La tormenta perfecta que pone en jaque el gran proyecto de baterías europeo de Northvolt

La compañía sueca revisa su estrategia tras la suspensión de un pedido de BMW por 2.000 millones y triplicar sus pérdidas por encima de los 1.000 millones. Medios suecos informan de dos muertes en sus instalaciones

Imagen aérea de la megafábrica de Northvolt en Skellefteå, Suecia.Northvolt

La madre de todas las batallas en el coche eléctrico es el desarrollo y control de las cadenas de valor de las baterías, el elemento más caro, de lejos, que tiene un vehículo eléctrico. Esto lo sabe ...

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La madre de todas las batallas en el coche eléctrico es el desarrollo y control de las cadenas de valor de las baterías, el elemento más caro, de lejos, que tiene un vehículo eléctrico. Esto lo sabe China, que domina de forma apabullante este elemento tras muchos años de investigación e ingentes cantidades de dinero invertido; y lo sabe también EE UU, que ha llegado tarde, pero ha sacado un “bazuca” de subvenciones (expresión usada por el presidente de Gestamp, Francisco J.Riberas, fabricante de componentes del automóvil español) para tratar de ponerse a la altura del gigante asiático. Europa, que se está quedando muy atrás, contaba con Northvolt como una apuesta a futuro para tener un gran ensamblador propio de baterías para vehículos eléctricos, pero el proyecto está haciendo aguas.

Según los resultados publicados por la compañía sueca esta semana, sus pérdidas se han multiplicado por más de tres hasta los 1.167 millones de dólares, unos 1.078 millones de euros al cambio actual. Por su parte, la facturación del fabricante fundado en 2016 solo aumentó un 19,6% el año pasado, hasta los 128 millones de dólares (unos 118,3 millones de euros). Para el presente ejercicio habrá que ver cómo impacta en su facturación que BMW haya cancelado un pedido por valor de 2.000 millones de euros, después de que la automovilística alemana supuestamente se hartara de los constantes retrasos en las entregas y la baja calidad de los productos de Northvolt, según recogen medios internacionales como Reuters y Bloomberg.

Esto, sumado a las dificultades que está teniendo la compañía sueca para incrementar su capacidad de producción, está poniendo en jaque a un fabricante al que a principios de año recibió subvenciones por más de 900 millones de euros (unos 700 millones en ayudas directas) para que no se llevara una gigafactoría a EE UU y en su lugar la levantara en la localidad de Heide, en Alemania. La ayuda a esta planta, que comenzó a construirse en marzo, inauguró el nuevo sistema ideado por la Comisión Europea en 2023, que otorga más libertad a los estados miembros para subvencionar proyectos industriales limpios. Esto permite a los Veintisiete usar 225.000 millones en ayudas estatales para conceder subvenciones a energías renovables, tecnologías de descarbonización y medidas de eficiencia energética.

“Esta medida alemana de 902 millones de euros es la primera ayuda individual que se aprueba para evitar que una inversión se desvíe fuera de Europa, en el marco de la nueva posibilidad que ofrece el Marco Temporal de Crisis y Transición desde marzo de 2023. Se trata de un paso importante para la electrificación del transporte en Europa, preservando al mismo tiempo la igualdad de condiciones en el mercado único”, destacó Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión a cargo de Competencia, en enero pasado.

El fabricante de baterías también sufre el estancamiento en Europa del mercado de coches eléctricos. Según datos de ACEA, la patronal europea de automovilísticas, las ventas de vehículos eléctricos apenas crecieron un 2% en la Unión Europea hasta mayo, un dato que se vio muy lastrado por la fuerte caída en el mayor mercado del continente, Alemania, que ya no tiene ayudas a la compra. A esto se suma la llegada de numerosos competidores chinos, algunos de los cuales son ensambladores de coches y de baterías a la vez, como es el caso de BYD. Esta compañía gastó una buena cantidad de dinero en patrocinar la Eurocopa de fútbol masculino que se está disputando en Alemania, con el objetivo de hacerse más conocida entre el público del Viejo Continente.

Para más inri, el medio sueco Dagens Nyheter, informó esta semana que desde 2019 la compañía ha sufrido 26 accidentes laborales graves en sus instalaciones en el norte de Suecia, entre los cuales se produjo la muerte de dos trabajadores. Uno de estos dos casos está siendo investigado actualmente por la justicia del país del norte de Europa, ya que supuestamente se han encontrado deficiencias graves en el entorno laboral. “Ha habido máquinas que no se detuvieron a pesar de que se presionó la parada de emergencia”, indicó Mikael Stenmark, representante sindical de seguridad, en declaraciones recogidas por Bloomberg. El escándalo y el díficil momento económico de la empresa se dan con su presidente, Jim Hagemann Snabe, el cual también preside Siemens, de baja por enfermedad.

Unos planes de producción que no arrancan

Actualmente, la compañía tiene en el norte sueco, en el municipio de Skellefteå, una gigafactoría con una capacidad de producción de 16 GWh, la cual Northvolt prevé llevar hasta los 60 GWh en 2026, momento en el que alcanzará la rentabilidad según la sueca. Para hacerse una idea, la planta de baterías que el grupo Volkswagen está levantando en Sagunto, Valencia, se prevé que comience con una potencia de 40 GWh ampliables a 60 en una segunda fase. Esos 60 GWh serían el equivalente a las baterías necesarias para hacer un millón de vehículos eléctricos al año, según la web del fabricante sueco, una cifra que no coincide con los 750.000 coches que proyecta Volkswagen con Sagunto.

Además, la compañía comenzó en octubre pasado a construir una gigafactoría junto a Volvo en la localidad sueca de Gotemburgo, que se suma a la ya mencionada de Heide y a la planta de baterías que Northvolt planea construir en Canadá. Sin embargo, estas dos últimas inversiones fueron puestos en duda recientemente por el fabricante. “Necesitamos revaluar los pasos siguientes, y eso está actualmente en progreso. Para avanzar en Alemania y Montreal, es fundamental que hayamos hecho de Skellefteå la planta matriz en la que se basa el plan (...) Hemos sido demasiado agresivos en nuestros planes de expansión y eso es lo que estamos revisando ahora”, dijo Peter Carlsson, director ejecutivo y cofundador de la compañía, en una entrevista con el diario económico sueco Dagens Industri. Se espera que la empresa dé más precisiones sobre sus inversiones en otoño. Mientras tanto, la empresa ha retrasado hasta al año que viene sus planes de salida a Bolsa.

A pesar de este incierto panorama, Northvolt mantiene un objetivo muy ambicioso: en 2030 pretende tener un 25% de la cuota de mercado de Europa, para lo que necesitará una capacidad de producción de 150 GWh, casi diez veces más de lo que tiene ahora.

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