Las revelaciones de Vodafone a los sindicatos sobre los planes que estudia para España
El grupo estudia opciones desde la venta total a desprenderse de la red fija. La operadora está pendiente de la fusión de Orange y MásMóvil porque marcará el futuro del mercado
El grupo Vodafone parece haber acelerado en el análisis de sus distintas opciones en España, con un ojo puesto en la fusión de Orange y MásMóvil, cuyo resultado definitivo tendrá un impacto de calado en el conjunto del sector. La teleco mantiene abiertas todas las vías desde la venta total del negocio a desprenderse de la red fija.
La operadora reunió hace pocos días en Dusseldorf a su Comité Europeo de sindicatos, un comité consultivo donde se reúne la dirección de la empresa con los representantes de los empleados de las diferentes divisiones. En este encuentro se trataron temas de gran importancia para España, empezando por el interés del grupo financiero Zegona, que reconoció a final de septiembre que estaba en negociaciones para adquirir Vodafone España, en un hecho relevante remitido a la Bolsa de Londres. La operadora no se ha pronunciado oficialmente por esta vía.
Según explica CC OO en un comunicado interno, en la citada reunión del Comité Europeo, la dirección no negó que haya contactos con Zegona u otros fondos para una posible compra de Vodafone España, que podría mejorar la situación de la compañía en los mercados. En el encuentro, la compañía dijo que valora también la opción de desprenderse de la parte de red fija, pero la solución no pasaría por desprenderse de la unidad de negocio de España.
“No debemos distraernos con ciertas noticias malintencionadas de la prensa, que quieren ejercer cierta presión sobre la operadora”, enfatizaron los representantes del grupo Vodafone.
En la reunión se indicó que, actualmente, el mercado está pendiente de la joint venture entre Orange y MásMóvil, ya que la decisión de la Comisión Europea marcará el futuro del mercado de las telecomunicaciones. Además, el mercado español se encuentra en una constante guerra de precios que impide una estrategia de valor. En la reunión se indicó que los operadores móviles virtuales, como Digi, no tienen que mantener y dar valor a una red, y pueden ahorrarse esos costes asociados.
La pasada primavera, Vodafone decidió poner en revisión sus negocios en España, con todas las alternativas encima de la empresa.
En este escenario, la compañía tiene la opción de la venta de su filial española que, actualmente, aporta el 10% de los ingresos del grupo (tercer país por detrás de Alemania, Italia y Reino Unido). Además de Zegona, entre los posibles interesados han sonado grandes fondos como Apax y Apollo, y firmas como Iliad o Liberty.
La operación no es fácil. Según fuentes del sector, los compradores están esperando a ver cómo queda el mercado tras la fusión de Orange y MásMóvil, y, especialmente, Digi, favorito para adjudicarse los remedies. Entre estos activos, según otras fuentes, destaca la red móvil de la antigua Yoigo.
Según estas fuentes, Vodafone está esperando a la decisión de Bruselas y se está dejando querer por los fondos interesados en la filial española. Una vez resuelta, abriría el proceso oficial de la venta.
De todas formas, la operación, en la que Vodafone España se valoraría en cerca de 5.000 millones de euros, también requerirá de una amplia financiación que, encarecida en el escenario actual, de tipos de interés al alza. Vodafone no va a malvender una filial que genera un ebitda de casi 1.000 millones de euros al año. Fuentes del mercado apuntan que la transacción sería más fácil para los grandes fondos que para Zegona, puesto que, en su opinión, el antiguo dueño de Telecable debería endeudarse y ampliar capital para la operación.
Red fija
Vodafone, que tiene ahora menos presión tras iniciar la negociación con Hutchison para la fusión de sus filiales en Reino Unido, también tiene la citada opción de desprenderse de la red fija en España. Con esta alternativa, la operadora seguiría en el mercado español, uno de los mayores de Europa, y se concentraría en la gestión comercial de sus activos de más valor, que no son otros que su cartera de clientes: 13,5 millones en el móvil, casi tres millones en banda ancha y 1,4 millones en televisión.
En este sentido, Telefónica ya abrió la puerta a Vodafone para un amplio acuerdo mayorista de red fija a largo plazo, si apagaba progresivamente su red de cable en España. Vodafone tendría otras opciones con otros grupos de infraestructuras, si bien, en el caso de Telefónica, tendría cobertura nacional. El consejero delegado del grupo español, Ángel Vilá, ya ofreció a la operadora bitánica esta opción antes del verano.
Impulso interno de la división española
Nuevo CEO. La decisión de Vodafone de poner en revisión su posición en España, no obstante, estuvo acompañada de un impulso interno a la filial para recuperar la iniciativa. La operadora nombró un nuevo consejero delegado para Vodafone España, el portugués Mario Vaz, que llegó con el encargo de dar un impulso a la gestión y recuperar el crecimiento ámbito comercial.
Cúpula. El directivo ha implantado un plan estratégico, y ha nombrado a Ignacio Román como responsable residencial, prácticamente un número dos de la empresa. Román sustituía a Hisham Hendi que había sido nombrado por el anterior CEO, Colman Deegan. Además, Vaz ha tomado medidas como el cierre del 15% de sus tiendas minoristas y la renovación de otros canales comerciales.
Ajustes. En la reunión del Comité Europeo de sindicatos se precisó que, de los 11.000 despidos previstos en el grupo, en torno al 50% corresponderán a las filiales de la India, Hungría y Egipto. El resto serán en las divisiones de Reino Unido, Italia y Alemania.
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