Planes de empleo: más concienciación para una jubilación sin riesgo financiero
Los planes de pensiones de empleo continúan en un segundo plano a pesar de la ley de impulso de 2022. Para llegar a los objetivos de la normativa se necesita mayor conocimiento e información sobre la prestación pública que se percibirá en el momento del retiro laboral
Los planes de pensiones están en un debate abierto desde hace años en Europa. El aumento de la esperanza de vida y la presión de los sistemas públicos de prestaciones han provocado un planteamiento de cambio sobre el escenario actual. Gobiernos, gestoras y aseguradoras trabajan para ofrecer soluciones que apoyen la jubilación desde el punto de vista financiero.
En España, el Ejecutivo aprobó en 2022 la ley de impulso de los planes de pensiones de empleo (PPE) con el objetivo de fortalecer el segundo pilar de las prestaciones de la jubilación. Pasado este tiempo, el avance no ha sido el esperado, según la percepción del sector. El próximo año, el Ejecutivo hará la primera revisión para sopesar los logros obtenidos, tal y como se planteó inicialmente.
CincoDías en colaboración con Caser abordó la situación del momento de los PPE, así como la necesidad de establecer medidas que faciliten su aceptación y desarrollo por parte de las empresas. “La ley de impulso de los PPE fue una buena noticia para todos. Estamos hablando de complementar, no de sustituir. Los objetivos eran muy ambiciosos, y nos pareció bien, pero no se está cumpliendo”, señaló Elisa Rincón, directora general de Inverco. En su opinión, queda “mucho recorrido”.
La asociación de instituciones de inversión colectiva y fondos de pensiones ha establecido 15 medidas para fomentar el ahorro para cuando llegue el momento del retiro laboral. “La primera es la concienciación; si no sabes lo que es, tampoco vas a pedirlo. Lo positivo es que, aunque el grado de conocimiento de los PPE vaya aumentando despacio, podemos entender que se va consolidando”, subrayó Rincón.
El Observatorio Caser es un termómetro del ahorro futuro. “El estudio que realizamos a través de encuestas cualificadas a empresas nos dice que el 34% conoce lo que es un PPE, pero cuando preguntas cuál es la característica principal, un 20% contesta que complementa la pensión pública”, comentó Eva Valero, directora del observatorio.
También, en este contexto, Ana López, responsable de planes de pensiones de empleo de WTW Madrid, dijo que “desde hace unos años las grandes empresas han comenzado a plantearse, o al menos a preguntar, por los PPE, a interesarse por cómo funcionan. Realmente, nuevos PPE como tal de compañías no ha habido muchos. En el Ibex 35 los tienen el 80%, y en 2025 subiremos al 83%. Estamos viendo un interés creciente, pero todavía queda mucho por hacer. Si nos vamos a pymes y micropymes, el desconocimiento es mayor”.
Francisco González-Quevedo, socio responsable de pensiones y beneficios de EY, coincidió en que “se están trasladando muy lentamente a las empresas, a los sectores. Construcción empezó el primero de manera muy fuerte, pero ahora está costando mucho más”.
Uno de los factores que puede despertar el interés es proyectar el futuro del jubilado. “A partir de 2025, las gestoras y aseguradoras tendrán la obligación de mandar a todos los partícipes información sobre en cuánto se va a traducir su aportación en una renta en la jubilación. Pero no sabrán la pensión pública, algo que está aprobado por ley desde 2012. Dentro de esas medidas de concienciación, se debería cumplir la normativa y comunicar cuál va a ser la prestación del Estado”, expuso Eva Valero.
La directora del Observatorio Caser insistió en la necesidad de que “cada uno visualicemos nuestro proyecto de vida con nuestras circunstancias. ¿Cómo vas a diseñar tu futuro si el principal cimiento sobre el que se va a construir es opaco?”.
La formación es otra de las palancas importantes. “Nosotros consideramos fundamental la educación financiera. Una de las conclusiones de la encuesta global que realizamos es que los trabajadores cada vez confían más en sus empresas para canalizar el ahorro a largo plazo para la jubilación”, contó Ana López.
Educación financiera
Igualmente de importante es la formación del empleado “para que adquiera la responsabilidad de la independencia financiera llegada su jubilación. Si toma conciencia es cuando va a exigir a las empresas y al Gobierno”, opinó Francisco González-Quevedo.
Como ejemplos a seguir en el éxito de los PPE, los ponentes hablaron del modelo de Reino Unido (automatic enrolment). Rincón narró que “todas las personas que entran a trabajar se incorporan por defecto al plan, y si quieren darse de baja, ese dinero que estaba destinado a pensiones vuelve a ser líquido en su nómina mensual. Dichas bajas están ahora sobre el 10%, pero las rentas menores y los jóvenes no son los que más se salen. Con lo cual, hay que mirar lo que funciona en otros países. Posiblemente nos ayudaría a alcanzar esas cifras en el objetivo de la ley”.
Por otro lado, los asistentes al desayuno debatieron sobre el impacto de las comisiones. “En un mercado de libre competencia y completamente transparente puedes ver que existen planes de pensiones para cualquier tipo de inversor o ahorrador. ¿Qué es barato o caro? Pues depende de lo que cada uno quiera para su vida ¿En qué te tienes que fijar? En la rentabilidad. Hay comisiones de gestión para todos y son públicas”, afirmó Valero.
En este aspecto, Ana López hizo una recomendación: “No te fijes tanto en la comisión de gestión y depósito, que es algo que la gestora tiene que cobrar porque tiene que gestionar el plan de pensiones y va con unos márgenes realmente bajos; mira la rentabilidad histórica”.
Sin embargo, González-Quevedo consideró que, “como el futuro es incierto y no sabemos lo que vamos a percibir, pero los gastos sí son ciertos, hay recorrido en el sector para ajustar las comisiones; podemos mirar un poco al otro lado de Atlántico y ver alternativas”, sugirió.
La realidad es que uno de los principales problemas de aceptación de los PPE es la percepción sobre el gasto. “Son un coste en el corto plazo, porque es un salario diferido, pero un beneficio en el largo. Necesitamos para la incorporación de los planes de pensiones en la negociación que sean lo suficientemente atractivos también en el corto. Para eso hay mecanismos, y es mirar de nuevo a otros países, con incentivos temporales. Necesitamos que sean más potentes, sobre todo con un diseño más creativo para llegar a todos los colectivos”, expuso Elisa Rincón.
Apoyo de la tecnología
También, los expertos perciben la tecnología como otro apoyo clave. “Tenemos una herramienta brutal con la IA generativa, que nos está permitiendo llegar a cada uno de los empleados y hacerle un estudio personalizado para su jubilación. Hasta hace cuatro días hacíamos sesiones para directivos, pero no podíamos alcanzar a los 20.000 empleados, por ejemplo. La inteligencia artificial nos permite llegar a cada uno con un asesoramiento individualizado, a medida. Es una forma de democratizar la información financiera. Creo que esto va a dar un impulso brutal, y supone fidelización, atracción de talento, preparación para la jubilación y planificación de rotación de plantillas”, describió Francisco González-Quevedo.
El impulso del teletrabajo ya abrió el potencial de beneficios. “Durante la pandemia hubo mucha empresa europea captando talento español a través del teletrabajo. La retribución era la de esa empresa en concreto. Entonces, en España ahora puedo exigir que si me quiere contratar me faciliten un PPE. Esto pasa para determinados perfiles”, explicó Eva Valero. “En RSC siempre hablamos desde el punto de vista de medio ambiente, pero esa parte supone preocuparme por qué gobernanza tengo en mi compañía”, añadió.
Para Ana López, “un PPE mejora la propuesta global de las empresas a sus empleados y juega un papel importante en la fidelización de los mismos”.
La longevidad fue abordada igualmente por los expertos en este contexto de replantear el futuro de las pensiones. “En España hay 17.000 personas con 100 años y 13.000 con mujeres que han sido cuidadoras y han desarrollado menos carreras laborales. Llegan con menos recursos a la jubilación y van a vivir mucho más”, aseguró González-Quevedo.
Seguir avanzando
Los participantes del encuentro dedicaron un tiempo a analizar algunas medidas del Gobierno que están haciendo de barrera. “Si mi empresa no tiene un PPE y no puedo hacer contribuciones, dejemos que el trabajador las haga al plan individual de su elección, y en cuanto su empresa o su sector lo tenga, que movilice todo ese dinero. Con la reducción de los límites individuales [1.500 euros anuales] hemos visto que en los últimos cuatro años se han perdido 10.000 millones más su rentabilidad para las futuras pensiones”, contó Elisa Rincón. En su opinión, para “impulsar los planes hay que poner combustible (incentivos fiscales) y quitar el freno de mano, que en algunas cosas lo tenemos puesto”.
Mientras, Eva Valero sostuvo que, más allá del incentivo fiscal o la rentabilidad del producto, “la gente cree que ayudaría a ahorrar o a promover un PPE la concienciación, el asesoramiento y conocer las distintas alternativas”.