Los acreedores toman Celsa y eligen a Jordi Carzola como nuevo consejero delegado
Tras pactar con la banca un préstamo de 525 millones, los fondos configuran su nuevo consejo de administración para tomar el control definitivo de la siderúrgica
Fumata blanca entre la banca y Celsa para que los fondos tomen la compañía. Tras la firma de un pacto con la banca esta semana, los fondos acreedores han ejecutado la sentencia que les da la propiedad de la empresa a cambio de convertir parte de sus 2.300 millones en deuda. Al tiempo que se ha firmado este acuerdo, los fondos han configurado su equipo gestor y han elegido a Jordi Cazorla, hasta ahora director General para el Sur de Europa de Ds Smith, como consejero delegado, según ha informado la compañía, y ha nombrado un nuevo consejo interino.
Tal y como publicó CincoDias este lunes, el pacto para desatascar la situación de Celsa definitivamente estaba previsto que se cerrara esta semana. Más de una decena de entidades bancarias han accedido a prestar 525 millones al grupo para blindar su operativa y la nueva era que los fondos quieren abrir. En concreto, estos 525 millones se compondrán de un préstamo de 250 millones y líneas de factoring por 275 millones, con un vencimiento en ambos casos a cinco años. Santander, BBVA, CaixaBank y Sabadell, además de Abanca, han liderado el préstamo.
Ante la situación crítica por la que atravesaba la empresa en los últimos años, los bancos pusieron los créditos bajo una vigilancia especial, que pasaba por monitorizar el uso de los mismos cada 15 días y extender las líneas tan solo cada seis meses. Esta situación es prácticamente imposible para que los fondos –comandados por Deustche Bank, SVP, Anchorage o Cross Ocean– pongan en práctica un plan industrial. Requerían de plazos más largos y menos corsés financieros para la nueva era que se abre.
Junto a la firma del acuerdo con las entidades financieras y ejecutado la toma de la siderúrgica, los fondos diseñan el nuevo consejo de administración para reemplazar a la familia fundadora de la siderúrgica, los Rubiralta, a la que han arebatado la compañía, para el que han contado con la asesoría de Spencer Stuart. Así, tras elegir en septiembre como presidente no ejecutivo a Rafael Villaseca, exconsejero delegado de Gas Natural (hoy Naturgy), los fondos han nombrado a Jordi Cazorla como número dos, cargo del que tomará posesión próximamente.
Cazorla, ingeniero Industrial por la Universidad Politécnica de Cataluña, y MBA por la Universidad de Barcelona, tiene una dilatada trayectoria profesional en cargos directivos. Antes del grupo industrial DS Smith ocupó puestos de responsabilidad en Ideal Standard, American Standard, General Electric y Hewlett Packard. No obstante, hasta que Cazorla se incorpore a la compañía, será Sergio Vélez, responsable de FTI Consulting España –firma de consultoría estratégica fichada por los acreedores para pilotar los primeros pasos de la toma de control– , quien ocupe el cargo de Director General.
Asimismo, el Grupo Celsa incorpora al abogado del Estado Daniel Alaminos para ejercer como secretario del consejo de administración; así como cuatros consejeros independientes, de manera provisional, que cuentan con experiencia en la gestión de empresas en proceso de transición y en la implementación de planes de viabilidad.
“Con todo ello, se inicia una nueva etapa que supone un punto de partida para consolidar el liderazgo de Celsa en el sector”, destacó Villaseca, quién, en las próximas semanas, se reunirá con los equipos directivos de cada uno de los centros operativos de la compañía para escuchar sus inquietudes y conocer en detalle los proyectos en curso, según un comunicado de los fondos.
Los fondos han nombrado un consejo interino para pilotar la compañía durante los próximos meses. Además de Villaseca, Vélez y Alamillos, se incroporan a este órgano cuatro independientes, Maria Esther Alfonso Evisa, Antonio Arenas Rodrigañez, Francisco Javier Díaz-Gálvez de la Cámara y Luis Aurelio Martín Bernardo.
Así las cosas, se acelera la ejecución del plan de reestructuración que los fondos presentaron en septiembre del año pasado, y que el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Barcelona validó un año después. Este pasaba por aminorar el pasivo de la compañía de 2.300 millones, gracias a la conversión de 1.300 millones de euros en el 100% del capital. Además, pactaron extender los 935 millones de deuda restante a cinco años.
Autorización del Gobierno
El Ejecutivo ya pactó con los fondos en octubre aprobar la operación, tras meses de tira y afloja entre los acreedores y los fundadores, a cambio de que blindasen el empleo, el centro de decisiones en España y diesen entrada a un socio industrial español, con un 20% del capital. Así, para los nuevos dueños de Celsa se abre ahora un periodo de seis meses, el plazo máximo otorgado por el Gobierno, para encontrar a ese socio español. El mercado especula con el interés de competidores como Megasa, Sidenor o Cristian Lay, que ya adquirió Grupo Gallardo Balboa.
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