El Gobierno aprueba el Mecanismo RED para el automóvil: el salvavidas del empleo que esperaba Ford Valencia
El Consejo de Ministros también ha dado luz verde a la prórroga del Moves III hasta el 30 de junio
El Gobierno acaba de lanzar el salvavidas que necesitaba Ford Almussafes (Valencia). El Consejo de Ministros de este lunes, el último de 2024, ha aprobado la activación del Mecanismo RED para el automóvil y proteger así los más de 4.000 empleos que dependen directamente de la factoría valenciana y el de todos los fabricantes de componentes que trabajan para ella. La fábrica de Ford, que no sufrió daños por la dana que azotó Valencia el pasado 29 de octubre, pero que sí tuvo que parar su actividad por los destrozos en uno de sus proveedores (Industrias Alegre), necesitaba de este mecanismo para asegurar el empleo hasta la llegada de un nuevo modelo multienergía en 2027. Dicho vehículo, del que Ford espera hacer unas 300.000 unidades anuales, complementará al Kuga, el único coche que hace a día de hoy la fábrica valenciana.
El Mecanismo RED es una herramienta incluida en la última reforma laboral que depende del Consejo de Ministros, la cual permite activar una especie de expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) ante crisis sectoriales. La ventaja es que no consume paro y ofrece ventajas en el pago de las cotizaciones a las empresas que se acojan a él.
“La activación del Mecanismo RED en el motor permitirá hacer frente a los cambios estructurales que requieren la recualificación de las personas trabajadoras para proteger el empleo y garantizar la competitividad futura de un sector, el de la automoción, estratégico para la economía española”, ha explicado el Ministerio de Trabajo y Economía Social en un comunicado en el que ha resaltado que el automóvil supone el 10% del PIB nacional.
Ahora, es el turno de Ford y UGT (sindicato mayoritario en la fábrica) de ponerse de acuerdo para acogerse al Mecanismo RED. En la próxima reunión, que tendrá lugar este viernes, UGT solicitará a la compañía que los trabajadores afectados reciban el 90% del salario más el 100% de las pagas, vacaciones y antigüedad. “Además del excedente actual de 996 personas, que pasarán por el ERTE RED de manera rotativa (para alcanzar así la práctica totalidad de la plantilla), se parará la actividad en la fábrica alrededor de 80 días en vehículos y 50 en motores”, explicó el pasado viernes el sindicato en un comunicado. Las partes esperan ponerlo en marcha el próximo 7 de enero.
Por otro lado, el Ejecutivo ha aprobado la prórroga del programa de ayudas a la compra de vehículos eléctricos y puntos de recarga Moves III (dotado con 1.550 millones) hasta el próximo 30 de junio. La continuidad del programa, que caducaba el 31 de diciembre, se había puesto en duda en los últimos días tras el órdago lanzado por el presidente de la patronal de automovilísticas, Anfac, Josep Maria Recasens, que había afirmado que contaba con el apoyo del Gobierno para su prórroga. Esta ayuda se suma a la continuidad por un año más de la deducción de hasta un máximo de 3.000 euros en la compra de vehículos eléctricos en el IRPF.
Este paso era clave para un sector del automóvil que ve con temor un 2025 en el que entrará en vigor la nueva normativa de emisiones CAFE (si es que el lobby del motor no logra frenarlo en Bruselas), por el cual los nuevos vehículos matriculados deberán de emitir unos 93,6 gramos de CO2 por kilómetro, frente a los 115,1 gramos actuales. De no cumplir, los fabricantes deberán de pagar multas, que según ACEA, la patronal europea de automovilísticas, podrían a ascender a unos 15.000 millones de euros.
Para evitarlo y cumplir con el objetivo de emisiones, los fabricantes deberán de aumentar el peso de los eléctricos en las ventas, lo cual se puede conseguir incrementando las matriculaciones de estos (para lo que es indispensable a día de hoy programas de ayudas como el Moves III) o reduciendo la producción de vehículos de combustión. Otro posible camino para los que no lleguen al objetivo de emisiones será la formación de pools o alianzas con aquellas automovilísticas que sí cumplen, como Tesla o Volvo, para que así se computen las emisiones de forma conjunta y no individual. Esto permitiría a fabricantes como Volkswagen, hoy lejos del objetivo, evitar el pago de multas.