El Santander considera la reforma fiscal un ataque al crecimiento económico y el progreso
La AEB y la CECA intensifican las críticas contra la tasa según avanza su tramitación parlamentaria
El vicepresidente del Santander España, Juan Manuel Cendoya, ha considerado este martes que la reforma fiscal, o el paquete de medidas fiscales que quiere aprobar el Gobierno, es un “ataque al crecimiento económico y el progreso social”. En su opinión, no es el mejor ejemplo para atraer inversión extranjera pues, según ha explicado durante su intervención en el Foro Latibex, considera que “quiebra la seguridad jurídica”.
Un día después de que el Congreso aprobara subir dos puntos porcentuales el IRPF para las rentas de ahorro superiores a 300.000 euros y dejara en el aire el impuesto a la banca, Cendoya ha arremetido contra este tipo de decisiones fiscales.
Asimismo ha reflexionado sobre las críticas que a veces se hacen sobre América Latina, después de que en los últimos años algunos países se hayan deslizado por sendas que no son las mejores en calidad institucional y democrática. Esas críticas “nos tienen que hacer pensar”. “Todos tenemos que ser muy cuidadosos con las instituciones, con el estado de derecho, con la transparencia, los mercados y la seguridad jurídica”, ha añadido Cendoya.
El papel de la patronal
Paralelamente, también las patronales bancarias, la Asociación Española de Banca (AEB) y CECA también se han sumado a las críticas. Han insistido este martes en su rechazo a la posible permanencia del impuesto extraordinario que grava los ingresos del sector. La presidenta de la AEB, Alejandra Kindelán, ha reclamado al Gobierno que facilite procesos normativos “ordenados y transparentes que den confianza a los ciudadanos, a los inversores y al mercado”, tras el accidentado debate vivido ayer en el Congreso sobre la reforma fiscal del Ejecutivo.
Desde la CECA, el director de Asesoría Fiscal, Juan de Villota, ha insistido en que lo ocurrido ayer y en los últimos días está generando “una gran incertidumbre”, que “no es deseable” para los mercados, ni para los inversores ni para los agentes económicos, ni, en definitiva, tampoco para España. Además, ha recordado, la bajada de los tipos de interés (en la zona del euro) no justifica “en modo alguno” la continuidad del gravamen, hasta ahora extraordinario y que cuando fue instaurado se explicó que serviría para compensar los “ingresos caídos del cielo” obtenidos por ambos sectores por los altos tipos.
La banca ha contribuido hasta el momento “de manera sustancial” al sostenimiento de los gastos públicos y lo seguirá haciendo, pero debe hacerlo en unas condiciones de igualdad” y homologables a las de otros sectores de la actividad económica y a la de otros competidores a nivel europeo, ha dicho Villota en un comunicado.
Por su parte, Kindelán ha insistido, en una nota remitida hoy, en que esta tasa tendrá otras consecuencias negativas, porque implica “la fragmentación del mercado español”, con la diferente aplicación del mismo que harán las distintas comunidades autónomas. ”¿Quién va a invertir en España si no tenemos la necesaria seguridad jurídica, si no conocemos la consecuencias de las normas que cambian en una tarde varias veces y lo que sí sabemos es que esas decisiones van a tener consecuencias?”, se ha preguntado. Y en un momento de “enorme incertidumbre geopolítica”, las autoridades, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y el Banco de España lo que están pidiendo es “confianza, seguridad y fortaleza”.