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La producción nacional de coches retrocede un 9,8% en el primer trimestre pese al efecto positivo de la Semana Santa

En marzo, la actividad de las fábricas españolas creció un 7%. Los mercados europeos, principal destino de los vehículos ‘made in Spain’, cayeron en enero y febrero

La producción de coches en España tuvo un respiro en marzo. Después de cuatro meses consecutivos de caídas, las plantas nacionales incrementaron su actividad un 6,9%, hasta las 208.778 unidades, gracias al efecto estacional de la Semana Santa: el año pasado, la festividad cayó en marzo, por lo que en este abril se dará el efecto negativo inverso. Según ha explicado la patronal española de fabricantes de coches, Anfac, en el dato de marzo también ha influido positivamente el reajuste en las cadenas de suministro, sin dar más detalles.

La mejora mensual, sin embargo, no ha sido suficiente para transformar en positivo un trimestre que ha cerrado con una notable caída de la producción del 9,8%, con 590.882 unidades. La bajada se da en un contexto de retroceso en la demanda por parte de los mercados europeos, el principal destino de los vehículos made in Spain. En los dos primeros meses del año —el dato de marzo aún no ha salido—, la matriculación de turismos se redujo un 3% en la Unión Europea, con un descenso especialmente pronunciado entre los gasolina y diésel —bajaron un 20,5% y un 28%, respectivamente—, según datos de ACEA, la patronal europea de automovilísticas.

Esto afecta especialmente a España, ya que este tipo de vehículos supusieron entre enero y marzo el 52,4% de la producción española de turismos. La industria nacional está virando hacia el ensamblaje de vehículos híbridos no enchufables, el coche de moda en Europa: su producción se ha casi duplicado en el primer trimestre del año, suponiendo ya más de uno de cada tres turismos made in Spain.

Los híbridos enchufables también crecen en las fábricas españolas, al calor del Cupra Formentor, los Cupra y Seat León —todos ellos hechos en Barcelona—, así como del Ford Kuga —se hace en Almussafes, Valencia—. Contando conjuntamente turismos y furgonetas, los eléctricos se han desplomado un 14,7% entre enero y marzo, con unas 29.346 unidades, mientras que los híbridos enchufables subieron un 48,6%, hasta los 28.574 vehículos. En total, los electrificados supusieron el 8% de la cuota de producción nacional, por debajo de su peso en las ventas en España. Cabe destacar que en eléctricos, el país depende de Mercedes-Benz y, sobre todo, de Stellantis, ya que ni el grupo Volkswagen —comenzará a fabricar eléctricos en Navarra y Barcelona entre finales de este año e inicios del que viene—, ni Ford, ni Renault hacen eléctricos en el país.

En cuanto a las exportaciones, estas han ido en línea con la producción: subieron en marzo un 3,7%, hasta las 180.495 unidades, mientras que en el conjunto del trimestre se han desplomado un 13,6%, apenas superando la barrera del medio millón de ventas al exterior.

“Marzo ha supuesto un punto de inflexión para la industria de automoción en España (...) con una ligera recuperación que rompe con la tendencia negativa de los primeros meses del año. Este repunte responde, en gran parte, al esfuerzo de los fabricantes por ajustar las cadenas de producción, además de la estacionalidad habitual en nuestras series productivas”, ha destacado el director general de Anfac, José López-Tafall, quien ha resaltado que se trata de una mejora puntual que aún debe consolidarse. “La recuperación total de la actividad productiva dependerá de factores clave como la estabilidad del mercado, el crecimiento de la demanda y la evolución de la actual situación geopolítica derivada de la política arancelaria de EE UU”, ha añadido el directivo.

Cabe destacar que a las factorías españolas no les afecta la guerra arancelaria emprendida por el presidente estadounidense Donald Trump, que ha impuesto una tasa del 25% a la importación de coches y piezas automotrices. Esto se debe a que las plantas nacionales no ensamblan ni un solo un coche con destino a EE UU, aunque Mercedes-Benz tenía planes de exportar a ese mercado las futuras furgonetas eléctricas que hará en Vitoria con la nueva plataforma VAN.EA a partir del año que viene. La industria de componentes, por su parte, sí sufre el impacto de la guerra comercial, ya que en 2024 exportó piezas a EE UU por valor de más de 1.000 millones de euros, a lo que hay que sumar el impacto indirecto sobre las piezas que exporta a otros países europeos que venden coches al país yanqui.

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