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Torres (BBVA) reconoce que la compra del Sabadell supondrá la salida de empleados

El presidente de la entidad dice que “algunos accionistas del Banco Sabadell valoran positivamente la operación” | Apunta que ha iniciado también las conversaciones con el Banco Central Europeo

bbva sabadell opa
Carlos Torres Vila, presidente del BBVA, en la Junta general de Accionistas de la entidadFernando Domingo-Aldama
Álvaro Bayón

El BBVA se lanza ya a por los accionistas del Sabadell en plena opa hostil. Carlos Torres, el presidente del banco de origen vasco, ha indicado en una reunión con analistas este jueves que ya ha iniciado los primeros contactos. “Algunos accionistas nos han trasladado que valoran positivamente la operación”, ha añadido, si bien no ha cuantificado qué porcentaje representan estos inversores. Durante la reunión, el presidente de la entidad ha admitido que la toma de Banco Sabadell supondría, previsiblemente, la salida de trabajadores del banco. No obstante, el directivo ha asegurado que no serán traumáticas, tal y como se comprometía en la primera oferta de fusión amistosa al consejo de administración del Sabadell. Torres ha garantizado que serán medidas consensuadas por los sindicatos y con “amplia aceptación” por parte de la plantilla.

El movimiento de BBVA de lanzar una opa hostil a Banco Sabadell es un mensaje directo a los socios del banco, un 53% son fondos de inversión, y sin un núcleo duro de poder. El banco que preside Torres ha reiterado la oferta de fusión que remitió la semana pasada a la entidad pilotada por Josep Oliu, a razón de una acción de BBVA por cada 4,83 títulos del Sabadell. El consejo del banco catalán consideró el lunes que esta puja minusvaloraba al banco y que este tenía más recorrido si continuaba en solitario. También criticaba el hecho de que BBVA ofertase solo un canje en acciones y no contemplase una parte en efectivo.

BBVA, al pasar de una oferta de fusión a una opa, pone la pelota en el tejado de los actuales accionistas de Sabadell, que deberán seguir la opinión del consejo o dar el plácet a la transacción. Los dos bancos comparten algunos accionistas, que se trata de los mayores fondos del mundo, como BlackRock, Vanguard o Norges Bank. En este sentido, Torres indica que ha entablado los primeros contactos con estos inversores y que algunos de ellos ya le han expresado su apoyo a la transacción.

Paralelamente, Torres también se ha referido a las autorizaciones pertinentes. En primer lugar, apunta a que ya ha iniciado los primeros contactos con el Banco Central Europeo (BCE) y que su primera reacción ha sido positiva y que no ve obstáculos para su aprobación. Los otros dos síes que debe cosechar la opa vienen de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), un proceso que en total estima puede durar entre cinco y seis meses. Antes de eso también se deberá pronunciar la junta de accionistas de BBVA en una reunión extraordinaria.

El presidente de BBVA ha explicado que una vez culminada la opa propondrá la fusión de ambos ambos. Un paso que deberá autorizar el Ministerio de Economía. Fuentes oficiales de este organismo han rechazado de plano la operación, al considerar que presenta “efectos lesivos potenciales”. Torres, sin embargo, ha quitado hierro a esta posición y la ha circunscrito al contexto político, con unas elecciones al Parlament de Cataluña para este domingo.

Uno de las dudas principales que presenta el Gobierno es el impacto de la transacción en temas de competencia. Torres defiende que el banco resultante tendrá una cuota de mercado moderada e inferior en todo caso a la de CaixaBank tras la fusión con Bankia. También ha afirmado que el sector bancario ha cambiado desde entonces, en 2020, con un mayor peso de los canales digitales, que ha reclamado deba ser tenido en cuenta por la CNMC en su análisis.

“La transacción crea un banco que va a mejorar el apoyo que damos a la sociedad a través del crédito, que crea valor para la sociedad y la economía. La entidad resultante va a apoyar mejor la economía y generar más resultados, lo que significa una base fiscal mayor. Para el país es bueno tener un banco mas fuerte. El gobierno seguro que va a apreciar el valor de esta transacción una vez que las cosas sean mas claras y una vez se aclaren los elementos, como las elecciones y la politización”, ha aseverado el ejecutivo. Y ha tasado en 5.000 millones la mayor capacidad de crédito que tendría el banco resultante tras la opa.

Con respecto a la operación, Torres ha afirmado que respecta la decisión de Sabadell de rechazar la oferta de fusión de la semana pasada, pero ha considerado que esta negativa fue “un error”. “Es una oferta convincente para crear una combinación muy potente”, ha afirmado Torres. En esta línea ha defendido el hecho de que la oferta no contemple un tramo en dinero en metálico, como parece reclamar el consejo de administración del Sabadell, por la alta liquidez de la acción de BBVA, mayor en su opinión que la del Sabadell. También considera que el canje en acciones protege la oferta de un cambio en las condiciones macroeconómicas en los meses que restan para su ejecución completa.

Torres sí ha dejado una puerta abierta a terminar alcanzado un pacto con la cúpula del Sabadell, así como tampoco ha descartado mantener el ofrecimiento de incorporar a tres consejeros del banco catalán, uno de ellos vicepresidente. No obstante, el ejecutivo ha reiterado el contenido del email que remitió al presidente del Sabadell el domingo y que el banco catalán hizo público ayer, en el que afirmaba que el banco no tenía opción a mejorar la oferta. Torres ha repetido que no contemplan pagar más.

El presidente de BBVA ha recordado su iniciativa de integrar los equipos de ambos bancos, así como no tomar medidas traumáticas en materia de empleo. No obstante, sí ha avanzado que previsiblemente la operación suponga salidas de empleados, aunque promete que serán pactadas con los sindicatos.

“En el corto plazo puede haber alguna salida de personas, siempre medidas no traumáticas, con enorme aceptación por plantilla y pactado por sindicatos. En el pasado, en anteriores fusiones, hemos tenido una demanda muy importante de empleados a acogerse a estos programas. Siempre bajo esta perspectiva de dialogo, puede haber una reducción de empleo en un principio”, ha admitido.

Además, también ha indicado que el banco no tiene “un plan B” si no sale la transacción, sino que este es continuar como hasta el momento, con el compromiso de devolver todo el exceso de capital por encima del objetivo de la ratio del 12% CET1 a los accionistas en forma de dividendos y recompras de acciones.

Finalmente, tanto Carlos Torres como el consejero delegado del banco, Onur Genç, se han referido al posible impacto reputacional si la operación no sale adelante. “Si nuestra reputación se viese dañada por la mera oferta, nos parece muy aceptable asumir este riesgo de daño reputacional”, han afirmado.

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Álvaro Bayón
Redactor de la sección de empresas especializado en operaciones corporativas, banca de inversión y capital riesgo. Graduado en Estudios Hispánicos por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en Periodismo UAM-El País, ha desarrollado toda su carrera en Cinco Días, donde trabaja desde 2016.
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