Philips paga 1.100 millones de dólares en Estados Unidos por el caso de sus dispositivos contra la apnea del sueño
La multinacional abona la cantidad sin admitir culpa para resolver el litigio y sus acciones se disparan un 30%
Philips ha anunciado este lunes un acuerdo por valor de 1.100 millones de dólares (unos 1.000 millones de euros) para cubrir todas las reclamaciones por daños personales en Estados Unidos por sus dispositivos DreamStation de primera generación contra la apnea del sueño. Son unos aparatos que incluyen respiradores con una espuma de poliuretano para amortiguar el ruido que es susceptible de degradarse y penetrar en las vías respiratorias, lo que conlleva riesgos potenciales para la salud. La multinacional neerlandesa no reconoce que los problemas médicos se deriven del uso de las máquinas y ha optado por este pacto para resolver el litigio. Desde 2021, ha retirado unos 5,5 millones de estas unidades a escala mundial y afronta todavía demandas en Europa. Tras el anuncio, la compañía se ha llegado a disparar casi un 50% en la Bolsa de Ámsterdam, si bien terminó con un alza del 29,35%.
Los afectados ahora compensados en Estados Unidos son pacientes que aseguran haber enfermado por utilizar los dispositivos. También han sido incluidos los que reclaman dinero para el seguimiento médico de cualquier problema futuro de salud relacionado con estas máquinas. La espuma de los respiradores -de poliuretano con base de poliéster- atenuaba el ruido para que no entorpeciera el descanso nocturno. El problema es que sus partículas podían desprenderse y ser inhaladas o tragadas por el usuario. Según datos de la Agencia estadounidense de Medicamentos y Alimentos (FDA, en sus siglas en inglés), las complicaciones con la espuma “pueden deberse a la exposición al calor y la humedad, y se ven agravadas por el uso de limpiadores de ozono o bien otros métodos de limpieza no recomendados por el fabricante”.
Philips llevaba tres años lidiando con las consecuencias de la retirada de los dispositivos y Roy Jakobs, consejero delegado de Philips, ha calificado este lunes la situación de “hito significativo”. Desde 2021, la FDA ha recibido informes acerca de 561 muertes que pueden estar relacionadas con el uso de las máquinas que tuvieron que ser retiradas del mercado. Los nuevos dispositivos tienen una espuma de silicona que ha sido sometida a pruebas exhaustivas sin que se hayan visto problemas de seguridad, según Philips.
La multinacional ya llegó en 2023 a un acuerdo para resolver demandas colectivas, también en Estados Unidos, por pérdidas económicas de los clientes porque el aparato que compraron no cumplía con los requisitos. Philips reservó entonces 575 millones de euros para este grupo de afectados. El nuevo trato ha sido anunciado durante la presentación de las cifras correspondientes al primer trimestre, y para hacerle frente han sido reservados 982 millones de euros este trimestre. Ello supone una pérdida de 998 al final del mismo periodo, con el pago efectivo previsto para 2025. Roy Jakobs ha declinado aclarar si la factura era menor de lo esperado. Sí ha recalcado que “1.100 millones de dólares es una cantidad significativa en cualquier caso y es importante poner fin a la incertidumbre y despejar el camino a seguir”, en declaraciones a la prensa.
Los inversores han reaccionado de forma positiva a la noticia y las acciones de Philips han subido un 45% durante la mañana del lunes, hasta llegar a 28 euros a las 12:00 horas y seguir acercándose al 50% para bajar al entorno del 30% al cierre. Es su nivel más alto desde abril de 2022, pero equivalen solo a la mitad de lo que valían antes de la retirada de los respiradores en 2021. Según los resultados trimestrales, las ventas del grupo ascendieron a 4.100 millones de euros, un 2,4% más en términos comparables a pesar del descenso de la demanda desde China. Las pérdidas operativas son de 824 millones de euros debido a la provisión necesaria para resolver el litigio en Estados Unidos.
La firma ha seguido prestando servicios, incluida la venta de accesorios y piezas de recambio de los aparatos para la apnea del sueño. A principios de este abril ha informado de que está trabajando para subsanar un error en otro modelo de respiradores, los Trilogy, utilizados por los hospitales. Diseñados con un programa informático y una batería adicional, la segunda puede disparar su alarma sin motivo deteniendo la ventilación.
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