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La banca y los fondos aflojan la presión sobre la deuda de Grifols

El Santander rechaza ejecutar las prendas sobre las acciones de Scranton en la compañía de hemoderivados

Álvaro Bayón
Caso Grifols
Sede de Grifols.David Zorrakino (Europa Press / Getty Images)

Bancos y fondos aflojan la presión sobre Grifols un mes después de la publicación del informe de Gotham City sobre la empresa. Los avances en la venta de su negocio chino y los cambios en la cúpula le han permitido elevar el precio de los bonos, al tiempo que las entidades financieras, con Santander a la cabeza, están dispuestas a aportar el árnica suficiente para que la compañía catalana de hemoderivados recupere el vuelo.

Hoy hace un mes que el suelo se abrió sobre los pies de Grifols. El temido inversor bajista Gotham City publicó un informe en el que acusaba a la empresa de maquillar sus cuentas para elevar artificialmente su ebitda y reducir la deuda. Esto provocó una hecatombe en Bolsa, pero también disparó la tensión en los mercados de deudas y los bonos sufrieron pérdidas de en torno al 20%. Más allá de las acusaciones del informe, el problema con Grifols estriba en su elevado pasivo, de 9.000 millones de euros. Y lo más urgente encontrar una solución para los 2.900 millones, de los cuales 2.000 millones son bonos y el resto préstamos bancarios, que vencen en 2025.

Para intentar recortar su deuda, la empresa se ha embarcado en un camino de desinversiones. El primer hito fue la venta de un 20% en la compañía china Shanghai Raas al grupo Haier por 1.600 millones de euros, con los que espera pagar al menos la mayor parte de los 2.000 millones en bonos que vencen. El temor tras la publicación del informe fue que las acusaciones que en él se vertían hiciesen que Haier se echase atrás en la operación y complicase la refinanciación.

Los bonos fueron entonces el objetivo de los fondos oportunistas. Ante las caídas en su cotización, se preparaban para adquirir estos títulos de deuda a precios de derribo y, ya como acreedores, forzar a la empresa catalana a ejecutar una reestructuración que pasase por elevar el precio del pasivo, vender activos o incluso convertir la deuda en capital.

Haier ha confirmado en dos ocasiones que sigue adelante con la transacción, lo que ha reducido la tensión en el mercado. Los 1.000 millones que vencen el año que viene pasaron de cotizar al 98% del nominal antes de la publicación del informe a caer al 93% y ahora cotizar al 95%. Los otros 905 millones que expiran en 2025 se intercambian al 97% desde el 96%. La situación es más delicada con los títulos con vencimiento en 2028. Una emisión de 1.400 millones está en el 86%, tras desplomarse del 92% al 80%. Otros 705 millones están en el 88% desde el 83% a los que cotizaron hace escasas semanas.

Por el lado de la deuda bancaria, las entidades financieras han sido más comprensivas con la compañía. Incluso cuando el BCE les pidió explicaciones sobre su exposición a la compañía catalana, defendieron que era muy limitada por cada entidad y que no veían riesgos reales de quiebra. El mercado da por seguro que los bancos no tendrán problema en renegociar y prolongar el vencimiento de los 900 millones que vencen en 2025.

Más complicaciones había con la deuda de Scranton. Se trata de una sociedad que tiene el 8,6% de Grifols y está vinculada a la familia fundadora. Los vínculos entre el grupo de hemoderivados y Grifols están en el centro del conflicto y es precisamente lo que está investigando la CNMV.

De acuerdo a las cuentas de 2021 de Scranton Enterprises, la compañía cuenta con algo más de 1.000 millones de deuda. En este pasivo —que Gotham City dice que debería atribuirse directamente a Grifols— cuenta con créditos con cinco entidades bancarias, Bank of America, BBVA, CaixaBank, Santander y BNP Paribas.

La clave está en un préstamo de 100 millones con el Banco Santander, que tiene como prenda las acciones de Grifols en la sociedad. Esto supone que, si el precio de los títulos cae de un determinado nivel, el banco puede quedarse con las acciones de la compañía. Pese a que el desplome bursátil permitió al Santander quedarse con estos títulos, la entidad ha tenido paciencia. Ha dado un balón de oxígeno a la compañía y se ha comprometido a no ejecutar esta prenda y confía en que el precio de la acción, que sube un 21% desde los mínimos de más de una década que marcó el 19 de enero, suba pronto por encima de los niveles acordados en las condiciones del crédito. Este precio está por debajo de los 12 euros por acción, frente a los 10,12 a los que cerró ayer.

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Sobre la firma

Álvaro Bayón
Redactor de la sección de empresas especializado en operaciones corporativas, banca de inversión y capital riesgo. Graduado en Estudios Hispánicos por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en Periodismo UAM-El País, ha desarrollado toda su carrera en Cinco Días, donde trabaja desde 2016.

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