Las grandes tecnológicas ponen su esperanza en Trump
El cerco de la administración Biden sobre los gigantes del sector podría relajarse con la llegada del republicano
A diferencia de lo que sucedió en 2016, los ejecutivos de las grandes tecnológicas se apresuraron a felicitar este miércoles al republicano Donald Trump por su victoria en las elecciones presidenciales. Más allá del explícito apoyo del dueño de X y Tesla, Elon Musk, a la campaña del republicano son muchos los directivos del sector que han hecho públicos sus mensajes. Empezando por el consejero delegado de Meta, Mark Zuckerberg, al que Trump llegó a amenazar hace años con meter en la cárcel si volvía a la Casa Blanca; pasando por los jefes de Apple, Tim Cook; Alphabet y Google, Sundar Pichai; Microsoft, Satya Nadella; OpenAI, Sam Altman, o de Amazon, Andy Jassy. Todos se mostraron deseosos de trabajar con la nueva Administración, cuya rotunda victoria ya les ha proporcionado una subida de sus acciones. Solo Meta cerró el miércoles con números rojos.
Semejante exhibición pública de buenos deseos a Trump supone un giro notable frente la habitual política del sector, un feudo tradicionalmente dominado por los demócratas. Un acercamiento que se ha venido gestando en los últimos meses, con encuentros entre los ejecutivos y el propio Trump como ha ido desvelando el republicano en varias entrevistas. Lejos queda ya el distanciamiento que se impusieron esos mismos inversores tras el asalto al Capitolio de 2021. El fundador de Amazon y dueño de The Washington Post, Jeff Bezos, recibió duras críticas -y bastantes bajas de suscriptores- después de que el periódico anunciara que por primera vez en una campaña presidencial no iba a respaldar a ninguno de los candidatos. Zuckerberg llamó a Trump tras su intento de asesinato este verano y elogió públicamente la “impresionante” actitud del republicano. Cook le contó a Trump los problemas legales a los que Apple se enfrenta en Europa y Pichai aplaudió la idea de la campaña republicana de que Trump sirviera patatas fritas en un McDonald’s.
Una encuesta de la escuela de negocios de la Universidad de Standford de 2017 reveló que los ejecutivos tecnológicos estaban alineados mayoritariamente con los demócratas por cuestiones como el apoyo al matrimonio igualitario, los derechos reproductivos e, incluso, los impuestos. Pero se mostraban muy críticos con la política regulatoria. Y por ahí viene el acercamiento al republicano.
De la mano de Linda Kahn, al frente de la Comisión Federal de Comercio, y de Jonathan Kanter, como fiscal antimonopolio del Departamento de Justicia, la Administración de Biden ha emprendido una cruzada antimonopolio contra las grandes tecnológicas que amenaza seriamente el poder de estas grandes compañías. Kahn y Kanter han demandado a Apple por crear un monopolio en el mercado de móviles y Google está a la espera de que un juez decida qué hacer con la compañía después de que la justicia dictara que abusó de su posición de dominio en el mercado de las búsquedas por internet con una conducta monopolística ilegal.
El vicepresidente electo, J.D. Vance, trabajó en el sector de la tecnología y se ha mostrado partidario de seguir adelante con la política antimonopolio y acabar con Google. “El control monopolístico de la información en nuestra sociedad reside en una empresa tecnológica explícitamente progresista”, escribió en X. “Hace tiempo que debería haber pasado, pero es hora de acabar con Google”, remató. Sin embargo, la presencia de Elon Musk en el círculo de confianza de Trump puede hacer decantar la decisión del republicano hacia sus posiciones. Muchas de estas grandes compañías enfrentan un envite similar a este lado del Atlántico de la mano de la Comisión Europea y confían en que la Administración republicana les ayude a frenar la ofensiva. De hecho, Trump reveló en un podcast que en su encuentro con el consejero delegado de Apple le garantizó que “no voy a dejar que se aprovechen de nuestras empresas. No voy a dejar que eso pase”, le dijo a Tim Cook.
Durante su campaña, Trump se ganó el respaldo –y la financiación—de otro sector sometido a fuertes restricciones por parte de Joe Biden, como la criptoindustria. El republicano prometió relajar la regulación financiera para convertir a Estados Unidos en la capital mundial de las criptomonedas y establecer una reserva estratégica de bitcoin. Las tecnológicas confían en que Trump les aplique esa misma política.