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Biden concede a Samsung 6.400 millones de dólares en ayudas directas para fabricar chips

Estados Unidos espera que las subvenciones impulsen una inversión de 40.000 millones de dólares en Texas por parte del gigante surcoreano

La sede de Samsung Electronics en Suwon, Corea del Sur, en una imagen de 2023.
La sede de Samsung Electronics en Suwon, Corea del Sur, en una imagen de 2023.Kim Hong-Ji (REUTERS)
Miguel Jiménez

Nueva inyección de fondos para la fabricación de microprocesadores en Estados Unidos. Tras los acuerdos alcanzados con compañías como Intel y TSMC, ahora es el turno de Samsung Electronics. El Gobierno de Joe Biden ha anunciado este lunes que el Departamento de Comercio y la empresa han firmado un acuerdo preliminar para proporcionar hasta 6.400 millones de dólares (unos 6.000 millones de euros) en financiación pública directa en el marco de la conocida como Ley CHIPS. Con ello, se espera que Intel invierta más de 40.000 millones de dólares en los próximos años.

La inversión propuesta convertiría la presencia actual de Samsung en Texas en un ecosistema integral para el desarrollo y la producción de chips de vanguardia en Estados Unidos, según el Departamento de Comercio. Incluye dos nuevas fábricas de lógica de vanguardia, una fábrica de I+D y una instalación de embalaje avanzado en Taylor, así como una ampliación de sus actuales instalaciones de Austin. Los chips que Samsung fabricará en Texas servirán para tecnologías que van desde la inteligencia artificial hasta la informática de alto rendimiento y las comunicaciones 5G.

El propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha emitido un comunicado para realzar la importancia de la decisión. “Este anuncio desencadenará una inversión de más de 40.000 millones de dólares por parte de Samsung y consolidará el papel del centro de Texas como ecosistema de semiconductores de vanguardia, creando al menos 21.500 puestos de trabajo y movilizando hasta 40 millones de dólares en fondos CHIPS para formar y desarrollar la mano de obra local. Estas instalaciones apoyarán la producción de algunos de los chips más potentes del mundo, esenciales para tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial, y reforzarán la seguridad nacional de Estados Unidos”, ha afirmado el presidente. “El anuncio de hoy de la inversión de Samsung en Estados Unidos es otro ejemplo de cómo mi programa ‘Invertir en América’ y la Alianza entre Estados Unidos y Corea del Sur están creando oportunidades en todos los rincones del país”, ha añadido.

Samsung fabrica chips en Estados Unidos desde 1996. Además de las ayudas directas propuestas de hasta 6.400 millones de dólares, la empresa ha indicado que tiene previsto solicitar créditos fiscales a la inversión del Departamento del Tesoro, que se espera cubran hasta el 25% de las inversiones cualificadas. Gracias a inversiones como las de Samsung, se prevé que Estados Unidos esté en camino de producir aproximadamente el 20% de los chips lógicos de vanguardia del mundo en 2030, afirma el Departamento de Comercio.

“Las inversiones propuestas en CHIPS, como las que anunciamos hoy, servirán de catalizador para que el sector privado siga invirtiendo y contribuya a garantizar la estabilidad a largo plazo que necesitamos para situar a Estados Unidos al principio de nuestra cadena de suministro de semiconductores y salvaguardar un ecosistema fuerte y resistente aquí en nuestro país”, ha declarado la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo.

La inversión propuesta se dividiría en varios proyectos en dos emplazamientos distintos del centro de Texas. En Taylor, la idea es crear un ecosistema completo de fabricación avanzada. Incluiría dos fábricas que fabricarían chips de cuatro y dos nanómetros. Además, habría una instalación dedicada a la investigación y el desarrollo, así como otra para el embalaje que rodea los componentes de los chips. Se espera que la primera fábrica esté operativa en 2026 y la segunda en 2027. Los semiconductores que se diseñen y fabriquen en este ecosistema servirían a una amplia variedad de mercados finales, desde las industrias de comunicaciones, automoción y defensa hasta la informática de alto rendimiento y la inteligencia artificial.

En Austin, el plan es ampliar unas instalaciones que han sido un motor económico para el centro de Texas durante casi 30 años. La inversión propuesta ampliaría las instalaciones existentes para apoyar la producción de tecnologías líderes de proceso de silicio sobre aislante totalmente empobrecido (FD-SOI) para industrias estadounidenses críticas, como la aeroespacial, la de defensa y la de automoción. La inversión propuesta también incluye compromisos de colaboración con el Departamento de Defensa de Estados Unidos.

El Gobierno de Biden se comprometió la semana pasada a aportar hasta 6.600 millones de dólares para que el gigante taiwanés de los semiconductores Taiwan Semiconductor Manufacturing Co (TSMC) pueda ampliar las instalaciones que ya está construyendo en Arizona y garantizar mejor que los microchips más avanzados se produzcan por primera vez en Estados Unidos.

Hace unas semanas, Biden viajó a Arizona para anunciar incentivos por importe de 20.000 millones de dólares (algo más de 18.000 millones de euros) para la construcción por parte de Intel de cuatro plantas de microprocesadores en diferentes Estados. El paquete incluía 8.500 millones de dólares en ayudas directas y unos 11.000 millones en préstamos ventajosos.

La financiación de la Ley CHIPS pretende aumentar la capacidad de fabricación, investigación y desarrollo de semiconductores en Estados Unidos, especialmente en microprocesadores de vanguardia. Se aprobó con apoyo tanto del Partido Demócrata como del Republicano, en parte como respuesta a la escasez de chips que se produjo por la pandemia. Acercar la cadena de suministro se convirtió en un objetivo estratégico de política industrial.

Biden ha emprendido una política económica con altas dosis de proteccionismo y nacionalismo económico en el que las subvenciones y desgravaciones son uno de los principales exponentes. A través de la ley CHIPS impulsa las inversiones en microprocesadores; mediante la ley de Infraestructuras financia obras públicas, principalmente en carreteras y ferrocarril, y a través de la ley de Reducción de la Inflación impulsa las inversiones en renovables.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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