Ryanair aprovecha la caída del precio del petróleo para llenar sus depósitos hasta 2026
El consejero delegado de la aerolínea, Michael O’Leary, ha explicado al diario ‘FT’ que han realizado dicho movimiento debido a que el barril de crudo está “drásticamente” más bajos


Ryanair mueve fichas en medio de la convulsa coyuntura del petróleo. La aerolínea irlandesa ha aprovechado la caída de los precios del carburante para comprar una cantidad “significativa” de sus necesidades futuras de cara a los próximos dos años, según ha declarado el consejero delegado Michael O’Leary al diario británico Financial Times. Una jugada bien calibrada por parte de la compañía, teniendo en cuenta que el precio del combustible para aviones ha caído más de un 10% en lo que va de abril. Un descenso motivado por la errática estrategia comercial del presidente de EE UU, Donald Trump, que, a golpe de arancel, ha revolucionado el tablero económico mundial.
Las aerolíneas europeas suelen cubrir con antelación una proporción significativa de sus necesidades previstas de combustible para aviones, firmando contratos financieros que funcionan como una póliza de seguro para protegerse de las fluctuaciones repentinas de los precios del petróleo. El combustible puede representar hasta un tercio de los costes operativos totales de una aerolínea, y la caída de los precios ofrece cierto alivio a una industria que se enfrenta a dudas sobre la demanda futura de vuelos.
El propio O’Leary ha explicado que han realizado dicho movimiento debido a que “los precios del petróleo son drásticamente más bajos”. “Nosotros y nuestros pasajeros seremos beneficiarios netos muy significativos de la drástica caída de los precios del petróleo”, aclara el consejero delegado de Ryanair en declaraciones recogidas por Financial Times. De hecho, la aerolínea había cubierto previamente alrededor del 70% de sus necesidades de combustible para su ejercicio fiscal 2026.
Por el momento, no se han desvelado más detalles de la operación, alegando que se encuentran en el “periodo cerrado” de la compañía antes de publicar los próximos resultados financieros. Una estrategia que, aunque de primeras parezca un paso maestro para el ahorro de cara al periodo venidero, la compra de combustible a años vista no siempre funciona y, en ocasiones, genera abultadas pérdidas para las aerolíneas. La propia Ryanair sufrió una pérdida de 300 millones de euros en 2020 debido a una apuesta incorrecta sobre los precios del combustible justo antes de la pandemia.
Neil Glynn, director general de la consultora Alvarez & Marsal, advirtió a Financial Times que las aerolíneas atraviesan un momento complejo a la hora de decidir si deben asegurar sus precios de combustible frente a la volatilidad del mercado. “Todavía es pronto para tomar decisiones sobre la capacidad operativa para el invierno de 2025/2026 y más allá, pero cualquier estrategia de cobertura debe evaluarse junto a planes flexibles de consumo y capacidad, especialmente si la demanda comienza a flaquear en los próximos meses”, señaló el ejecutivo.
En contraste con sus pares europeos, la mayoría de las grandes aerolíneas estadounidenses han optado por no cubrir sus necesidades de combustible, una práctica que abandonaron progresivamente en la última década. American Airlines lo hizo en 2014, seguida por United en 2015 y Delta en 2017. Southwest Airlines, una de las últimas en mantener esta política, anunció en marzo que también dejará de hacerlo, con el objetivo de recortar costes asociados a las primas pagadas a los bancos.
Desde United Airlines, su director financiero, Mike Leskinen, defendió esta postura la semana pasada ante los inversores, asegurando que la caída en el precio del combustible permitirá a la compañía cumplir con sus previsiones financieras. “En esta industria, cubrir el combustible no tiene sentido”, sentenció.