La SEPI y las ofertas extranjeras por Talgo, ¿para otra fase?

El decidido apoyo público al plan de José Antonio Jainaga para hacerse con las riendas del fabricante de trenes dificulta cualquier acercamiento desde otro país, y aún queda como posible arma defensiva el holding estatal de participaciones industriales

Vista de la fábrica de Talgo en Las Matas (Madrid).J. P. Gandul (EFE)

El primer accionista de Talgo, el fondo Trilantic y sus socios en la instrumental Pegaso, las familias Abelló y Oriol, tienen ya una vía más o menos asegurada para encarrilar su salida del fabricante de trenes. Pero todos ellos tendrán que tener paciencia y, quizás, rebajar sus pretensiones económicas iniciales. El grupo de inversores vascos integrado por José Antonio Jainaga, las fundaciones bancarias BBK y Vital, y el fondo público Finkatuz, pujan por un 29,77% del capital y ponen 4,15 euros por título como pago fijo (153 millones), más 0,65 euros que no serían entregados antes de 2029 y solo si se cumple el actual plan de negocio de Talgo para 2027 y 2028. Los vendedores obtendrían un máximo de 177 millones en el mejor de los casos, una parte a la vuelta de cuatro años, y aún mantendrían algo más del 10% del capital de Talgo, de su paquete actual del 40%.

No es el escenario ideal para Trilantic, que pedía los 5 euros por acción que ya estuvo dispuesto a pagar el consorcio húngaro Ganz Mavag, apeado por el Gobierno español de la carrera por Talgo, que también disputó sin éxito la checa Skoda (proponía una integración industrial y no una oferta económica). Tampoco habrá una opa vasca por el 100%, tal y como se encargaron de reafirmar ayer Jainaga y sus socios. De convertirse esta en la propuesta vencedora -al menos lo es para los gobiernos de Madrid y Vitoria-, a los vendedores les queda la baza de que otro inversor, o el propio Estado, les compre otro 10% de Talgo en una segunda fase. Ahí podría entrar la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), sin dejar rastro de concertación con los vascos, y poner fin al trayecto de Pegaso al frente de la estratégica Talgo. Paciencia, deben haber recomendado los emisarios de La Moncloa.

Los ministros de Economía y de Transportes, Carlos Cuerpo y Óscar Puente, respectivamente, han comprometido en distintas ocasiones la participación de la SEPI, si fuera necesaria, en la toma del timón de Talgo. De momento, el capital vasco ha preferido autonomía en este movimiento, por el que se trata de asegurar el arraigo a Euskadi de una de sus firmas industriales. El diputado general de Álava, Ramiro González, del PNV, ya salió ayer a los medios a advertir que el consorcio comprador trabajará para que la sede social de Talgo y sus laboratorios de I+D+i estén en Álava y no en Madrid. El fabricante tiene en la localidad alavesa de Rivabellosa una instalación con 700 empleados, además de la que opera en la localidad madrileña de Las Rozas.

Trilantic, en nombre de Pegaso, va a estudiar el plan de Jainaga, Finkatuz y las fundaciones de Kutxabank, pero no esconde cierta contrariedad. Se trata de un acercamiento “no vinculante” y la valoración de la acción está supeditada a demasiados hitos, incluida una due diligence (examen de las cuentas y del balance) aún en curso. El grupo de accionistas ha dado hasta el 14 de febrero para que otras interesadas por Talgo puedan presentarle sus proyectos, y en ello llevan ya unas semanas el fondo estatal polaco PFR, propietario del fabricante polaco Pesa, y el productor indio de material rodante Jupiter Wagons. Las dos se muestran atraídas por las capacidades de Talgo en el segmento de la alta velocidad; sus países tienen buenas relaciones con España; se trata de conglomerados con capacidad para comprar el 100%, y podrían hacer valer esta para aliviar de forma casi inmediata el déficit de planta de Talgo, con problemas para sacar adelante en tiempo y forma una cartera de contratos valorada en 4.000 millones. ¿Tiene cabida una opa extranjera después del respaldo público vasco, y también de Madrid, a la oferta de Jainaga?

El manual de todo inversor en un país extranjero recomienda no poner un euro en contra del interés del Gobierno local. Por ello, las pretendientes foráneas han tratado de tejer alianzas con inversores españoles, parece que sin éxito por el momento. La otra vía sería integrarse como minoritario en el equipo de la txapela y convertir lo que hoy es la adquisición de un paquete inferior al 30% en una opa, la que desean Pegaso y los minoritarios. Un escenario también difícil a la vista de que el veterano José Antonio Jainaga, presidente de Sidenor, se ha asegurado de que su tique en la oferta es el único para un socio industrial. En todo caso, cosas más difíciles se han visto, como fue la integración de las opas de Atlantia y ACS por Abertis.

Diplomacia polaca

En las reuniones celebradas en los últimos días entre los Gobiernos de Polonia y España ha quedado patente que el Ejecutivo de Donald Tusk quiere la relación más estrecha posible con Talgo. Por ahora, su fabricante estatal Pesa tiene un acuerdo de colaboración con la española, del pasado septiembre, para tratar de equipar las líneas de alta velocidad proyectadas en Polonia y en países del entorno. Talgo les parece atractiva por tecnología, tamaño y precio, pero quizás no puedan aspirar a avanzar en este momento. El dueño de Sidenor y sus acompañantes financieros tendrían que asentarse en el capital, desplegar un plan industrial que ofrezca mayores capacidades a Talgo y, después, se vería si cabe otro aliado.

Y lo mismo vale para Jupiter Wagon, traída a España por bancos de negocio a la vista del entendimiento entre Gobiernos. Esta pretendiente cuenta con un socio local que es referencia en el mantenimiento de trenes, Talleres Alegría, ficha que podría ponerse a disposición de Talgo para aliviar el referido déficit industrial del fabricante.

Tanto podría cambiar el escenario en Talgo que, a la vuelta de un tiempo y con el actual núcleo duro ya desalojado, una opción sería la integración local con el eterno rival, la también vasca CAF. Las dos son complementarias en oferta, pero no en caracteres.

Un analista conocedor de la situación defiende que si Polonia o India insisten en su deseo de invertir, cabría esperar una reacción de la SEPI o de la propia Finkatuz comprando un paquete relevante del capital. Sería un movimiento defensivo como el que fue realizado, por ejemplo, en Telefónica ante la presión de la saudí STC. Esta última afloró ayer por fin un paquete del 9,97% del capital y reiteró su deseo de entrar en el consejo de administración. La SEPI y Criteria actúan como contrapeso local.

La opción Sidenor es la que gusta en Ajuria Enea, a los sindicatos y en el entorno del presidente Pedro Sánchez. Se sabe que la siderúrgica ve en Talgo una vía para diversificar la venta de su acero desde el sector de la automoción hacia el ferroviario, lo que en sí mismo justificaría la inversión. Pero no se conocen aún las líneas del plan industrial para que Talgo gane peso en un negocio copado por gigantes. No solo compite con los conocidos Alstom, Siemens o CAF, sino que siguen ganando posiciones los fabricantes asiáticos.

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