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Masorange pierde 328.000 clientes a manos de sus rivales desde la fusión

La operadora nacida de Orange y MásMóvil acelera la fuga de líneas tras el verano ante la fuerte competencia ‘low cost’

Meinrad Spenger (en primer plano), en la presentación de la fusión de Masorange a la plantilla, en abril pasado.
Meinrad Spenger (en primer plano), en la presentación de la fusión de Masorange a la plantilla, en abril pasado.Foto compartida por el CEO en su cuenta de X.
Ramón Muñoz

El 1 de abril de 2024, Masorange comenzó a operar como compañía independiente tras completar la fusión entre MásMóvil y Orange. Un día después, el consejero delegado de la nueva compañía, Meinrad Spenger, en la convención que se celebró en el Wizink Center de Madrid, y ante la presencia de 5.000 empleados (tanto presenciales como online), señaló que no se trataba de una fusión cualquiera porque el objetivo no era solo ahorrar costes, sino crecer: en ingresos, en clientes y hasta en empleo. Por el momento, esos planes de expansión no están siendo tan encomiásticos, al menos en su arranque. Los ingresos de Masorange hasta septiembre se han mantenido planos al aumentar tan solo un 0,5% (+1,1% en el tercer trimestre). Y en cuanto al empleo, la compañía está inmersa en la aplicación de un expediente de regulación de empleo (ERE) que prevé la salida de 650 trabajadores.

Respecto a los clientes, el objetivo de crecimiento tampoco parece que se haya conseguido hasta ahora, más bien al contrario. En los siete meses de existencia de Masorange, la compañía ha perdido 328.000 líneas de banda ancha y telefonía móvil a mano de sus rivales por el procedimiento de la portabilidad, que permite a cualquier usuario cambiarse de compañía de forma gratuita conservando el número.

En concreto, Masorange cedió desde el 1 de abril hasta el 28 de octubre pasado 287.419 líneas de móvil y 39.265 de fijo y banda ancha, según datos provisionales de portabilidades netas facilitados por el sector, pendientes de las cifras definitivas que audita la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Del análisis de estas cifras, se observan varias conclusiones. En primer lugar, la fuga de clientes fue moderada al comienzo de la integración durante la pasada primavera, se aceleró en los meses de verano, y se ha disparado justo al término del periodo estival. Solo entre septiembre y octubre, Masorange ha cedido 126.000 líneas de móvil y 23.300 de Internet y telefonía fija.

Esta circunstancia se debe precisamente a la guerra comercial que mantienen las operadoras y que se agudiza cada año con fuertes promociones y descuentos en dos fechas señaladas: coincidiendo con la vuelta al trabajo tras las vacaciones de verano y en Navidad. Los llamados operadores low cost como Digi, Avatel o Finetwork han vuelto a tirar los precios tanto de las líneas móviles como sobre todo de los paquetes de fibra y móvil, siendo los grandes beneficiados de este proceso de portabilidad. El campeón, una vez más, ha sido la rumana Digi que desde el 1 de abril ha arrebatado a sus competidores casi medio millón de clientes (390.000 de móvil y 100.000 de banda ancha).

Y, si ya de por sí la batalla comercial en el sector de telecomunicaciones es encarnizada, este año se ha sumado el giro en la estrategia de Vodafone España tras su compra por Zegona. Su nuevo consejero delegado, José Miguel García, no ha dudado en aplicar a la nueva Vodafone las recetas agresivas que le llevaron a reflotar Jazztel, aligerando el catálogo de tarifas, simplificando las promociones e impulsando la marca de bajo coste Lowi. De esta forma, ha ralentizado notablemente la pérdida de clientes, aunque, con todo, ha cedido casi 200.000 líneas de móvil y 59.000 de banda ancha en los últimos siete meses.

No obstante, las cifras negativas de portabilidad de octubre de Vodafone se han visto distorsionadas al alza por el efecto de migración de líneas a Finetwork, que se ha independizado como operador móvil virtual completo, aunque siga usando la red de Vodafone tras la renovación del acuerdo mayorista entre ambas compañías el pasado mes de mayo. De hecho, por primera vez Finetwork aparece en octubre como receptor de portabilidades en la estadística oficial, con un saldo neto de casi 30.000 líneas de móvil a su favor.

Movistar, el primer gran operador por ingresos aunque desbancado por Masorange en número de clientes desde la fusión, logra una saldo positivo en portabilidades móviles de 48.720 líneas (gracias, sobre todo, a las campañas de verano) y cede 50.876 conexiones de Internet.

Pérdidas en sus tres divisiones

La otra circunstancia relevante que se deduce de las cifras de portabilidad es que Masorange pierde clientes en sus tres principales divisiones: MásMóvil (Yoigo, Pepephone, Lyca, Llamaya, Lebara y la propia MásMóvil), Euskaltel (Euskaltel, R, Virgin y Telecable) y Orange (Orange, Jazztel y Simyo). Y es que antes de que se produjera la fusión, el grupo MásMóvil ofrecía prácticamente todos los meses saldos netos positivos de portabilidad (clientes captados de otras compañías menos clientes perdidos), mientras que era Orange la que sufría portabilidades negativas. Ahora pierden todas: las marcas amparadas bajo la antigua MásMóvil han cedido en los últimos siete meses 107.019 líneas de móvil y 7.660 de fijo; Orange, pierde 153.570 y 27.772, respectivamente, y el grupo de cableras del norte cede 26.830 de móvil y 4.489 de fijo. Eso no significa que algunas marcas por separado como, por ejemplo Pepephone, registren saldos positivos.

La fusión también ha tenido efectos beneficiosos. En el haber de Masorange desde el inicio de su andadura como compañía independiente hay que destacar que, al margen de los clientes que cede por la portabilidad, también está recibiendo nuevas altas, lo que compensa en parte esa fuga de líneas. Así, desde enero y hasta finales de septiembre, el grupo sumó 350.000 clientes entre líneas de fibra óptica (142.000) y postpago móvil (208.000), y contaba con 33 millones de líneas totales, de las que 25,8 millones son de móvil y alrededor de 7,1 millones son de banda ancha fija. La compañía no ha desagregado estas cifras desde el 1 de abril por lo que no se pueden conocer las altas operando como Masorange.

Además, respecto a las sinergias previstas de la fusión, la compañía ha declarado que se encuentra en proceso de obtener los aproximadamente 500 millones de ahorros esperados, de los que 85 millones ya se han logrado en los nueve primeros meses del año sobre el objetivo de 100 millones para el conjunto del año 2024, según señaló en un comunicado. Por último, si bien los ingresos se han estancado, la rentabilidad (medida por el ebitda) ha mejorado un 7%

Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.
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