentó el alcance del Plan Phoenix a un año de su puesta en marcha para mejorar la competitividad de seis fábricas en Norteamérica. Tres de ellas están en EE UU y están por debajo de los niveles de eficiencia del grupo. Phoenix ha conseguido en 2024 que el margen ebitda (beneficio bruto de explotación) sobre ventas de los seis centros pase del 6,7% al 7%. El objetivo para este año es llegar al 8%, con la meta de consolidar en 2027 un nivel entre el 11% y el 13%. En el proyecto están implicados los proveedores de todas ellas y otras fábricas de España que tutorizan los procesos.
En Norteamérica, Gestamp tiene 16 plantas, repartidas por EE UU (nueve) y México con otras siete. La junta de Bilbao se ha celebrado con un quórum del 83,53% y ha tenido una duración de una hora.