Endesa vende a la emiratí Masdar el 49,9% de su cartera de renovables por 817 millones
La operación incluye todas las instalaciones solares fotovoltaicas en operación de la empresa en España, que suman dos gigavatios de potencia
Más movimiento en el sector de las energías renovables. La española Endesa ha anunciado este jueves por la tarde un acuerdo con la energética estatal emiratí Masdar para la venta de una participación del 49,99% del capital social de su cartera de renovables —constituida en empresa recientemente bajo el nombre de Enel Green Power España Solar (EGPE Solar)— a cambio de 817 millones de euros. Esta filial, cuyo valor total quedaría así en el entorno de los 1.700 millones, es titular de la totalidad de las instalaciones solares fotovoltaicas en operación de Endesa en España. Suman una capacidad total instalada de aproximadamente dos gigavatios (GW).
La víspera, en la presentación de resultados del primer semestre de 2024, el consejero delegado de la eléctrica, José Bogas, ya había anunciado la intención de la empresa de hacer caja “en próximas fechas” con la venta de “una participación minoritaria” en su cartera de proyectos solares en la península ibérica. Dicho y hecho: poco después de las cinco de la tarde de este miércoles llegaba el hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La transacción se encuadra en el marco de un acuerdo a largo plazo con Masdar y comprende además la firma de contratos de compra por una sociedad íntegramente participada por Endesa de la totalidad de la energía (PPA) generada por las plantas propiedad de EGPE Solar por un plazo de 15 años, según explica la segunda energética española en la comunicación remitida al regulador bursátil. El cierre definitivo de la operación está previsto para el cuarto trimestre de 2024, “estando sujeta a las condiciones suspensivas habituales en esta clase de transacciones, entre las que se encuentra la relativa a las inversiones extranjeras en España”.
Ambas compañías también prevén “una posible hibridación futura de sistemas de almacenamiento de energía a través de baterías en la cartera de plantas, hasta un máximo de 0,5 GW de capacidad adicional”. Endesa incide en que la transacción le permitirá “mantener el control y por tanto la consolidación íntegra de EGPE Solar, sin que en consecuencia esté previsto un impacto” sobre sus resultados económicos.
La operación, que la eléctrica española controlada por la italiana Enel (titular del 70% de su capital) llevaba tiempo buscando para reducir su cuantiosa deuda, llega poco después del fiasco de otra firma energética de Emiratos Árabes Unidos, Taqa, en su intento por tomar el control de un gran nombre del sector en España: Naturgy. Tras décadas dedicadas en cuerpo y alma al petróleo y el gas, las dos mayores fuentes de riqueza del golfo Pérsico, las energéticas emiratíes ponen, de esta manera, el foco en otras latitudes llamadas a jugar un papel muy relevante en la transición a las renovables.
Deuda al alza
La deuda financiera neta de Endesa cerró el pasado 30 de junio en 10.804 millones de euros, un 3,8% más que un año antes, según comunicó este miércoles en la presentación de resultados semestrales. La ratio sobre ebitda ha pasado, así, de 2,8 a 2,9 veces. El coste financiero de sus pasivos ha aumentado, entretanto, del 3,2% al 3,6% pese a la mejora relativa de las condiciones financieras, con el euríbor ya claramente a la baja. Los más de 800 millones que obtendrá de Masdar servirán, casi con total seguridad, para aligerar los pasivos de su balance.
Desde la llegada de la ultraderechista Giorgia Meloni al cargo de primera ministra italiana, en el otoño de 2022, tanto la dueña de Endesa (Enel) como el resto de grandes participadas por el Estado transalpino se han visto obligadas a abrocharse el cinturón para reducir su deuda. Esa nueva estrategia, cuyo éxito está aún por ver, se ha traducido en un “enfoque selectivo” en las inversiones de la española, como ha reconocido el propio Bogas. Sobre todo, en proyectos renovables.
Los cuantiosos dividendos de Endesa son y han sido, no obstante, una de las principales fuentes de ingresos y de beneficios de Enel en los últimos tiempos. En especial, en los años más crudos de la crisis energética: en 2022, el año de la invasión rusa de Ucrania y el de precios récord del gas y de la luz, casi uno de cada tres euros ganados por Enel provinieron de su negocio en España. Este país aportó a su cuenta de resultados, de hecho, casi tanto como Italia (3.239 millones de euros de beneficio antes de impuestos e intereses —Ebit— frente a 3.251 millones), y solo un poco menos que todo el continente americano (3.640 millones). En 2023 fueron casi 1.100 millones los que se embolsó la matriz en dividendos de Endesa.
La eléctrica española enmarca la operación en su “modelo de partnership”, incluido en su plan estratégico para el periodo 2024-2026, “que recoge la búsqueda de socios en activos estratégicos que le permitan maximizar su valor y el retorno del capital invertido, manteniendo el control sobre los mismos”. La filial de renovables de Enel —Enel Green Power— ha firmado “igualmente un acuerdo (memorándum of understanding, MOU por sus siglas en inglés) de carácter no vinculante, con el objetivo de explorar una potencial alianza dirigida al desarrollo conjunto de proyectos de generación renovable en España”, según se lee en la nota remitida a la CNMV.
Endesa ganó 800 millones de euros entre enero y junio, un 9% menos, tras el fuerte descenso en el precio de la electricidad. Sus inversiones cayeron, por su parte, un 16% en un periodo en el que perdió 200.000 clientes en el mercado libre —de largo, el más rentable para las eléctricas—.
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