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El otro desafío de Seat está en la fábrica: récord de producción y electrificación en Martorell

La compañía española compatibilizará la reconversión de su planta con una alta producción para aprovechar el tirón de Cupra

Una unidad del Cupra Formentor en pleno proceso de ensamblaje en la fábrica de Martorell (Barcelona).
Una unidad del Cupra Formentor en pleno proceso de ensamblaje en la fábrica de Martorell (Barcelona).Albert Garcia
Dani Cordero

Mientras las ventas de coches eléctricos se contraen y han tumbado a la industria del motor en el diván, en la fábrica de Seat en Martorell (Barcelona) ya no hay marcha atrás. La filial española de Grupo Volkswagen ha puesto en marcha la inversión de 3.000 millones de euros con la que pretende llevar la fabricación de coches eléctricos a su planta de producción en menos de 18 meses. El tirón de sus modelos Formentor (de Cupra) y León (de Cupra y Seat) permite pensar a la dirección de la compañía que esa transformación de las instalaciones no socavará su ambición de cerrar el año en curso con un récord de producción: 519.000 vehículos, dejando atrás los 516.646 que se ensamblaron en 2000.

Ese es el otro reto de Seat, que en realidad se juega su futuro más próximo y su rentabilidad en los concesionarios, sobre todo de la venta de los modelos Cupra. Lo hace ahora con sus best-sellers Formentor y León y lo hará dentro de poco con sus nuevos modelos Tavascán y Terramar, nuevos vehículos franquicia que irán de la mano del Raval. La terminación del catálogo supondrá la consolidación de la neomarca de automóviles creada en Barcelona, pero la política multifactoría de Volkswagen no resta impacto a la continuidad de la fábrica catalana, la mayor en España con una plantilla de 12.000 personas.

Hasta el momento las cosas en Martorell han ido bien. La producción se ha normalizado tras los problemas de suministros de los últimos años y el pasado 6 de febrero la plantilla logró marcar un hito: 2.646 coches ensamblados en un solo día, récord histórico de la planta que visualiza la buena marcha de la operativa. Pero el reto de verdad no ha empezado todavía. Será a partir de septiembre, cuando las obras previstas obliguen a reducir la producción para reducir de 2.500 vehículos a 2.000, según avanzó Efe. En agosto se empezarán los trabajos para montar la línea de ensamblaje para el coche eléctrico pequeño del consorcio alemán, del que saldrán dos versiones de Barcelona: el Volkswagen ID.2all y el Cupra Raval a partir de principios de 2026 y finales de 2025, respectivamente.


Un operario en la cadena de producción de Seat.
Un operario en la cadena de producción de Seat.ALBERT GARCIA

Ese cambio obligará a adaptar las líneas de producción. Lo que ha hecho de momento Seat es modernizar una de sus tres líneas para acelerar el proceso de ensamblaje de los que son ahora sus modelos estrella, el Formentor y el León, que Cupra estrenará con un nuevo diseño a partir de septiembre. De esa cadena se pretende que salgan una media de 1.092 coches diarios, uno cada minuto y catorce segundos. Esa producción máxima se suma a los 1.040 coches de capacidad de otra línea (donde se montan los Ibiza y Arona) y los 368 donde se monta el Audi A1, que acabará asumiendo la carga de los otros coches para dejar libre el espacio donde se montarán los eléctricos.

En paralelo a esa transformación en las líneas de montaje, Seat construye una inmensa planta de ensamblaje de baterías para sus coches eléctricos y ha estrenado una nueva infraestructura: un horno que permite aligerar la carga de trabajo, reducir el consumo energético y garantizar la capacidad de pintado y secado de los coches eléctricos, que al contar con mayor masa metálica para aguantar la batería también requieren de mayor tiempo de secado de toda su superficie. Estrenado hace dos meses, ha costado 27 millones de euros e incluye características desconocidas hasta ahora en el grupo alemán, como la carga lateral de vehículos. Un vehículo pasa casi el mismo tiempo en las instalaciones de pintura (12 horas) que en la cadena de montaje (14 horas).

Seat llega a esa nueva etapa eléctrica con su presidente, Wayne Griffiths, más liberado. Dejó la presidencia de Anfac tras denunciar la falta de iniciativa del Gobierno español para impulsar las ventas de coches de cero emisiones y ahora podrá elevar el tono de sus quejas desde la seguridad de que solo representa a la compañía alemana, la que ha realizado de momento el mayor esfuerzo para descarbonizar los coches made in Spain.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.
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