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Iberdrola invertirá en redes el grueso de los 11.000 millones que iba a destinar a PNM

La eléctrica privilegia la inversión en infraestructuras en mercados maduros en busca de ingresos recurrentes y protegidos frente a la inflación

Ignacio Fariza
Miniaturas de torres eléctricas, con el logo de Iberdrola al fondo.
Miniaturas de torres eléctricas, con el logo de Iberdrola al fondo.DADO RUVIC (REUTERS)

Los 11.000 millones de euros que Iberdrola iba a destinar a la compra de la estadounidense PNM Resources tienen destino. La mayor eléctrica europea —y segunda del mundo— por capitalización dedicará el grueso de ese dinero a redes de distribución, según las fuentes consultadas por EL PAÍS. Los planes definitivos se anunciarán en el día del inversor que celebrará la energética el próximo 21 de marzo, en el que comunicará su nueva hoja de ruta para los próximos años.

A diferencia de la generación de energía renovable, donde la española ha puesto el foco en los últimos años, las redes son un negocio regulado y —por tanto— mucho más estable: garantiza ingresos recurrentes y ofrecen a los inversores un horizonte claramente definido. Dos atributos que, tras las turbulencias recientes y crisis energética mediante, se valoran particularmente en empresas del sector energético.

Tras varios años de desaforada inversión en proyectos renovables, son muchas las eléctricas que —ante la subida de los tipos de interés, la caída prevista para los próximos años en el precio de la luz y las oportunidades en un sector que tiene que crecer sí o sí para dar cobertura a la avalancha de nueva fotovoltaica— están privilegiando el negocio de redes. Particularmente, en las economías avanzadas, más proclives a dar entrada a actores privados en el segmento de distribución de electricidad y que ofrecen flujos de caja garantizados y protegidos frente a la inflación año tras año.

En los nueve primeros meses de 2023 —el último periodo del que hay datos, hasta que el jueves que viene presente los resultados del ejercicio completo—, el negocio de redes de Iberdrola cosechó un beneficio bruto de explotación (Ebitda) de 4.397 millones de euros. Brasil fue el primer mercado en ese negocio, al aportar casi 1.390 millones, seguido por España (1.247), el Reino Unido (881) y Estados Unidos (878).

Lo esperado por los analistas

Cuando Iberdrola dio por terminada su tentativa de compra de PNM el 2 de enero, ante la negativa de los reguladores estadounidenses y justo en una ventana de oportunidad que le permitía renunciar a la operación sin penalización alguna, varias casas de análisis ya dejaron entrever por dónde podían ir los tiros.

“El nuevo deja espacio libre para operaciones corporativas, potencialmente en redes reguladas en mercados core. ¿Quizá en el Reino Unido?”, sugerían desde CaixaBank-BPI. En ese mercado, prioritario para Iberdrola, la eléctrica que preside Ignacio Sánchez-Galán ha sondeado en los últimos tiempos la compra de Electricity North West, que opera —como su propio nombre indica— en la zona noroeste de Inglaterra y que está valorada en unos 4.000 millones de euros. Caza mayor, pero también con muchos pretendientes, lo que probable aumentará el precio.

En la misma línea, la firma de análisis Alantra subrayaba las “muchas oportunidades” de crecimiento en la infraestructura estadounidense de redes y, en menor medida, en renovables: “No comprar PNM incrementa la flexibilidad financiera en un momento de fuerte esfuerzo inversor” en los próximos años. El banco francés BNP Paribas cree, por su parte, que la cancelación de la operación de PNM Resources “desencadenará un reequilibrio de la estrategia de Iberdrola hacia EE UU y el Reino Unido por la vía orgánica”. “Para el próximo día del inversor esperamos un aumento del foco sobre las redes y una aproximación más selectiva a las renovables”, zanjan sus analistas.

Casi 6.000 millones más en camino desde México

A los 11.000 millones que libera Iberdrola con la renuncia a comprar PNM —uno de sus grandes objetos de deseo en los últimos años— se suman otros casi 6.000 millones que la eléctrica española recibirá por la venta al fideicomiso Mexico Infrastructure Partners (MIP) —que cuenta con el apoyo financiero del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) y de otras entidades financieras públicas— por las centrales de ciclo combinado que tiene en el país norteamericano.

Tal y como adelantó EL PAÍS a finales de octubre, Iberdrola reinvertirá la mayor parte de ese dinero en proyectos renovables en el propio país latinoamericano, que la compañía espera que asciendan a seis gigavatios (GW) en 2030. México tiene, junto con Chile, uno de los mayores potenciales de generación eólica y fotovoltaica de todo el continente americano.

La venta de esas centrales de gas, solo a la espera de las últimas autorizaciones, es redonda para la eléctrica: se deshace de unos activos que no cumplen los estrictos criterios de sostenibilidad —con la neutralidad climática completa en 2040—, a cambio de una cantidad de dinero más que razonable y, a la vez, estrechar lazos con el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador tras años de altísima tensión. La empresa abre, así, un capítulo nuevo en ambas orillas del río Bravo.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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